Estudio Bíblico de Proverbios 17:1 | Comentario Ilustrado de la Biblia

Pro 17:1

Mejor es una bocado seco, y tranquilidad con él, que una casa llena de sacrificios con contienda.

El hacedor y el quebrantador de una la paz de la familia

La verdad endulza las relaciones de la vida; la falsedad carcome como el óxido su interior. Cuando viven enamorados, los hombres se encuentran con dulzura y amabilidad, como se juntan los párpados. La envidia lanza granos de arena entre los dos y debajo de cada uno. Cada movimiento envía entonces un dolor punzante por todo el cuerpo, y hace brotar lágrimas de sal. Tan buenos son la paz y el amor para el género humano, que con ellos una familia será feliz, aunque no tenga otra cosa en el mundo; y sin ellos miserables, aunque tienen el mundo entero a su disposición. Una cena de hierbas y un buey estabulado indican los dos extremos: pobreza humilde por un lado y lujo mimado por el otro. Cuando el amor abandona el círculo familiar, ya no es una obra de la mano de Dios, y no hay seguridad en ninguno de sus movimientos. El amor es el elemento en el que se enmarcan todas sus relaciones, por dulzura y seguridad; y cuando se ha evaporado, no queda sino que cada miembro de la casa se ocupe en montar una miserable guardia sobre sus propios intereses, y contra el contacto anticipado de los demás. En esa casa dislocada, cada uno teme a todos, y todos temen a cada uno. Algunas familias ricas viven en el amor y disfrutan doblemente de su abundancia: algunas familias pobres se pelean por sus hierbas. Las riquezas no pueden asegurar la felicidad y la pobreza no puede destruirla. Ya sea esposo o esposa, padre o hijo, amo o sirviente, el perturbador de una casa debe responder ante su todopoderoso Protector por abusar de Sus dones y frustrar Sus bondadosos designios. (W. Arnot, DD)