Estudio Bíblico de Salmos 64:1-10 | Comentario Ilustrado de la Biblia

Sal 64,1-10

Oye mi voz, oh Dios, en mi oración: preserva mi vida del temor del enemigo.

Enemistad del hombre contra el hombre

Nosotros vemos esta enemistad aquí en tres aspectos.

I. Piadosamente temido. David ora en contra de eso. Reza por su propia protección. La autoconservación es un instinto natural, y es justo que tenga una expresión religiosa.

II. Funciona característicamente. ¿Cómo funciona la enemistad en general?

1. Clandestinamente (Sal 64:2). La enemistad en el corazón, como el veneno en la serpiente, tiene dentro el instinto de la astucia.

2. Calumniosamente (Sal 64:3-4). “La calumnia, cuyo filo”, dice Shakespeare, “es más afilado que una espada”. Golpea la reputación del enemigo, y la reputación es tan cara como la vida.

3. Conspiración (Sal 64:5). Coloca trampas y asechanzas para el enemigo en todas partes, asechanzas por las que un hombre puede perder su crédito comercial, su paz doméstica, su reputación social.

4. Diligentemente (Sal 64:6). La enemistad no es latente ni perezosa, ni un agente espasmódico, es sistemática y persistentemente activa: persigue a su víctima, la rastrea hasta encontrarla, por laberíntico que sea el curso.

III. Divinamente frustrado. “Dios les disparará una flecha.”

1. Sin darse cuenta (Sal 64:7). El juicio divino Golpeará al hombre maligno cuando menos lo espere.

2. Por su propia agencia (Sal 64:8). El hombre malicioso debe destruirse a sí mismo. Esta es la ley de Dios (Job 5:12-13).

3. de tal manera que impresione a todos (Sal 64:9-10). Lo que David predica aquí de sus enemigos se aplica a todos los hombres malignos. La retribución divina los alcanzará; serán desconcertados, frustrados, confundidos, arruinados, (Homilist.)