PARROCO, PARROQUIA
La comunidad eclesial, tal como aparece en el Nuevo Testamento y en la Iglesia primitiva, se encuentra allí donde hay un Apóstol o un sucesor de los Apóstoles, formando un «colegio» o «Presbiterio» con sus colaboradores ministeriales, para servir la Palabra, los sacramentos y la caridad. Así era y sigue siendo la Iglesia «particular».
Desde esta comunidad «particular» (ordinariamente radicada en las grandes ciudades) se evangelizaba a otros centros todavía no constituidos en comunidades eclesiales. Cuando éstas fueron consistentes y no llegaban a ser diócesis, se establecía en ellas el mismo servicio profético, sacramental y diaconal, siempre en dependencia del Obispo. En realidad, la «parroquia» es la comunidad de los que «residen» o «viven juntos», aunque en calidad de peregrinos y «extranjeros», como sintiendo la nostalgia de la gran comunidad eclesial. No es la residencia principal o estable de la Iglesia particular, sino la residencia «precaria» o de paso.
Así nacieron las «parroquias» con sus «párrocos» o su colegio de ministros ordenados (presbíteros y diáconos) en armonía con otros carismas y servicios de la misma comunidad. Podían ser parroquias territoriales o personales. Los párrocos son «cooperadores de modo principal del Obispo», puesto que, «bajo la autoridad del mismo», asumen «la cura de almas» y rigen las parroquias como «pastores propios» (ChD 30).
Tradicionalmente se ha considerado a la parroquia como clave de la renovación eclesial. En ella, además de los servicios proféticos, litúrgicos y de caridad (o animación y dirección), hay que resaltar la misma comunidad eclesial como elemento fundamental. Es la «familia» eclesial que refleja la unidad de la Iglesia primitiva, con «un solo corazón y una sola alma» (Hech 4,32), donde se comparte todo como hermanos, puesto que se vive de la misma fe, sacramentos y caridad, con Jesús «en medio» (Mt 18,20).
La parroquia es, pues, la pequeña comunidad eclesial en su concretización de lugar y tiempo, comunidad de fe, de liturgia y de caridad, donde se hace posible el conocerse, compartir y ayudarse, como miembros de la misma familia, porque todos tienen su propio nombre, su vocación, su ministerio y su carisma. Así resuena en ella y se hace posible la comunión de la Iglesia particular y de la Iglesia universal. De este modo, «los fieles y comunidades parroquiales se sienten realmente miembros tanto de la diócesis como de la Iglesia universal» (ChD 30).
Esta realidad teológica y pastoral necesita estructurarse jurídicamente, debido a las necesidades de tipo sociológico, cultural, histórico, etc. De ahí la dificultad de organizar verdaderas parroquias en las grandes ciudades y también cuando la población está muy diseminada por los campos o es muy heterogénea. A veces se organizan parroquias «personales», que tiene en cuenta la idiosincrasia de las personas (grupos étnicos, sectores pastorales peculiares, ritos, etc.).
La renovación de la parroquia no consistirá sólo ni principalmente en una nueva estructuración (que es también necesaria), sino más bien en la capacidad de hacer vivir a los «parroquianos» su realidad de fe, para profundizarla, celebrarla, anunciarla y transformarla en vida familiar y social. El consejo pastoral parroquial tiende a hacer de la parroquia una comunidad familiar y misionera.
Referencias Arciprestazgo, comunidad eclesial, comunidades eclesiales de base, consejo pastoral, Iglesia particular, pastoral de conjunto.
Lectura de documentos SC 42; ChD 30-32; PO 9; CEC 2179, 2226; CIC 515-552.
Bibliografía AA.VV., De masa a Pueblo de Dios. Proyecto pastoral (Madrid, PPC, 1982); AA.VV., Las parroquias, perspectivas de renovación (Madrid 1979); V. BO, La parroquia, pasado y futuro (Madrid, Paulinas, 1977); G. CONCETTI, La parroquia del Vaticano II (Madrid, Coculsa, 1969); (Conf. Epis. Colombia), Directorio nacional de pastoral parroquial (Bogotá, SPEC, 1986); C. FLORISTAN, La parroquia, comunidad eucarística (Madrid 1964); J.L. LARRABE, Las nuevas parroquias. Doctrina conciliar, canónica y pastoral (Madrid 1996); J. MANZANARES, A. MOSTAZA, J.L. SANTOS, Nuevo derecho parroquial ( BAC, Madrid, 1988); M. MORGANTE, La parrocchia nel Codice di Diritto Canonico (Milano, Paoline, 1985).
(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)
Fuente: Diccionario de Evangelización