Comentario de Santiago 3:9 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia
Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que han sido creados a la semejanza de Dios.
3:9 — «Con ella… y Padre». Este es el uso más noble de la lengua. El verbo «bendecir» es de la palabra griega que transliterada viene siendo ELOGIAR. Aparece en Luc 1:64; Mat 26:26; etcétera. Se emplea en 1Co 14:16 en el sentido de «dar gracias». — «y con ella… hombres». La palabra griega para decir «maldecir» lleva en su etimología la idea de pedir a Dios que traiga mal sobre otro, debido a las pasiones o sentimientos de venganza y odio que uno tiene.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Con ella. Sal 16:9; Sal 30:12; Sal 35:28; Sal 51:14; Sal 57:8; Sal 62:4; Sal 71:24; Sal 108:1; Hch 2:26.
bendecimos al Dios. 1Cr 29:10, 1Cr 29:20; Sal 34:1; Sal 63:4; Sal 145:1, Sal 145:21; Isa 29:13; Efe 1:3; 1Pe 1:3.
con ella maldecimos. Jue 9:27; 2Sa 16:5; 2Sa 19:21; Sal 10:7; Sal 59:12; Sal 109:17, Sal 109:18; Ecl 7:22; Mat 5:44; Mat 26:74; Rom 3:14.
hechos a la semejanza de Dios. Gén 1:26, Gén 1:27; Gén 5:1; Gén 9:6; 1Co 11:7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
bendecimos al Dios puede referirse a la práctica judía de decir «bendito sea Él» cada vez que el nombre de Dios se mencionaba. Santiago señala la inconsecuencia de bendecir a Dios, mientras que maldecimos a las personas que se crearon a su imagen.
semejanza de Dios: Dios creó a los seres humanos, tanto al hombre como a la mujer, a su propia imagen (Gén 1:26). Hoy en día, las personas aún reflejan la imagen de Dios, incluso cuando sean influenciados por el pecado (Gén 9:6).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
bendecimos … maldecimos. Para los judíos era tradicional añadir «bendito sea Él» a la mención del nombre de Dios (cp. Sal 68:19; Sal 68:35). Sin embargo, la lengua también desea el mal para personas hechas a imagen de Dios. Esto demuestra la incoherencia hipócrita de las actividades de la lengua. hechos a la semejanza de Dios. El hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios (vea notas en Gén 1:26).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
3:9 — «Con ella… y Padre». Este es el uso más noble de la lengua. El verbo «bendecir» es de la palabra griega que transliterada viene siendo ELOGIAR. Aparece en Luc 1:64; Mat 26:26; etcétera. Se emplea en 1Co 14:16 en el sentido de «dar gracias».
–«y con ella… hombres». La palabra griega para decir «maldecir» lleva en su etimología la idea de pedir a Dios que traiga mal sobre otro, debido a las pasiones o sentimientos de venganza y odio que uno tiene.
Véase Sal 62:4; Compárese Rom 12:14. Un ejemplo de este mal uso de la lengua, de parte de los sacerdotes y fariseos, se encuentra en Jua 7:49.
–«que están hechos… Dios». Véase Gén 1:26-27. Maldecir al hombre es, pues, hacerlo a Dios. Compárense Gén 9:6; Pro 14:31; Mat 25:35-40; 1Jn 4:20.
El hombre lleva la imagen de Dios en su capacidad de razonar, escoger, y dominar la carne por medio de su voluntad libre. (Considérense Mal 2:10; 1Co 11:7). Además, tiene la capacidad de aceptar la oferta de Dios en el evangelio de llegar a poseer la naturaleza divina (2Pe 1:4). (Considérense 2Co 3:18; Col 3:10; 1Jn 3:1-3).
Fuente: Notas Reeves-Partain
BENDICIÓN Y MALDICIÓN
Santiago 3:9-12
Con la misma lengua bendecimos a Dios Padre, y maldecimos a las personas que están hechas a Su imagen. De la misma boca salen bendición y maldición, cosa que no debería suceder, ¿verdad, hermanos? Seguro que del mismo manantial, que brota de la misma hendidura de la peña, no ,fruyen agua dulce y agua salada al mismo tiempo. Seguro, hermanos, que una higuera no da aceitunas, ni higos una parra, ni el manantial de agua salada agua dulce, ¿verdad?
Sabemos muy bien por propia experiencia que hay una quiebra en la naturaleza humana. Todos tenemos algo de ángeles y algo de simios, algo de héroes y algo de villanos, algo de santos y mucho de pecadores. Santiago está convencido de que donde se presenta esta contradicción más evidentemente es en la lengua.
Con ella, dice, bendecimos a Dios. Esto era especialmente importante para los judíos. Siempre que se mencionaba el nombre de Dios, los judíos exclamaban: «¡Bendito sea!» Tres veces al día, el judío practicante tenía que repetir las Semoné Esré, las famosas dieciocho euloguías, bendiciones, cada una de las cuales empezaba: «Bendito seas, oh Dios.» Dios era, sin duda, euloguetós, bendito, al Que se bendecía continuamente. Y, sin embargo, las mismas bocas y lenguas que bendecían a Dios de manera frecuente y piadosa, maldecían a las personas. Para Santiago eso era absolutamente antinatural, tanto como que una misma fuente fluyera agua dulce y agua salada, o un árbol diera frutos totalmente distintos. Aquello podría estar muy mal y ser contrario a la naturaleza, pero era y es trágicamente corriente.
Pedro podía decir: «Aunque tenga que morir contigo, ¡no Te negaré!» (Mt 26:35 ), y esa misma lengua suya negaría a Jesús poco tiempo después con juramentos y maldiciones (Mt 26:69-75 ). El Juan que dijo: «Hijitos, amaos unos a otros,» era el mismo que había querido una vez hacer que lloviera fuego del cielo y arrasara una aldea samaritana (Lc 9:51-56 ). Hasta las lenguas de los apóstoles podían decir cosas totalmente contradictorias..Juan Bunyan nos- dice que «Charlatán» de El Peregrino «Era un santo de puertas para fuera, y un demonio en casa.» Muchos hablan con impecable cortesía a los extraños, y hasta predican el amor y la amabilidad, y saltan y se ponen furiosos por nada con su familia. No es una cosa del otro mundo el usar una lengua muy piadosa el domingo y otra soez y blasfema el lunes. No es nada del otro jueves el que una persona exprese los sentimientos más piadosos un día, y repita las historias más denigrantes al siguiente. Nadie se hace de nuevas cuando una persona habla con dulce misericordia en una reunión de la iglesia, y cuando sale masacra la reputación de alguien con lengua de víbora.
Las cosas, dice Santiago, no deberían ser así. Es cierto que algunas drogas son curativas en casos y venenosas a veces; son bendiciones para el que las usa por prescripción médica, pero perjudiciales hasta no poder más cuando se toman incontroladamente. Así la lengua puede bendecir y maldecir; puede producir o mitigar el dolor; puede decir las cosas más delicadas, o las más ofensivas. Es uno de los deberes más difíciles y obvios el impedir que la lengua no se contradiga a sí misma, sino que diga siempre tales cosas, y de tal manera, como querríamos que Dios pudiera oír.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Gén 1:26-27; Gén 5:1; Gén 9:6; Sab 2:23; 1Co 11:7.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) “Jehová”, J18,23,28; אABC(gr.): ton Ký·ri·on; VgcSyh: “Dios”. Véase Ap. 1D.
REFERENCIAS CRUZADAS
n 118 Sal 34:1; Sal 103:1
ñ 119 Mal 2:10
o 120 2Sa 16:7
p 121 Gén 1:26; Gén 5:1
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
a la semejanza de Dios. La imagen de Dios en el hombre ha quedado empañada y desfigurada por el pecado, pero no ha quedado totalmente borrada. El hecho de que el hombre haya sido creado a imagen de Dios es la base para no maldecir a nuestros semejantes.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Señor… TR siguiendo M↓ registra Dios; a semejanza… → Gén 1:26.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R590 Aquí la preposición ἐν tiene un sentido instrumental: con ella, o por medio de ella.
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
El TR siguiendo M i registra Dios.
3:9 g Gén_1:26.