EFREN EL SIRIO. SAN

[924]
Insigne y venerado Padre antiguo, llamado el sirio por su procedencia. La abundancia y profundidad de sus escritos le hizo excelente entre los santos antiguos del Oriente Dice S. Jerónimo en la obra «De viris illustribus», que sus escritos se leí­an en las iglesias de Oriente. Sus escritos han sido citados por católicos y también por ortodoxos, jacobitas y nestorianos. Sus himnos se cantan todaví­a en las liturgias sirí­acas. Se tradujeron al griego con las mismas reglas métricas del original siriaco y dio origen a la llamada «nueva métrica bizantina» semejante a la sirí­aca.

Probablemente nació en Ní­sibis, Siria, hacia el 306. Sus padres no parece que fueran cristianos. El recibió el bautismo a los 28 años. Fue diácono y tal vez no llegó a ordenarse sacerdote, aunque parece difí­cil que, sin serlo, tuviera tanta influencia en su entorno.

Pronto comenzó a brillar por su doctrina y predicación. En los asedios a la ciudad por los persas, dio muestras de valentí­a. Compuso diversos Himnos contra Juliano el Apóstata. El año 363 fue derrotado Joviniano y tuvo que ceder a los persas la ciudad de Ní­sibis. Los cristianos huyeron a la no lejana Edesa. Allí­ él fundó una Escuela llamada de los persas. Mantuvo una vida de continencia y de ascesis admirables.

Se hizo ermitaño y en su Testamento pidió que le amortajaran con su túnica y cogulla. Murió en Edesa el año 373, probablemente el 9 de Junio.

Sus Escritos, no claramente determinados, le dieron fama. Se sabe que compuso cantidades enormes de versos, aunque no todos los que se la atribuyen salieron de su pluma. Escribió sólo en sirí­aco. Entre los más significativos están: «Comentario al Génesis y al Exodo», «Comentario al Diatessaron», «Comentarios a Pablo y a los Hechos de los Apóstoles». La mejor obra poética es la de sus «87 Himnos sobre la Fe», en los que llora por las disensiones en la Iglesia. También tiene «Seis Homilí­as sobre la Fe» y la «Homilí­a sobre el prólogo de S. Juan».

De su época de madurez son inolvidables «La Homilí­a sobre nuestro Señor», «Los 4 Himnos contra Juliano el Apóstata» y «Los 5 Himnos sobre el Paraí­so».

Los monjes que le seguí­an conservaron con veneración dos antologí­as que titularon: «Sobre la virginidad y los misterios de nuestro Señor» y «Sobre la Iglesia de Dios.»
Efrén era un teólogo poeta que pensaba cantando. Era ajeno a la cultura helénica y no entraba en sutilezas semánticas, sino que preferí­a las alabanzas de cada dí­a a Dios. Amaba al Verbo y ansiaba que todos le adoraran sin desgastarse en polémicas. Sus textos sobre la Virgen Marí­a son los más bellos y profundos que han llegado de la antigüedad. Ha merecido por ello el tí­tulo de «Doctor Marianus». El Papa Benedicto XV lo declaró Doctor de la Iglesia el 5 Octubre de 1920

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa