Comentario de Zacarías 14:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“He aquí que viene el día de Jehovah, y tus despojos serán repartidos en medio de ti.

Isa 2:12; Isa 13:6, Isa 13:9; Joe 2:31; Joe 3:14; Mal 4:5; Hch 2:20; Apo 16:14.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Los destructores de Jerusalén destruidos, Zac 14:1-2.

La venida del Mesías, y la gracia de su reino, Zac 14:3-11.

La plaga de Jerusalén, Zac 14:12-15.

El remanente regresará al Señor, Zac 14:16-19;

y su botín será santo, Zac 14:20-21.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Zacarías describe eventos asociados con la Segunda Venida de Jesús, el Mesías, al final de la guerra de Armagedón (Apo 16:16).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Algunos han sugerido que estos despojos se refieren a lo que se ha capturado de los enemigos de Israel, anticipando aparentemente la victoria mencionada en el v. Zac 14:14. Sin embargo, el contexto inmediato indica que el despojo lo tomaron de Jerusalén sus enemigos (v. Zac 14:2).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EL DÍA DE JEHOVÁ VIENE. «El día de Jehová» es un tiempo de juicio y de restauración. Aquí se refiere al tiempo en que Cristo volverá para juzgar a las naciones y establecer su reino terrenal.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

14. La Nueva Gloria de Jerusalén.

Juicio de las gentes (1-5).
1 He aquí que llega el día para Yahvé, y en medio de ti se repartirán tus despojos. 2 Porque yo reuniré a todas las gentes en batalla contra Jerusalén, y será tomada la ciudad, y saqueadas las casas, y violadas las mujeres, y la mitad de la ciudad irá al cautiverio, pero el resto del pueblo no será exterminado. 3 Luego se pondrá en campaña Yahvé, y combatirá a estas naciones como se combate el día de la batalla. 4 Afirmaránse aquel día sus pies sobre el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al lado del levante, y el monte de los Olivos se partirá por medio, de levante a poniente, como un gran valle, y la mitad del monte se echará al norte, y la otra mitad al mediodía, 5 y huiréis por el valle de mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta donde os salvaré 6. Huiréis como huísteis cuando el terremoto de los tiempos de Ozías, rey de Judá, y vendrá entonces Yahvé, mi Dios, y con El todos sus santos.

La descripción es apocalíptica y escatológica. El profeta presenta a Jerusalén rodeada de las naciones gentiles que van a dar el ultimo asalto a su fortaleza. Hay un momento en que parece que el triunfo de los asaltantes está asegurado, pues entran en la ciudad y la entregan al saqueo; pero Dios se reserva un resto de salvación, que será liberado mediante la intervención prodigiosa personal de Yahvé, que aparece majestuoso sobre el monte de los Olivos (v.4). A su presencia, éste se hiende y da paso a los fugitivos, que serán recogidos por Yahvé. El fragmento tiene muchas analogías con la descripción de la batalla contra Gog de Ez 38, del que parece depender 2.
El carácter apocalíptico de la perícopa nos obliga a no insistir sobre los detalles de la descripción, que es fruto de una imaginación desbordada. El profeta quiere anunciar una gran prueba para Judá, que terminará con la manifestación victoriosa de Yahvé con sus santos, o ángeles de su servicio.

La transformación de Judá (6-11).
6 En aquel día no se extinguirá el brillo de las piedras preciosas 3. 7 Será único ese día, conocido de Yahvé. No habrá día y noche; de tarde habrá luz. 8 En ese día manarán de Jerusalén aguas vivas, la mitad hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el occidental, lo mismo en verano que en invierno. 9 Y reinará Yahvé sobre la tierra toda, y Yahvé será único, y único su nombre. 10 La tierra toda se convertirá en llano desde Guebá hasta Rimmón del sur, y Jerusalén será enaltecida y habitada en su lugar, desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la antigua puerta, hasta la puerta del ángulo, y desde la torre de Jananel hasta los lagares del rey. 11Y morarán en ella, y ya nunca más será anatema, y morarán en seguridad.

La descripción de la nueva Jerusalén es deslumbradora, conforme a los cánones de la literatura apocalíptica. Una gran luz dominará la Ciudad Santa, de forma que las piedras preciosas darán un brillo perpetuo. No habrá noche (v.7), y desaparecerá toda esterilidad, porque de Jerusalén manarán aguas vivas, e.d., no estancadas, regando en todo tiempo la parte oriental y occidental del país (v.8). Este cuadro maravilloso parece una adaptación de la descripción de Ezequiel, que habla de un río que parte hacia el mar Muerto, regando el desierto de Judá4. Aquí el autor extiende el torrente de agua a la zona del mar Muerto (mar oriental) y del Mediterráneo (mar occidental).
Sobre este territorio paradisíaco reinará sólo Yahvé, sin compartir su imperio con ningún otro dios (v.9); y hasta la atormentada geografía montañosa de Judá se transformará, convirtiéndose en llano desde Guebá hasta Rimmón del sur5. Son los límites del reino de Judá: desde la frontera de Benjamín hasta el Negueb. Y los límites de Jerusalén comprenderán desde la puerta de Benjamín 6, al norte del templo, hasta la puerta del ángulo 7, que se supone al occidente de la ciudad; junto al “segundo muro” y desde la torre de Jananel, al noroeste del actual Haram, o explanada de la mezquita de Ornar, hasta los lagares del rey, que se suponen al sur, donde estaban los jardines reales, en la confluencia del Cedrón y el Er-Rabbaby. De aquí se infiere que el área señalada por el profeta es tan amplia como la de la ciudad amurallada actual, si bien extendiéndose un poco más hacia el sur y menos al norte. En esta Ciudad Santa reinará la paz y nunca será ya más objeto de anatema (v.11) 8.

La derrota de las naciones (12-15).
12 He aquí la plaga con que herirá Yahvé a todos los pueblos que combatieron a Jerusalén: sus carnes se corromperán mientras estén en pie; se consumirán en sus cuencas los ojos, y su lengua se les deshará en la boca. 13 Habrá aquel día gran perturbación entre ellos y tomará cada uno de la mano a su vecino y le dará a éste la suya. 14 Judá luchará en Jerusalén 9 y se reunirán allí las riquezas de todas las gentes, oro, plata, vestidos en grandísima abundancia. 15 Parecida a ésta será la plaga que herirá a los caballos, mulos, camellos y asnos, y a todas las bestias que hubiere en aquellos campos.

Después de anunciar la paz que remará en Jerusalén una vez conseguida la victoria, el profeta detalla la destrucción de los enemigos que se reunieron para atacar a Jerusalén. La hecatombe será general, pues tanto los hombres como los animales perecerán y quedará un inmenso botín para los judíos vencedores. El cuadro belicista está dentro de las descripciones apocalípticas de los últimos profetas. Es el juicio sobre las naciones antes de la inauguración de la era mesiánica.
La descripción parece que está calcada en la destrucción del ejército de Gog, según Ez c.38-39. El gran profeta del exilio, como primer autor apocalíptico, fue fuente de inspiración para los autores apocalípticos posteriores. En este mosaico de fragmentos apocalípticos del libro de Zacarías encontramos, como ya hemos visto, mucha dependencia de Ezequiel.

Jerusalén, santuario universal (16-21).
16 Todos cuantos quedaren de las gentes que vinieron contra Jerusalén subirán cada año a adorar al Rey, Yahvé de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 17 Y aquellos que de las gentes no vengan a Jerusalén a adorar al Rey, Yahvé de los ejércitos, no vendrá sobre ellos la lluvia. 18 Si la gente de Egipto no sube y no viene, sobre ella se abatirá la plaga con que herirá Yahvé a las gentes que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 19 Tal será la expiación de Egipto y la expiación de todas las gentes que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 20 En aquellos días escribirán en sartenes y ollas 10: “Consagrado a Yahvé,” y las ollas de la casa de Yahvé serán corno vasos de aspersión delante del altar de los sacrificios. 21 Toda olla en Judá y en Jerusalén será consagrada a Yahvé de los ejércitos, y cuantos sacrifiquen vendrán, las tornarán y cocerán en ellas, y no habrá aquel día más mercader en la casa de Yahvé de los ejércitos.

Después de declarar el triunfo aplastante de Yahvé sobre el ejército de las naciones coligadas contra Jerusalén, el profeta deja abierta la puerta del universalismo religioso a todos los pueblos. Jerusalén será el centro religioso del orbe, y todas las gentes deberán reunirse en la Ciudad Santa en la fiesta de los Tabernáculos (en septiembre-octubre) (v.16), en que se daba gracias a Dios por los frutos y se pedía agua saludable para la futura siembra. El que no vaya a Jerusalén en esta festividad, se verá privado de esta agua bienhechora, incluso el mismo Egipto, cuyos campos y cosechas no viven de la lluvia, sino de las inundaciones periódicas del Nilo (v.18). Egipto era el granero de Oriente, y cuando fallaban las cosechas por falta de lluvias, los pueblos circunvecinos, como los cananeos, tenían que ir al país de los faraones a comprar el trigo a cualquier precio. De ello estaban orgullosos los egipcios.
Pero el profeta dice que en los nuevos tiempos de nada les servirá su río, pues, si no van a Jerusalén, se verán privados de la cosecha como los demás pueblos (v.18). Todos los pueblos deben congregarse en Jerusalén para la gran festividad de los Tabernáculos, a implorar la lluvia ofreciendo sacrificios; y para ello podrán utilizar las sartenes y ollas de uso común, a falta de las consagradas a Yahvé en el templo, porque todas aquel día llevarán la inscripción: Consagrado a Yahvé (v.20). Todas las ollas de las casas de Judá y de Jerusalén serían válidas en esta ocasión, y los peregrinos no tendrían necesidad de alquilar los servicios de los mercaderes que en el templo ofrecían los instrumentos necesarios para los sacrificios (v.21).

1 La palabra hebrea que traducimos por os salvaré (‘asal) es considerada por algunos expositores como localidad geográfica. Así la Bib. de Jér. – 2 Cf. Miq 1:4; Nah 1:5. – 3 Así según Hoonacker, conformándose con el TM. Otros autores prefieren basarse en los LXX y traducir: “no habrá frío ni helada” (Bib. de Jér.), – 4 Cf. Eze 47:12. – 5 Guebá es la actual Dgeba, en el wady Suweinit, frente a Mikmas, a unos 11 kilómetros al norte de-Jerusalén. Rimmón del sur o del Negueb es probablemente el actual L/mm er-Rammamim, a unos 17 kilómetros al nordeste de Berseba. Cf. Neh 11:29; Jos 15:32; Jos 15:19, Jos 15:7; 1Sa 14:5; 1Re 15:22. – 6 Quizá sea la misma Puerta de las Ovejas de Neh 12:39. – 7 Cf. 2Re 14:13; 2Cr 25:23; 2Cr 26:9; Jer 31:38. La descripción parece ser de este a oeste y de norte a sur. – 8 Cf. Jer 33:16; Eze 34:27. – 9 El TM y los LXX traducen: “y Judá luchará en Jerusalén.” – 10 Así según la reconstrucción de Hoonacker. El TM dice “campanillas de caballos.” Así la Bib. de Jér. Los LXX: “freno de caballos.”

Fuente: Biblia Comentada

el día de Jehová viene. El «Día de Jehová» es un término técnico para aludir a la ira de Dios que se desata en contra de los pecadores. Aquí el profeta Zacarías anticipa la llegada del Día del Señor, cuando su ira es desatada en contra de los pecadores del mundo entero, lo cual trae como resultado el establecimiento del reino milenario del Señor en la tierra. Vea la nota sobre Isa 2:12 y la Introducción a Joel: Temas históricos y teológicos. en medio de ti … repartidos tus despojos. Jerusalén quedará tan derrotada por el enemigo que los despojos serán repartidos en calma y a la vista de todos, como una demostración de la derrota total de Jerusalén. Esta atrocidad provoca la ira de Dios en contra del mundo en el Día de Jehová.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

El capítulo Zac 14:1-21 es una ampliación de Zac 13:8-9. Antes de la conversión nacional de Israel (cp. Zac 12:10-14; Zac 13:1), los judíos harán un pacto con un mesías falso (cp. Dan 9:27), conocido como el pastor insensato (cp. Zac 11:15-17) o anticristo. A la mitad de ese pacto de siete años, el anticristo romperá su tratado con Israel y exigirá adoración exclusiva a él mismo (Dan 9:24-27; Mat 24:15; 2Ts 2:3-4). Tan pronto Israel rehúse adorarlo, los ejércitos del mundo se reunirán para hacer batalla y el punto culminante será un gran asedio sobre Jerusalén y la batalla de Armagedón (Apo 19:1-21). Tras la victoria del Señor en esa batalla (cp. Apo 19:11-16), vendrá la restauración plena de Israel como está anticipada en Ose 14:4-7; Joe 3:18-21; Amó 9:13-15; Miq 4:1-3; Sof 3:14-20.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Amó 5:18+.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La batalla en Jerusalén: el Señor llega a ser rey de toda la tierra. Podemos asentar el contenido para mostrar el avance lógico de la sección como en el resumen que sigue:

1 He aquí está llegando un día para Jehovah … despojos serán repartidos en medio de ti.

2 Yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén … La mitad de la ciudad irá en cautividad …

3 Saldrá Jehovah y combatirá contra aquellos pueblos, como combatió en el día de la batalla.

4 Sus pies se asentarán, en ese día, sobre el monte de los Olivos … al lado oriental. El monte de los Olivos se partirá por la mitad, de este a oeste, … un valle muy grande, pues la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur.

5 Y huiréis … porque el valle de los montes llegará hasta Azal … como huisteis a causa del terremoto … en los días de Uzías, rey de Judá. Así vendrá Jehovah mi Dios, y todos sus santos con él.

6 En aquel día no habrá luz, ni frío (¿cosas preciosas?), ni helada.

7 Y habrá un día único, conocido por Jehovah. Sin día ni noche … al tiempo del anochecer habrá luz.

8 Acontecerá en aquel día que de Jerusalén saldrán aguas vivas. La mitad de ellas irá hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, tanto en verano como en invierno.

9 Jehovah será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehovah será único, y Unico será su nombre.

10 Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón, al sur de Jerusalén. Esta será elevada y habitada en su mismo lugar, desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta Primera y hasta la puerta de las Esquinas; y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey.

11 Y habitarán en ella, y no habrá destrucción y Jerusalén morará en confianza/seguridad.

12 Y esta será la plaga … todos los pueblos … en contra de Jerusalén: Hará que se pudra su carne, aun estando ellos sobre sus pies … sus ojos se pudrirán en sus cuencas, y su lengua se pudrirá en sus bocas.

13 Y en aquel día … gran pánico de Jehovah y cada hombre se tomará de la mano de su vecino, y la mano de cada hombre será levantada en contra de la mano de su vecino.

14 También Judá combatirá en Jerusalén y las riquezas de todos los pueblos de alrededor serán reunidas, oro, plata y ropa, en gran abundancia.

15 Por lo tanto, habrá plaga sobre los caballos, etc. en aquellos campamentos igual que esta plaga.

El mismo Jehovah aparentemente ordena este ataque contra Jerusalén (1-3), pero el propósito no es el de destruir a su pueblo. El permite que las naciones inflijan sufrimiento sobre ellos, pero que no los destruyan: un remanente de la mitad de la población se deja en Jerusalén. Entonces intervendrá el Señor mismo.

En los vv. 4, 5 el cuadro es del Señor parado a horcajadas sobre el monte de los Olivos, un cerro de 4 km. de largo, que corre de norte a sur, por la parte oriental de Jerusalén. El monte será dividido por un valle que se forma de este a oeste al bifurcarse hacia el norte y hacia el sur. Esto todavía no ha sucedido: algunos creen que pasará lit.; otros que es una expresión figurativa de la intervención de Dios (véase la nota sobre la interpretación de los caps. 9-14). Amós 1:1 hace alusión al terremoto en los tiempos del rey Uzías, lo que puede estar reflejado en Isa. 6:1-5 (nótese el contraste entre el rey Uzías y el Señor el Rey, tanto en Amós como en Zacarías).

Los vv. 6-9 forman la sección central y punto culminante de los vv. 1-15. El texto es difícil, pero el cuadro total es claro; hay luz del día constantemente (señal del destierro de la oscuridad del mal), y desde Jerusalén (donde habita Jehovah) el agua viva fluirá a los mares del este y del oeste (dando vida al ámbito de toda la tierra). Jehovah será rey: esto forma un contraste con la división mencionada previamente al usar la palabra “mitad”. Habrá un Señor y el pueblo reconocerá sólo un Señor (y Unico será su nombre).

Más referencias geográficas (10) forman un marco en derredor de los vv. 6-9. Esta vez el propósito es el de exaltar a Jerusalén, ya liberada y habitada por Jehovah. Está por encima del resto de la tierra, la que ahora es una planicie. Está habitada y está segura.

Los vv. 12-15 concuerdan con los vv. 1-3 en la descripción del ataque de las naciones contra Jerusalén. Estos vv. dan los detalles de cómo el Señor los derrota. Puede parecer insatisfactorio volver al juicio y a las plagas después de haber visto el maravilloso cuadro de los vv. 6-9, pero así es como funciona frecuentemente un arreglo quiástico. El clímax llega por la mitad.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

14.1 Muchas veces en la Biblia se nos alienta a esperar el día de Jehová que está cerca. ¿Qué sucedería si usted supiera exactamente la fecha en que llegaría? ¿Viviría de forma diferente? El puede llegar en cualquier momento. Esté atento a El al estudiar las Escrituras con cuidado y al asegurarse de que vive como El lo ha planeado, en obediencia y en disposición espiritual.14.1-21 Este capítulo describe acontecimientos futuros importantes, pero no está claro su orden cronológico. Muestran que Dios tiene diversas formas de tratar a su pueblo. Todo está bajo su mando y ha proporcionado el medio de purificación a quienes claman a El (13.7, 8). Ahora, tenemos que esperar (14.1) para ver cómo se desarrollan los hechos y cómo Dios ofrece una salida para su pueblo.14.4 En el Monte de los Olivos, Jesús habló a sus discípulos acerca del fin de los tiempos (Mateo 24). Cerca de este mismo monte, un ángel prometió que El regresaría de la misma manera en la que se fue (Act 1:11; véase también Eze 11:23).14.5 Solo el pueblo de Dios escapará del castigo (Mat 24:16-20). Dios sabrá claramente cuál es su pueblo en este tiempo de confusión. (Véase la nota a Amós 1.2 relacionada con el terremoto de los días del rey Josías.)14.10 A Jerusalén se honra como la ciudad de Dios y el punto central de adoración mundial. La alabanza a Jerusalén es una forma dramática de mostrar la supremacía de Dios.14.16 Esta Fiesta de los Tabernáculos es la única que tendrá vigencia en el reino del Mesías. La Fiesta de la Pascua se cumplió con la muerte de Cristo, el Día de Expiación en la aceptación de la salvación de Cristo, la Fiesta de las Primicias en su resurrección y Pentecostés con la llegada del Espíritu Santo. Sin embargo, la Fiesta de los Tabernáculos, una fiesta de acción de gracias, celebra la cosecha de almas humanas para el Señor. Quizás Jesús hizo alusión a ella en Joh 4:35.14.20-21 En el futuro, aun objetos familiares tales como caballos, campanillas y ollas serían santas. Esta visión de una Jerusalén santa y restaurada contrastaba con sus murallas derrumbadas y las difíciles condiciones de vida. Algún día Dios haría realidad el sueño de su pueblo y Jerusalén sería más hermosa de lo que pudieran imaginar. Dios sigue deseando hacer más por nosotros de lo que podemos imaginar (Eph 3:20). Cuando andemos con El, lo entenderemos con más intensidad cada día.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) “Ti”, fem. sing., refiriéndose a la “ciudad” de Zac 14:2.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 471 Isa 2:12; Joe 2:31; 2Pe 3:10

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Volviendo al tema del conflicto militar comenzado en 12:2, Zacarías ahora menciona aquel día en que el S eñor será rey sobre toda la tierra (vers. 9), y Judá y Jerusalén serán santas para el S eñor (vers. 21).

Fuente: La Biblia de las Américas

Una descripción de una de las últimas batallas de la campaña del Armagedón (véase nota en Apo 16:14). Jerusalén será tomada y los despojos serán repartidos. Justamente cuando los ejércitos de las naciones parezcan invencibles, Jesucristo regresará personal y visiblemente al monte de los Olivos y hará que éste se divida por en medio y provea un valle a través del cual los sobrevivientes puedan huir. Se desconoce el sitio de Azal, quizás sea una aldea cerca de Jerusalén.

el terremoto. Cp. Amó 1:1.

los santos. Quizás sean creyentes que estaban en el cielo y regresan con Cristo o ángeles que acompañan al Señor, o ambos.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[3] Contra el faraón y todo Egipto. Ex 14.[5] Am 1, 1.[8] Jn 4, 10-14.[12] Hech 12, 23.[19] El Hijo de Dios vino a habitar o a fijar su mansión o Tabernáculo entre nosotros. Jn 1, 14.

Fuente: Notas Torres Amat