Comentario de Santiago 2:8 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Si de veras cumplís la ley real conforme a las Escrituras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, hacéis bien.
2:8 — Aparentemente algunos justificaban su favoritismo a los visitantes ricos por reclamar que en eso estaban cumpliendo la ley que contenía el mandamiento de amar al prójimo. Hasta cierto punto hacían bien, porque Dios quiere que amemos a todos los hombres, como él lo hace (Jua 3:16; 1Jn 4:7). Pero el mismo libro y capítulo (Lev 19:1-37) de la ley que mandaba el amar al prójimo ¡también prohibía el hacer acepción de personas! Eran inconsecuentes; hacían bien por una parte y mal por otra. El mal que hacían les constituía transgresores de la ley. — «la ley real». Se llama «real» o porque procede del Rey, o porque es suprema en naturaleza (Mat 22:35-39). Léanse también Mat 19:19; Mar 12:28-31; Luc 10:25-28; Rom 13:8-10; Gál 5:14. Considérese 1Jn 4:20. La parábola del buen samaritano (Luc 10:25-37) ilustra el amor al prójimo.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
la ley real. Stg 2:12; Stg 1:25; 1Pe 2:9.
Amarás a tu prójimo. Lev 19:18, Lev 19:34; Mat 22:39; Mar 12:31-33; Luc 10:27-37; Rom 13:8, Rom 13:9; Gál 5:14; Gál 6:2; 1Ts 4:9.
bien hacéis. Stg 2:19; 1Re 8:18; 2Re 7:9; Jon 4:4, Jon 4:9; Mat 25:21, Mat 25:23; Flp 4:14.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
la ley real es la ley del amor (Stg 1:25; Lev 19:18; Mat 22:39), una ley superior a todas las otras leyes.
si hacéis acepción de personas, cometéis pecado: Santiago alude a (Lev 19:15), el cual prohíbe el favoritismo hacia los pobres o ricos.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
la ley real. Se prefiere la traducción «ley soberana». La idea es que esta ley es suprema o de cumplimiento obligatorio para todos. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Esta ley soberana (cita de Lev 19:18) al combinarse con el mandato de amar a Dios (Deu 6:4-5), resume toda la ley y los profetas (Mat 22:36-40; Rom 13:8-10). Santiago no defiende algún tipo de afecto emocional hacia uno mismo porque el amor egocéntrico es un pecado (2Ti 3:2). Más bien, el mandato consiste en procurar la salud física y el bienestar físico de los semejantes (todo dentro de la esfera concreta de influencia individual; Luc 10:30-37), con la misma intensidad e interés que uno tiene por sí mismo (cp. Flp 2:3-4).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
2:8 — Aparentemente algunos justificaban su favoritismo a los visitantes ricos por reclamar que en eso estaban cumpliendo la ley que contenía el mandamiento de amar al prójimo. Hasta cierto punto hacían bien, porque Dios quiere que amemos a todos los hombres, como él lo hace (Jua 3:16; 1Jn 4:7). Pero el mismo libro y capítulo (Lev 19:1-37) de la ley que mandaba el amar al prójimo ¡también prohibía el hacer acepción de personas! Eran inconsecuentes; hacían bien por una parte y mal por otra. El mal que hacían les constituía transgresores de la ley.
–«la ley real». Se llama «real» o porque procede del Rey, o porque es suprema en naturaleza (Mat 22:35-39). Léanse también Mat 19:19; Mar 12:28-31; Luc 10:25-28; Rom 13:8-10; Gál 5:14. Considérese 1Jn 4:20. La parábola del buen samaritano (Luc 10:25-37) ilustra el amor al prójimo.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA LEY DEL REINO DE DIOS
Santiago 2:8-11
Si cumplís de veras la ley regia como se encuentra en la Escritura: «Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo,» hacéis bien. Pero si hacéis discriminación con las personas, cometéis pecado y sois culpables de haber quebrantado la ley. Porque, si una persona cumple toda la ley a excepción de un solo punto en el que falla, es culpable de haber quebrantado la ley en general. Porque el Que dijo: «No cometas adulterio,» también dijo: «No mates.» Si no cometes adulterio pero matas, ya eres transgresor de la ley.
La conexión de este pensamiento con el anterior es la siguiente: Santiago ha condenado la actitud de los que tratan con un respeto especial a los ricos que entran en su iglesia.
-Pero -podrían contestarle-, la ley me manda amar a mi prójimo como a mí mismo. Por tanto, tenemos la obligación de recibir cortésmente a los que vienen a la iglesia.
-Está bien -responde Santiago-; si tratas con cortesía a esa persona porque la amas como a ti mismo,, y le das la bienvenida que querrías que te dieran a ti en su caso, eso está bien. Pero, si le das una bienvenida especial porque es rico, ese acto de discriminación es pecado, y lejos de estar guardando la ley, lo que estás haciendo es quebrantarla. Tú no amas a tu prójimo; porque no tratarías con desprecio al pobre si le amaras. Lo que amas es la riqueza… ¡y eso sí que no es lo que manda la ley!
Santiago llama al gran mandamiento de amar al prójimo como a nosotros mismos la ley regia. Eso puede querer decir varias cosas. Puede querer decir que es la ley de suprema excelencia; o que es la ley dada por el Rey de reyes; o la reina de todas !as leyes; o la ley que hace reyes a los hombres y que es digna de reyes. El cumplir esa ley suprema es llegar a ser rey de uno mismo y un rey entre los demás. Es una ley diseñada para los que tienen una dignidad regia, y que se la confiere a las personas.
Santiago prosigue estableciendo un gran principio acerca de la ley de Dios. El quebrantar cualquier parte de ella es ser un transgresor. Los judíos solían considerar la ley como una serie de mandamientos independientes. El guardar uno era adquirir un crédito; el quebrantarlo era incurrir en una deuda. Uno podía sumar los que guardaba y restar los que desobedecía, y tener un balance positivo o negativo. Había un dicho rabínico: «Al que sólo cumple una ley, se le asigna una cosa buena; se le alarga la vida, y heredará la tierra.» También muchos rabinos mantenían que «El sábado pesa más que todos los demás preceptos;» por tanto, el que guardaba el sábado era como si hubiera cumplido toda la ley.
Santiago veía que la totalidad de la ley era la voluntad de Dios; el quebrantar cualquiera de sus partes era infringir esa voluntad y, por tanto, cometer un pecado. Eso no cabe duda de que es cierto. El quebrantar cualquier parte de la ley es ser un transgresor en principio. Hasta bajo las leyes humanas, uno es considerado culpable cuando ha incumplido una ley determinada. Así es que Santiago colige: «No importa lo bueno que seas en otras áreas; si haces discriminación cuando tratas a las personas, has actuado contra la voluntad de Dios y has quebrantado Su ley.»
Hay aquí una gran verdad que es pertinente y práctica. Podemos expresarla más sencillamente. Uno puede ser en casi , todos los sentidos una buena persona; pero se puede echar a perder sólo por una falta. Puede que sea moral en sus acciones, puro en su conversación, meticuloso en su religión; pero, si es rígido y antipático, intolerante y creído, eso echa a perder todas sus virtudes.
Haríamos bien en recordar que, aunque pretendamos haber hecho muchas buenas obras y haber resistido muchas malas influencias, puede que haya algo en nosotros que estropea todo lo demás.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Lev 19:18; (ver Stg 1:25; Mat 19:19; Mat 22:39; Mar 12:31; Luc 10:27; Jua 13:34-35; Rom 13:9; Gál 5:14).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— la suprema ley: Lit. la ley regia; de ahí que también se traduzca por: la ley del Reino.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Argumento bíblico. El argumento bíblico aparece en dos partes. En primer lugar, Santiago cita la ley real. Se refiere a Lev. 19:18: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Pero, ¿por qué ésta es una ley real? Mientras que algunos creen que es porque esta ley es el principio que resume todos los deberes hacia el prójimo (Mar. 12:31), lo más probable es que la expresión se refiera a que fue el re sumen de todas las leyes de acuerdo con las palabras de Jesús y por lo tanto era la ley del Rey. Después de todo, el término “ley” y no “mandamiento” (que cuadraría mejor si se tratara de un simple manda miento en resumen) es el que se usa y el reino se menciona en 2:6. Por lo tanto, es la ley del Rey (el AT reinterpretado por Jesús) lo que se guarda o se quebranta. Uno de veras “hace bien” al no quebrantar ese mandamiento.
Sin embargo, el favoritismo ciertamente no es el amar al prójimo como a uno mismo. De hecho, tal actitud no demuestra nada de amor al prójimo. Por lo tanto, mostrar favoritismo o parcialidad es quebrantar la ley del reino y enfrentarse a Cristo como un quebrantador de la ley. Ciertamente, se trata de una situación seria.
“Pero”, podría responder el lector, “la parcialidad no debería verse como un pecado tan serio. ¿No he guardado tantos otros de los demás mandamientos de Jesús?” Santiago hace notar que quebrantar sólo una ley hace que una persona sea considerada criminal. Como ejemplo, menciona una segunda cita del AT, Exo. 20:13, 14 (Deut. 5:17, 18), mencionando deliberadamente primero el adulterio y después el homicidio. Imaginemos a una persona que es perfectamente fiel a su esposa, pero que ha cometido un asesinato. Ese hombre es un criminal, aun cuando sólo ha quebrantado un mandamiento. El mismo Dios dio ambos mandatos. La elección de uno de los mandamientos a ilustrar es deliberada. Al mostrar favoritismo a los ricos y negar justicia al pobre, la iglesia puede privarle al pobre de su medio de vida, lo que equivale a matarle. Ese puede ser también el modo en que los ricos matan a los justos pobres según 5:4-6. En el AT el castigo, tanto para el asesinato como para el adulterio, era la muerte. La ejecución es tan severa sea que uno sea llevado a la muerte por un crimen o por muchos.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
REFERENCIAS CRUZADAS
o 75 Mat 22:39; Rom 13:10
p 76 Lev 19:18
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
la ley real. Es decir, la suprema ley del amor declarada en Lv 19:18 y afirmada por Cristo (Mt 22:39).
Fuente: La Biblia de las Américas
8 (1) La ley real se refiere al mandamiento: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Esta ley reina sobre todas las leyes, y las abarca y las cumple ( Gál_5:14 ; Rom_13:8-10).
8 (2) Amar a Dios (v.5) y amar a nuestro prójimo son los mayores requisitos de la ley. Toda la ley se basa en esos requisitos ( Mat_22:36-40).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
la ley regia… Se refiere a la ley del reino → v. Stg 2:5, que es la ley del amor → v. Stg 2:8; Amarás a tu prójimo… → Lev 19:18.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
B67 Ἀγαπήσεις se usa como un futuro volitivo: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
M108 Βασιλικόν, por su mismo significado (real, o suprema), prácticamente implica una definición; en conformidad con esto, uno esperaría τὸν νόμον τὸν βασιλικόν, ο τὸν βασιλικὸν νόμον. Pero Mayor traduce simplemente: ustedes cumplen la ley real (como si se hubiera usado el artículo). La alternativa estrictamente correcta: ustedes cumplen la ley como suprema, es menos probable por causa del contexto. Lo mismo sucede con la traducción que sigue: ustedes cumplen una ley real. [Editor. Aparentemente el sustantivo νόμον no tiene que llevar artículo para tener un sentido definido (comp. Stg 4:11). Además de esto, un adjetivo puede ser atributivo de un nombre si los dos no tienen artículo (comp. στρατιᾶς οὐρανίου en Luc 2:13). En consecuencia, parece que la traducción más probable es: ustedes cumplen la ley real (especialmente en vista de la referencia que hizo Cristo a esta ley en Mat 7:12 y Mat 22:40).]
BD450(1) Μέντοι se debilita aquí hasta significar: pero.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, de nuestro Rey
Fuente: La Biblia de las Américas
La regia ley (o la ley real) probablemente se refiere a la ley del reino g v.5, que es la ley del amor g v.8.
2.8 g Lev 19:18.