PIZARRA

[562]

Instrumendo didáctico de uso habitual en las aulas escolares y que sirve para escribir o dibujar ante los ojos de los alumnos, de forma muy asequible y con la frecuencia sea necesaria.

Originalmente se hizo de la sustancia carbónica que recibe tal nombre, debidamente pulimentada y enmarcada. Luego se extendió el concepto a cualquier superficie de madera, vidrio, poliéster que en color oscuro o claro permita trazos hechos con sustancia blanca (como el yeso o tiza) o negra o polí­croma (como rotuladores y lápices).

La tecnologí­a moderna es capaz incluso de llamar con motivo objetivo pizarra electrónica a la que es capaz de guardar lo escrito (pizarra con memoria), añadir sonido a lo que se escribe (pizarra musical) o incluso perfeccionar gráficos imperfectos (pizarra inteligente).

A pesar de las nuevas técnicas de comunicación didáctica (audiovisuales, electrónicas, informáticas) y de los mil recursos que existen en el mercado pedagógico (programas, láminas, diseños, organigramas, vocabularios) la pizarra es tan asequible y práctica que posiblemente nunca desaparezca allí­ donde alguien exponga cara a cara sus mensajes y alguien escuche al tiempo que observa los gráficos que acompañan a la palabra.

Ni que decir tiene que este sencillo y antiguo instrumento puede prestar al catequista o al profesor de religión servicios de apoyo y alientos enormes. Por eso, en la medida en que actúe como docente, tiene que aprender a manejar ese recurso y compatibilizarlo con otros lenguajes.

Y conviene recordar que la pizarra no es sólo un instrumento del profesor, sino un vehí­culo de comunicación para los alumnos, que puede exteriorizar en ella lo que bulle en su interior.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa