Biblia

MITOS BIBLICOS

MITOS BIBLICOS

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Es tema de especial interés, pues la Escritura Sagrada responde a patronos culturales orientales, mesopotámicos y egipcios y hay que saber entenderla en el contexto cultural en el que se redacta y se expresa. Los mitos bí­blicos influyen en la vida y en la cultura de Occidente a través del cristianismo. Por eso interesa conocerlos de manera especial.

1. Sentido del mito.

Los mitos o creencias ingenuas han sido abundantes en todos los pueblos y en todas las culturas antiguas. Han nutrido todas las religiones. Responden al deseo de explicar hechos que escapan las luces de la razón o de la experiencia. Y se basan en la fantasí­a estimulada por los acontecimientos de la naturaleza y de la sociedad.

En la catequesis deben ser empleados, sobre todo con niños y gentes sencillas, en la medida en que pueden ser un lenguaje para entender otras realidades más espirituales: doctrinas, misterios, virtudes, relaciones, gestos divinos…

Pero deben ser entendidos con discreción y adaptación y siempre en función de la clarificación conveniente cuando la edad y la madurez lo haga posible.

2. Mitos bí­blicos
En los primeros libros de la Biblia existen mitos hermosos, que no eran exclusivos de los Israelitas. Muchos de ellos se hallan también en otros documentos literarios o artí­sticos de Egipto, de Babilonia, de Persia, de los arameos y cananeos, etc.

Ante los mitos se pueden adoptar tres posturas:
– literalismo o aceptación del milagro como un signo casi mágico.

– verbalismo o rechazo total, reduciendo todo el relato mí­tico a simple juego de palabras.

– misticismo o referencia a un lenguaje misterioso que sólo entiende Dios y aquellos a quienes El se lo revela.

El catequista debe aprender a convivir con el mito y sacar partido de él, huyendo por igual del racionalismo negador y de la credulidad aceptadora del literalismo más ingenuo. Le conviene elegir un camino de exégesis moderada, acogiendo el signo milagroso como una posibilidad divina y entendiendo el relato de forma diferente y conveniente.

El uso y el comentario sobre los mitos dependen de la edad y madurez de los catequizandos, de la formación previa adquirida, del contexto en el que se alude a cada mito que se pretende presentar como prueba o expresión religiosa. Los mitos bí­blicos son lenguajes y como tal hay que entenderlo.

3. Los más interesantes
Podemos recordar algunos interesantes y populares: – Creación del mundo (Gn. 1 y 2). – Formación del hombre de limo (Gn. 2). – La originalidad de la mujer (Gn. 2.18). – Sumisión femenina al varón (Gn. 2-3). – Existencia del paraí­so terrenal (Gn 2). – El sentido del trabajo castigo (Gn. 3). – Pecado original y la serpiente (Gn. 3). – Inmortalidad y ciencia del bien y del mal (Gn. 3). – El dolor del parto como castigo (Gn. 3). – La rivalidad de Caí­n y Abel (Gn. 4). – El castigo del diluvio Universal (Gn. 6). – El Arca de Noé (Gn. 8). – La promesa del arco iris (Gn. 9. 12). – Longevidad de los Patriarcas. (Gn. 5). – Gigantes e hijos de Dios. (Gn. 6. 1-4). – Torre de babel y las lenguas (Gn. 12).

Otros mitos posteriores: – Castigo a Sodoma y Gomorra (Gn. 29). – Lucha de Jacob con el ángel (Gn. 33). – Las plagas de Egipto (Ex. 7 a 12). – El paso del Mar Rojo (Ex. 14). – Teofaní­a del Sinaí­ (Ex. 20). – Conquista de Jericó (Jos. 6). – El sol se para ante Josué (Jue. 10.13). – La fuerza de Sansón (Jue. 13 a 17). – Los jóvenes en el horno. (Dan 14.23).

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa