Is 41,4
Yo, el Señor , el primero, y con el último
Yo.
MIRA A DIOS EN SU RELACIÓN PRIMARIA CON SU CRIATURA. Entiende claramente que todo lo que es fue primero una idea en la mente de Dios. De allí, por un acto creativo, salió y tomó forma y ser. Así que Dios fue primero, mucho antes de todas sus obras, como el molde lo es antes de la fundición. Aquí está la verdad y la gloria de la predestinación, ese gran argumento de todo consuelo. Sitúa a Dios lejos, más allá de nuestro pequeño horizonte, por delante de todo. Sea lo que sea, es para cumplir su propósito predeterminado; cada cosa subiendo y subiendo a su vez; todo un reflejo del amor eterno, el cuidado y la sabiduría que moraba desde siempre en la mente de Dios.
II. “CON LOS ÚLTIMOS”. Hay quienes dicen: “Este mundo está en declive y empeorando”. ¿Será posible, si el primero es con los postreros, el mismo Dios ayer, hoy y por los siglos, la misma porción de todos los tiempos? ¿No es suficiente argumento? La edad de oro no puede terminar. Desde lo fugaz y lo cambiante, desde lo decepcionante y lo moribundo, anhelo preguntar: «¿Dónde está la verdad?» ¿Dónde está lo que mi alma quiere, y por lo que mi espíritu inquieto ha estado anhelando durante tanto tiempo, lo que satisfará mi inmortalidad? Y llega la respuesta, como un susurro en el desierto, más fuerte y más claro desde la soledad de los lugares desolados de mi corazón: “Yo, el Señor, el Primero, y con los últimos; Soy él.» (J. Vaughan, MA)