Estudio Bíblico de Hageo 2:14 | Comentario Ilustrado de la Biblia

Hag 2:14

Así es cada obra de sus manos, y lo que allí ofrecen es inmundo.

Obras y corazones puros

Los que han embebido el verdadero temor de Dios, le sirven rectamente aunque sólo traigan una miga de incienso, y que otros sólo profanen el culto de Dios, aunque traigan muchos bueyes; como dice un poeta pagano: “Una mano derecha impía no adora correctamente a los celestiales”. Los filósofos siempre sostuvieron este principio: que ningún sacrificio se ofrece correctamente a Dios excepto que la mente sea recta y pura. Pero, sin embargo, los filósofos, así como los poetas, adoptaron esta noción falsa, por la cual Satanás engañó a todos los hombres, que Dios se pacifica con ceremonias: de ahí han procedido tantas expiaciones, en las que los hombres insensatos confiaban, y por las cuales pensaban que Dios sería propicio para ellos, aunque obstinadamente continuaran procurándose diariamente nuevos castigos, y, por así decirlo, declararan abiertamente la guerra contra Dios mismo. El profeta dice que los hombres no sólo pierden todo su trabajo, sino que también contraen nuevas contaminaciones, cuando buscan pacificar a Dios con sus sacrificios, sin la compañía de la pureza interior. Las obras, por espléndidas que parezcan ante nuestros ojos, no tienen valor ni importancia ante Dios, a menos que fluyan de un corazón puro. La fuente de las obras la considero la integridad del corazón, y el designio y fin es, cuando el objetivo de los hombres es obedecer a Dios, y consagrarle su vida. (Juan Calvino.)