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Descubierto por L. A. Muratori a mediados del siglo XVIII, el Fragmento muratoriano, escrito en un latín muy pobre, pero probablemente basado en un texto griego del siglo II, ofrece el primer canon o lista de las Escrituras auténticas. Menciona a >Hermas, pero sólo para excluirlo del canon junto con otros textos, principalmente de tendencia gnóstica o montanista. Empieza con lo que debe de haber sido una recensión de Marcos y continúa mencionando los que él llama tercer y cuarto evangelio, Lucas y Juan. Enumera todos los demás libros del Nuevo Testamento, a excepción de Hebreos, Santiago y 1 y 2 de Pedro.
Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiología, San Pablo, Madrid 1987
Fuente: Diccionario de Eclesiología