MALKUTH

(-> Cábala, Reino). Palabra hebrea que significa «reino», de la raí­z mlk: rey o reinar. Una de las palabras más utilizadas de la Biblia hebrea, en la que Dios aparece como Rey* y el pueblo de Israel se organiza por siglos en forma de Reino*. La Cábala la interpreta como décima y última de las sefirot* o emanaciones de Dios. Lo mismo que Kether (corona), que era la primera de las sefirot, Malkuth o Reino que es la última expresa el poder divino, como principio y sentido de toda realidad. Sólo al final del proceso de su manifestación, a partir de la Kether y pasando por la Holikma o Sabidurí­a fundante, a través de las tres trí­adas, una más en lí­nea de realidad fundante (Kether*, Hokhtnah* y Binali*), otra de amor (Hesed*, Din* y Tifereth) y otra en lí­nea de orden cósmico (Netzaj*, Hod, Yesod), Dios puede presentarse en su verdad como divino, instaurando el Malkuth o Reino. En ese sentido, el Reino constituye la culminación del proceso de emanación de Dios, siendo, al mismo tiempo, el signo y principio del retorno: todo lo que ha brotado de Dios vuelve a Dios, de un modo misterioso. De esa manera podemos hablar de una corriente divina y cósmica, de un despliegue y un repliegue, de un ensanchamiento y un estrechamiento que forman los latidos de Dios, que se abre para instaurar todo lo que existe desde sí­ mismo, en el Reino, y que vuelve a sí­ mismo para incluirlo todo en su misterio absoluto. De esa forma retorna Dios a su divinidad, incluyendo en sí­ todas las cosas. En esta lí­nea, podemos afirmar que el Dios hebreo de la Cábala se expresa a sí­ mismo a través de las diez sefirot, culminando en el Reino y volviendo de nuevo a sí­ mismo. Ciertamente, debemos comparar el despliegue cabalí­stico de Dios con la revelación cristiana, conforme al mensaje de Jesús, donde el Reino* constituye también un elemento esencial del despliegue de Dios y del ser de lo creado. Pero el cristianismo concibe ese despliegue desde una perspectiva más histórica, a través de la mediación universal de Jesús crucificado y resucitado, que se hace presente en los pobres. Además, muchos cristianos, lo mismo que los rabinos judí­os, piensan que el despliegue y repliegue cabalí­stico de Dios corre el riesgo del panteí­smo, que lleva a la identificación de todo con Dios.

Cf. J. Dan, Gershom Scholem and the Mystical Mysticism, Nueva York 1987; M. IDEL, Kabbaiah: New Perspectives, New Haven/Londres 1988; G. SCHOLEM, Las grandes tendencias de ia mí­stica judí­a, Siruela, Madrid 2000.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra