Biblia

ECONOMIA SALVIFICA

ECONOMIA SALVIFICA

La expresión «economí­a» significa «designio» (divino), «dispensación», «administración» (Lc 16,2; Col 1,25; Ef 3,2). Se acostumbra a usar más frecuentemente como «economí­a sacramental», en el sentido de «comunicación (o dispensación) de los frutos del misterio pascual de Cristo en la celebración de la liturgia sacramental de la Iglesia» (CEC 1076).

La economí­a de la salvación realizada por el Señor (economí­a salví­fica) tiene como fuente la economí­a o vida í­ntima de la Trinidad (economí­a inmanente) y se expresa ahora por medio de los signos sacramentales de la Iglesia (economí­a sacramental). Nosotros conocemos el misterio de la Trinidad y su economí­a, sólo a partir del misterio de Cristo y de su economí­a de salvación universal.

Referencias Historia de salvación, revelación, sacramentos, salvación, Trinidad.

Lectura de documentos CEC 236, 258-260, 1076, 1135.

Bibliografí­a W. KASPER, Fe e historia (Salamanca, Sí­gueme, 1974). Ver bibliografí­a en referencias.

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización

El término «economí­a», que significa etimológicamente administración sobre todo doméstica, o gobierno, indica en el Nuevo Testamento el plan o el ordenamiento de la salvación, la disposición salví­fica. En este sentido se usa en Ef 1,10: es el plan de salvación que Dios ha establecido según su beneplácito, «llevando a la historia a su plenitud» (cf. Ef 3,9). Una noción, también bí­blica, afí­n a la noción de «economí­a salví­fica», es la de «misterio».

Este mismo concepto está presente también en los Padres, que con el término «economí­a» indican el conjunto de las disposiciones divinas, decididas en la eternidad y realizadas en el tiempo con vistas a la salvación del hombre. La expresión «economí­a salví­fica» subyace a la concepción particular neotestamentaria del tiempo, entendido como movimiento que se extiende de la promesa al cumplimiento, de un cumplimento ya comenzado a su manifestación definitiva.

Los textos del Vaticano II utilizan con frecuencia y de varias maneras esta expresión. Por ejemplo la Constitución dogmática Dei Verbum recuerda que «esta economí­a de la revelación se realiza con hechos y palabras intrí­nsecamente vinculados entre sí­, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y la realidad significadas por las palabras, y las palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas» (n. 2).

M. Semeraro

Bibl.: J Goetzmann, Oikortomí­a, en DTNT 1, 239-242; B. Studer, Ecortomía, en DPAT’ 1, 660; W Kasper, Fe e historia, Sí­gueme, Salamanca 1 974.

PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995

Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico