Diccionario Strong
βασιλεία
basileía
de G935; propiamente realeza, i.e. (abstractamente) reinar, gobernar, o (concretamente) campo, ámbito (literalmente o figurativamente): reinar, reino.
—-
Diccionario Tuggy
βασιλεία, ας, ἡ.Reino, reinado, gobierno. A.T. מְדִינָה , Est 2:18. הַמֶּלֶךְ מְדִינוֹת , Est 1:22. מְדִינוֹת מַלְכוּת , Est 3:8. מְלוּכָה , 1Sa 10:16. מָלַךְ , 1Re 16:28(1Re 22:42). מֶלֶךְ , Núm 24:7. מַלְּכוּ , Esd 4:24. מַלְכוּת 1Sa 20:31. מַמְלָכָה , Gén 10:10. מַמְלָכוּת , Jos 13:12. בֵּית הַמֶּלֶךְ , Est 4:13. מָמְשָׁלָה , 2Cr 8:6. שָׁלְטָן מַלְכוּ , Dan 6:27(Dan 6:26). N.T.
A) Reino de uno que ejerce poder: Luc 1:33; Luc 19:12; Luc 19:15; Luc 22:29; Hch 1:6; 1Co 15:24; Heb 1:8; Heb 11:33; Rev 1:6; Rev 5:10; Rev 17:12; Rev 17:17-18.
B) Reino. Jurisdicción sobre el cual se reina: Mat 4:8; Mat 12:25-26; Mat 24:7; Mar 3:24; Mar 6:23; Mar 13:8; Luc 11:17-18; Luc 21:10.
C) Reino de Dios.
1) Reino τῶν οὐρανῶν se encuentra solamente en Mt.: Mat 3:2; Mat 4:17; Mat 5:3; Mat 5:10; Mat 5:19-20; Mat 7:21; Mat 8:11; Mat 13:11; Mat 13:44-45; Mat 13:52; Mat 18:3; Mat 19:23; Mat 23:13.
2) Reino Mat 13:43; Mat 26:29.
3) Reino Mat 6:33; Mat 12:28; Mat 21:31; Mat 21:43; Mar 1:15; Mar 4:11; Mar 4:26; Mar 4:30; Luc 4:43; Luc 6:20; Luc 7:28; Luc 8:1; Jua 3:3; Jua 3:5; Hch 1:3; Hch 8:12; Hch 14:22; Hch 19:8; Hch 28:31; Rom 14:17; 1Co 4:20; 1Co 6:10; 1Co 15:50; Gál 5:21; 2Ti 4:18.
4) Reino Efe 5:5.
5) Reino Mat 13:41; Col 1:13.
6) Reino Mar 11:10.
—-
Diccionario Swanson
(Swanson 993)
βασιλεία (basileia), ας (as), ἡ (hē): s.fem.; ≡ DBLHebr 4867, 4895, 4930, 4931; Strong 932; TDNT 1.579-1. LN 37.64 reinar, como rey (Luc 1:33); 2. LN 1.82 reino, área regida por un rey (Mar 6:23); 3. LN 37.65 λαμβάνω βασιλείαν (lambanō basileian), convertirse en rey (Luc 19:12, Luc 19:15; Rev 17:12+); 4. LN 37.105 διατίθεμαι βασιλείαν (diatithemai basileian), asignar un reino (Luc 22:29+); 5. LN 11.13 υἱοὶ τῆς βασιλείας (huioi tēs basileias), pueblo de Dios, literalmente, hijos del reino (Mat 8:12; Mat 13:38+)
—-
Diccionario Vine NT
basileia (βασιλεία, G932), es primariamente un nombre abstracto, que denota soberanía, poder regio, dominio, p.ej., Apo 17:18, traducido «que reina», lit. «tiene (eco) reino (basileia)», como también se traduce en RV (VM: «tiene el imperio»); luego, por metonimia, un nombre concreto, denotando el territorio o pueblo sobre el que reina un rey (p.ej., Mat 4:8; Mar 3:24). Este término se utiliza especialmente del Reino de Dios y de Cristo.
«El Reino de Dios es: (a) la esfera del gobierno de Dios (Sal 22:28; Sal 145:13; Dan 4:25; Luc 1:52; Rom 13:1-2). No obstante, debido a que esta tierra es la escena de una rebelión universal contra Dios (p.ej., Luc 4:5-6; 1Jn 5:19; Apo 11:15-18), el Reino de Dios es (b) la esfera en la cual, en cualquier momento dado, se reconoce su gobierno. Dios no ha cedido su soberanía frente a la rebelión, sea esta demoníaca o humana, sino que ha declarado su propósito de afirmarla (Dan 2:44; Dan 7:14; 1Co 15:24-25). En el interim, buscando obediencia bien dispuesta, él dio su Ley a una nación y designó reyes para que administraran su Reino sobre dicha nación (1Cr 28:5). Israel, sin embargo, aunque declarando todavía una adhesión nominal, se unió a la rebelión general (Isa 1:2-4), y, después de que hubieran rechazado al Hijo de Dios (Jua 1:11; cf. Mat 21:33-43), fueron «excluidos» (véase Rom 11:15, Rom 11:20, Rom 11:25). Desde entonces Dios llama a los hombres en todos lugares, sin distinción de raza ni de nacionalidad, para que se sometan voluntariamente a su gobierno. Por ello se dice del Reino ahora que es «en misterio» (Mar 4:11), esto es, no se halla dentro del campo de los poderes de observación naturales (Luc 17:20), sino que se discierne espiritualmente (Jua 3:3; cf. 1Co 2:14). Cuando, en el futuro escatológico, Dios afirme su gobierno de una manera universal, entonces el Reino lo será en gloria, esto es, será manifiesto para todos; cf. Mat 25:31-34; Flp 2:9-11; 2Ti 4:1, 2Ti 4:18.
»Así, hablando de una manera general, las referencias al reino caen en dos categorías, la primera, en la que se lo contempla como presente, e involucrando sufrimiento por parte de aquellos que entran en él (2Ts 1:5); la segunda, en la que se lo contempla como futuro y está asociado con recompensas (Mat 25:34), y gloria (Mat 13:43). Véase también Hch 14:22.
»El principio fundamental del Reino es declarado en las palabras del Señor dichas en medio de un grupo de fariseos: «el Reino de Dios está entre vosotros» (Luc 17:21); esto es, allí donde está el Rey, allí está el Reino. Así, en este tiempo presente, y por lo que a esta tierra respecta, el lugar donde el Rey se encuentra y donde se reconoce su gobierno es, primeramente, el corazón del creyente individual (Hch 4:19; Efe 3:17; 1Pe 3:15); y luego en las iglesias de Dios (1Co 12:3, 1Co 12:5, 1Co 12:11; 1Co 14:37); cf. Col 1:27, donde en lugar de «en» se debe leer «entre».
»Y ahora, siendo que el Rey y su gobierno son objeto de rechazo, aquellos que entran en el Reino de Dios entran en conflicto con todos los que rechazan adherirse a él, así como con el deseo de comodidad, y con la aversión al sufrimiento e impopularidad, consustanciales a todos. Por otra parte, los súbditos del Reino son objeto del cuidado de Dios (Mat 6:33), y del Rey rechazado (Heb 13:5).
»La entrada al Reino de Dios es por el nuevo nacimiento (Mat 18:3; Jua 3:5), porque nada que el hombre pueda ser de naturaleza, o que pueda alcanzar por cualquier tipo de cultivo de sí mismo, sirve en el reino espiritual. Y como la nueva naturaleza, recibida por el nuevo nacimiento, se hace evidente en la obediencia, se dice además que solo aquellos que hacen la voluntad de Dios entrarán en su Reino (Mat 7:21), donde, sin embargo, el contexto muestra que la referencia es al futuro, como en 2Pe 1:10-11. Cf. también 1Co 6:9-10; Gál 5:21; Efe 5:5.
»La expresión «Reino de Dios» aparece cuatro veces en Mateo, donde el término usual es «Reino de los Cielos». Este último no aparece en ningún otro lugar del Nuevo Testamento, con la excepción de 2Ti 4:18 : «su Reino celestial». Este reino es idéntico al Reino del Padre (cf. Mat 26:29 con Mar 14:25), y con el Reino del Hijo (cf. Luc 22:30). Así, hay tan solo un reino, descrito de varias maneras; del Hijo del Hombre (Mat 13:41); de Jesús (Apo 1:9); de Cristo Jesús (2Ti 4:1); «de Cristo y de Dios» (Efe 5:5); «de nuestro Señor y de su Cristo» (Apo 11:15); «de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo» (Apo 12:10); «de su amado Hijo» (Col 1:13).
»Con respecto al futuro, el Señor enseñó a sus discípulos a orar así: «Venga tu reino» (Mat 6:10), donde el verbo se halla en tiempo puntual, lo que impide la noción de un progreso y desarrollo gradual, e implicando una catástrofe repentina como se declara en 2Ts 2:8.
»Por lo que respecta al presente, el hecho de que alguien pertenezca al Reino de Dios no se evidencia en la observancia puntillosa de ordenanzas, que son externas y materiales, sino en cosas más profundas del corazón, que son espirituales y esenciales, esto es, «justicia, y paz, y gozo en el Espíritu Santo» (Rom 14:17)» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 68-70).
»Por lo que respecta a las expresiones «el Reino de Dios» y el «Reino de los Cielos», en tanto que a menudo se emplean de una manera indistinta, no sigue de ello que en cada caso signifiquen exactamente lo mismo y que sean totalmente idénticas.
»El apóstol Pablo se refiere a menudo al Reino de Dios, no dispensacionalmente, sino en lo moral (p.ej., Rom 14:17; 1Co 4:20), pero nunca de este modo del Reino de los Cielos. «Dios» no es equivalente a «los cielos». él está en todas partes y por encima de todas las dispensaciones, en tanto que «los cielos» se distinguen de la tierra, hasta que el Reino venga en juicio, poder y gloria (Apo 11:15) cuando el gobierno en los cielos y sobre la tierra vendrán a quedar unificados en uno solo.
»Así, en tanto que la esfera del Reino de Dios y del Reino de los Cielos son en ocasiones idénticas, no se puede, sin embargo, utilizar ambos términos como indiscriminadamente sinónimos. En el «Reino de los Cielos» (32 veces en Mateo), el cielo está en antítesis a la tierra, y la frase se limita al reino en su aspecto terreno para el tiempo presente, y se utiliza solo dispensacionalmente y en relación con Israel. En el «Reino de Dios», en su más amplio aspecto, Dios está en antítesis a «hombre», y el término significa la completa esfera del gobierno y actuación de Dios en relación con el mundo. Tiene un sentido moral y espiritual y es el término genérico para el reino en todo tiempo. El Reino de los Cielos es siempre el Reino de Dios, pero el Reino de Dios no está limitado al Reino de los Cielos, hasta que en su forma final vengan a ser uno y lo mismo; p.ej., Apo 11:15; Jua 3:5; Apo 12:10» (Extracto).
Fuente: Varios Autores