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Comentario de Zacarías 8:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Comentario de Zacarías 8:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Vino a mí la palabra de Jehovah de los Ejércitos, diciendo:

La restauración de Jerusalén, Zac 8:1-8.

Dios los anima a construir el templo, Zac 8:9-15.

Cómo deben conducirse, Zac 8:16-17.

El resultado es paz y buenas relaciones con naciones vecinas, Zac 8:18-23.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Mientras Zac 7:8-14 reflexiona sobre las consecuencias de la desobediencia del pasado, esta sección se proyecta hacia el futuro y se concentra en la restauración y en las bendiciones de Sion.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

Jehová nuevamente afirma que está celoso por Jerusalén (Zac 1:14; Nah 1:2). Este tema en Zacarías enfatiza la gran pasión de Jehová por su pueblo. Él añoraba bendecirlos con su presencia y, a cambio, deseaba que lo adorasen.

Sion es el equivalente poético de Jerusalén (Zac 2:7). El rótulo de Ciudad de la Verdad será válido solamente cuando el Mesías traiga su Reino de justicia a dicha ciudad. Entonces la tierra será santa (Zac 2:12).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

8. Amor de Yahvé por su Pueblo.

Promesas de bendición sobre Jerasalén (1-8).
!Y fue palabra de Yahvé de los ejércitos, diciendo: 2 Así habla Yahvé de los ejércitos: Yo siento por Sión un amor extremado y un gran celo. 3 Así habla Yahvé de los ejércitos: Yo me he vuelto hacia Sión y habitaré en Jerusalén, y Jerusalén será llamada la ciudad fiel, y el monte de Yahvé de los ejércitos, el monte santo. 4 Así dice Yahvé de los ejércitos: Aún se sentarán en las plazas de Jerusalén ancianos y ancianas, que por los muchos años llevarán en la mano su báculo. 5 Las calles de ; la ciudad estarán llenas de muchachos y muchachas que jugarán en ellas. 6 Así dice Yahvé de los ejércitos: Si esto es difícil a los ojos del resto de su pueblo en estos días, ¿lo será también a mis ojos? dice Yahvé de los ejércitos. 7 Así habla Yahvé de los ejércitos: Yo salvaré a mi pueblo de la tierra del levante y de la tierra del poniente, 8 y los traeré y habitarán en Jerusalén, y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios en verdad y en justicia.

El profeta quiere insistir en el hecho de que los antiguos vaticinios punitivos han tenido ya su cumplimiento y que llega la hora de la manifestación de la misericordia de Yahvé para con su pueblo. En la formulación de estas promesas salvadoras, Zacarías depende de la literatura profética l. Así anuncia la proximidad de una era de paz continuada, en la que los habitantes de Jerusalén podrán llegar a edad avanzada; y aunque esto parezca difícil en las actuales circunstancias (v.6), sin embargo, para Dios es muy fácil. Y recuerda a sus compatriotas las antiguas promesas de salvación formuladas por los profetas: Yo salvaré a mi pueblo de la tierra del levante y de la tierra del poniente. (v.7). Ha llegado la hora de la protección divina, que se manifestará de un modo particular 2. De nuevo se formará el pueblo de Dios, con todo lo que esto implica en cuanto a un derecho especial a gozar de su protección.

Exhortación al trabajo (9-17).
9 Así habla Yahvé de los ejércitos: Esfuércense vuestras manos, vosotros los que en estos días oís las palabras de los profetas del tiempo en que fue cimentada la casa de Yahvé de los ejércitos para que el templo fuera reconstruido, 10 porque antes de ese tiempo no había ni para pagar a los hombres ni para pagar por las bestias, ni paz alguna para el que entraba y salía a causa del opresor, pues yo había lanzado los hombres unos contra otros. 11 Pero ahora yo no soy ya lo que era en los días antiguos para el resto de este pueblo, 12 porque yo sembraré la paz. La vid dará su fruto, y dará la tierra su rendimiento, y los cielos su rocío, y pondré al resto de este pueblo en posesión de todo esto. 13 Y así como fuisteis la maldición de las gentes, ¡oh casa de Judá y casa de Israel! así yo os salvaré y seré bendición. No temas y que se esfuercen vuestros brazos, 14 porque así dice Yahvé de los ejércitos: Como pensé en haceros mal cuando vuestros padres me provocaron a ira, dice Yahvé de los ejércitos, y no me arrepentí, 15 así, volviéndome, he pensado en hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá en estos días; no temáis. 16 He aquí lo que vosotros habéis de hacer: hablar cada cual verdad a su prójimo, juzgar en vuestras puertas conforme a verdad y justicia, (sembrando) la paz; 17 no maquinar nadie en su corazón el mal de su prójimo ni jurar en falso, porque todas estas cosas me son abominables, dice Yahvé.

El profeta proclama a sus compatriotas que las promesas de salud ya han comenzado a cumplirse. El hecho de que el templo haya comenzado a reconstruirse es una prueba de ello. Por eso los felicita y exhorta a continuar en el camino emprendido, recordándoles que no fueron fallidas las promesas de los profetas contemporáneos, cuando empezó a cimentarse la casa de Yahvé (v.9), alusión al primer intento de reconstrucción a raíz del retorno (537 a.C.). Ahora el templo de Yahvé surge de sus ruinas, lo que es un buen augurio para todos.
Los tiempos pasados han sido duros, pues no había nada con qué pagar los servicios de los hombres y de las bestias (v.10), y, sobre todo, no había tranquilidad para los trabajos. Ahora se abre una nueva etapa más próspera, pues Yahvé cambiará la antigua maldición en bendición: habrá abundancia de frutos de la tierra, y el pueblo podrá disfrutarlos en tranquilidad (v.13). Hubo un tiempo en que el pueblo escogido fue la maldición de las gentes (v.13). El castigo que cayó sobre él fue enviado por Dios para mantener las exigencias de su justicia; ahora llega la hora de la misericordia (v.15). Pero es preciso cumplir la justicia y la equidad con el prójimo, como habían predicado los antiguos profetas (v.16).

Cesación del ayuno (18-19).
18 Fue me dirigida la palabra de Yahvé de los ejércitos, diciendo: 19 Así dice Yahvé de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo se tornarán para la casa de Judá en gozo y regocijo y en festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz.

Propiamente ahora se da respuesta a la consulta Deu 5:75. Ha pasado la hora del duelo y de los sufrimientos y se abre la de la reconciliación con Dios; por tanto, los ayunos deben cesar y ser sustituidos por muestras de gozosa alegría. El ayuno del cuarto mes recordaba la toma de Jerusalén por los caldeos 3; el del quinto, la destrucción por los mismos; el décimo, el principio del asedio, y el del séptimo, la muerte de Godolías. Todas esas efemérides de luto debían cambiarse en días de alegría por la restauración. La finalidad de las palabras del profeta era levantar los ánimos y exhortar a continuar las obras con ilusión.

La vocación de las gentes (20-23).
20 Así dice Yahvé de los ejércitos: Aún vendrán pueblos y moradores de muchas ciudades, 21 y los moradores de la una irán a los moradores de la otra y les dirán: Vamos a implorar el favor de Yahvé y a buscar a Yahvé de los ejércitos. Yo también voy. 22 Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a Jerusalén a buscar a Yahvé de los ejércitos y a implorar el favor de Yahvé. 23 Así dice Yahvé de los ejércitos: En aquellos días, diez hombres de todas las lenguas de las gentes cogerán de la orla (del manto) a un judío, diciéndole: Nos vamos con vosotros, porque hemos oído que con vosotros está Dios.

La perspectiva del profeta se abre hacia un horizonte luminoso universalista. Viene la hora de la plena glorificación del Dios de los judíos. Como en Isa 2:1-4, Sión se convertirá en el centro de atracción de todos los pueblos. Los judíos serán envidiados por ser el pueblo escogido de Dios, y por eso los gentiles se acercarán a éstos como seres privilegiados, pidiendo participar del culto al verdadero Dios: Hemos oído que con vosotros está Dios (v.23). No se podía ofrecer vaticinio más consolador para aquellos pobres contemporáneos de Zacarías, que con la mayor penuria y con el desprecio y hostilidad de las poblaciones gentiles levantaban penosamente los muros del templo. El profeta quería hacerles ver que las antiguas promesas anunciadas por los grandes mensajeros de Dios tenían aún vigencia, y que, aunque el retorno y reconstrucción del país devastado no había ido al ritmo que idealmente aquéllos habían anunciado, sin embargo, la sustancia de sus vaticinios se realizará, y Jerusalén será realmente el centro y punto de convergencia de todos los pueblos.

1 Cf. Isa 1:26; Jer 31:23; Eze 7:9. – 2 Cf. Jer 30:10.22; Jer 31:75; Jer 32:375. – 3 Cf. Jer 39:2; Jer 52:6-7.

Fuente: Biblia Comentada

Es indudable que los judíos recibieron gran consuelo y ánimo como resultado de las visiones nocturnas que describían el futuro de Israel, en las que se incluye la subyugación de sus enemigos, su reagrupación definitiva en la Tierra Prometida, su limpieza, su restauración y la venida del Mesías y su reino. El templo estaba casi terminado y todos los obstáculos a la construcción fueron removidos por el decreto de Darío que ratificó el decreto de Ciro (cp. Esd 6:1-14), por lo cual se podía decir que todo iba muy bien. Esto dio pie a una pregunta planteada por la delegación de Betel. Esta pregunta tenía que ver con la continuación de un ayuno nacional para lamentar la caída de Jerusalén y la destrucción del templo. Aunque Jerusalén no tenía muros y quedaban muchas ruinas (cp. Hag 1:4), ahora que el templo estaba casi listo se envió esta delegación para preguntar al Señor y a los sacerdotes si necesitaban continuar el ayuno. La pregunta recibió una respuesta negativa en el capítulo Zac 7:1-14 con dos mensajes, y otra positiva en el capítulo Zac 8:1-23, también con dos mensajes. Cada uno de los cuatro mensajes fue dado para que el pueblo entendiera la necesidad de vivir en rectitud. Como en los capítulos Zac 1:1-21; Zac 2:1-13; Zac 3:1-10; Zac 4:1-14; Zac 5:1-11; Zac 6:1-15, el profeta comenzó con la aplicación histórica inmediata y luego pasó a la aplicación profética que corresponde al tiempo de la segunda venida de Cristo.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Zacarías continúa su respuesta a la delegación de Betel, y ahora establece un contraste entre el juicio pasado de Israel y la restauración futura que ha sido prometida. En vista del cautiverio que ocurrió en el pasado, la nación debía arrepentirse y vivir en rectitud. En vista de las bendiciones futuras que les fueron prometidas, Israel debía arrepentirse y vivir en justicia. Los últimos dos mensajes (vv. Zac 8:1-17 y Zac 8:18-23) dan una mirada positiva al futuro, cuando Israel será colocado en un lugar de bendición especial y los ayunos se convertirán en fiestas.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Zac 8:1-23 : Esta sección agrupa diez oráculos que, salvo la instrucción de Zac 8:16-17, hablan de la salvación mesiánica descrita como una era de paz y bienestar que en los vv. Zac 8:20-23 alcanza perspectivas abiertamente universalistas.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Celo por Jerusalén. Los temas del celo por Jerusalén/Sion y el regreso del Señor para habitar en la ciudad han sido temas prominentes previamente (1:14, 16; 2:10-12). Y cuando Dios habita en la ciudad, es menester que sea una ciudad de verdad y santidad. El monte de Jehovah de los Ejércitos era la parte elevada de Jerusalén sobre la cual fue edificado el templo.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

8.3 Algún día Cristo reinará y todo su pueblo vivirá con El. Esta verdad nos alienta a anhelar que llegue el reino del Mesías.8.4, 5 En los tiempos difíciles, los muy ancianos o los muy jóvenes son los primeros en sufrir y morir. Pero ambos grupos abundan en esta visión, llenando las calles con sus actividades cotidianas. Esta es una señal de la paz y la prosperidad completas de la nueva tierra de Dios.8.6 El remanente era un pequeño grupo de cautivos que regresó de Babilonia para reconstruir Jerusalén y el templo. Al luchar por sobrevivir en la tierra, se desalentaron por la oposición que a menudo enfrentaron de sus vecinos hostiles. Era difícil de creer que algún día Dios mismo reinaría desde esta ciudad, pero «para Dios todo es posible» (Mat 19:26).8.13-15 Dios y sus profetas instaron al pueblo por más de quince años para que terminaran la construcción del templo. Una vez más Dios lo alentó con visiones del futuro. Nos vemos tentados a dilatar las cosas por varias razones: la gente no responde; nos sentimos agotados física o emocionalmente; los obreros no cooperan; la obra es desagradable; o muy difícil; o no vale el esfuerzo requerido. Las promesas de Dios acerca del futuro nos deben alentar ahora. El conoce cuáles serán los resultados de nuestro trabajo y por lo tanto puede darnos una perspectiva que nos ayudará a continuar en su obra.8.14-17 Dios prometió dar a su pueblo grandes recompensas; y le aseguró que a pesar de los castigos que sufrieron, El no cambiaría su forma de pensar para bendecirlos. Pero además dijo que tenían una tarea que realizar. Dios será fiel, pero también nosotros tenemos responsabilidades: decir la verdad, ser justos y vivir en paz. Si usted espera que Dios haga su parte, asegúrese de hacer la suya.8.19-22 Llegará un día en el que el ayuno por los pecados se reemplazará por fiesta y gozo. Las personas de todas las naciones adorarán a Dios y pedirán su bendición y ayuda. Esto también se promete en 2.11, 12.8.23 En el pasado, Jerusalén a menudo fue centro de burlas crueles de otras naciones. La ciudad no se respetaba, sus ciudadanos pecaron tanto, que Dios les permitió a sus enemigos que los maltrataran. Pero a la larga, dice Zacarías, Jerusalén será un lugar santo, respetado en gran manera en todo el mundo debido a que su pueblo cambiará su corazón hacia Dios. La gente de otras naciones verá cómo Dios recompensa a su pueblo por su fidelidad y querrá que la incluya en sus grandes bendiciones.9.1-17 Una profecía es un mensaje de Dios. Hadrac quizás era una ciudad al norte de Siria. Los seis capítulos finales del libro son dos mensajes dados en los últimos días de Zacarías que señalan hacia el Mesías y su Segunda Venida. Algunas de estas profecías se cumplieron antes de que llegara el Mesías, quizás por Alejandro Magno; otras se cumplieron durante la vida del Mesías en la tierra; y otras se cumplirán cuando El vuelva. Los que oprimieron a Jerusalén, Siria, Filistea, Fenicia, serían aplastados. El Rey prometido vendría, primero como un siervo en un pollino, luego como un gobernante y juez poderoso.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

Algunas de las características de este glorioso cuadro de Jerusalén era evidente en tiempos de los macabeos (siglo II a.C.), pero el cumplimiento absoluto aguardaba el establecimiento del reino milenial. Jerusalén estará segura (vv. Zac 8:4-5) y el pueblo será reunido de todas partes del mundo (v. Zac 8:8).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[7] Mat 8, 11.[10] Antes de la construcción del templo.

Fuente: Notas Torres Amat