Estudio Bíblico de Éxodo 20:22-23 | Comentario Ilustrado de la Biblia

Éxodo 20:22-23

No me haréis dioses de plata.

La voz de Dios, pero no una forma

La voz de Dios. Indicativo de la personalidad Divina.

II. El aborrecimiento de Dios por la idolatría. Nuestras concepciones más elevadas, encarnadas en las formas materiales más costosas y preciosas, deben estar lejos de la perfección infinita.

III. El amor de Dios por la sencillez. Altares de tierra y altares de piedra sin labrar. Lo más simple es a menudo lo más puro y lo más divino. Los soberbios altares del hombre conducen a degradantes concepciones del Infinito.

IV. El respeto de Dios a las apariencias. “Ni subirás por gradas a mi altar, para que no se descubra tu desnudez en él”. Que todo se haga decentemente y con orden, es el mandato de dos economías.

V. La superioridad de Dios a las estructuras espléndidas. En todos los lugares donde el nombre de Dios esté registrado allí vendrá, y allí bendecirá. (W. Burrows, BA)

Culto público

1. El fin por el cual Dios se revela es que le adoremos.

2. La revelación de Dios de sí mismo debe mantenerse en la memoria perpetua mediante actos de adoración pública.

3. Dios, habiendo hecho una revelación espiritual de sí mismo, no debe ser adorado bajo ninguna forma simbólica.

I. El culto público implica un costo.

II. El culto público puede prescindir de rituales elaborados.

III. El culto público excluye cuidadosamente toda idea de mérito por parte del adorador.

IV. El culto público no se limita a lugares fijos.

V. El culto público no depende de las cualidades materiales o intelectuales del adorador.

VI. El culto público debe realizarse con la debida decencia.

VII. El culto público, cuando se lleva a cabo correctamente, se acompaña de manera uniforme con una bendición.

1. La presencia Divina.

2. La bendición divina. (JW Burn.)