Diccionario Strong
בָּמָה
bamá
de una raíz que no se usa (que significa ser alto); elevación: altura, cumbre, lugar alto, ola.
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Diccionario Vine AT
bamah (בָּמָה, H1116), «lugar alto». Este nombre se halla en otras lenguas semíticas con el significado del lomo de un animal o la espalda de un hombre (ugarítico), la ladera o «lomo» de una montaña (acádico) o el «bloque» de piedra o tumba de un santo (árabico). En hebreo bíblico, bamah se usa unas 100 veces y por primera vez en Lev 26:30 (RVA): «Destruiré vuestros lugares altos, derribaré vuestros altares donde ofrecéis incienso, amontonaré vuestros cuerpos inertes sobre los cuerpos inertes de vuestros ídolos, y mi alma os abominará». La mayoría de los casos se encuentran en los libros de Reyes y Crónicas, con el significado de un «lugar alto» de culto. Son contadas las veces que el término se encuentra en el Pentateuco o en la literatura poética o profética.
Bamah con la simple acepción de «espalda» o «lomo» también se halla en el Antiguo Testamento: «Tus enemigos tratarán de engañarte, pero tú pisotearás sus lugares altos» (Deu 33:29 RVA NRV; «alturas» RVR; «espaldas» BJ).
El uso metafórico en la Biblia de los «lomos» (bamah) de las nubes y de las olas del mar causa problemas a los traductores: «Sobre las alturas [«el dorso» NBE] de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo» (Isa 14:14 RVR), y «Por sí solo extiende los cielos y camina sobre las ondas [«alturas» RV; «dorso» NBE] del mar» (Job 9:8). Un problema parecido se encuentra en Sal 18:33 (RVA) (cf. 2Sa 22:34; Hab 3:19): «Hace que mis pies sean ágiles como los del venado, y me mantiene firme sobre mis alturas». En estos pasajes, bamah se debe entender como una expresión idiomática que expresa «autoridad».
Metafóricamente el vocablo sirve para describir al Señor que provee para su pueblo: «Le hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra, y le hizo comer los productos del campo. Hizo que chupara miel de la peña, aceite del duro pedernal» (Deu 32:13 RVA; cf. Isa 58:14). El modismo, «cabalgar sobre las alturas de la tierra», expresa, en términos hebreos, cómo protege Dios a su pueblo. Señala la naturaleza exaltada de Israel, cuyo Dios es el Señor.
No todos los bamah fueron literalmente «lugares altos» cúlticos; el término puede referirse sencillamente a una unidad geográfica; cf: «Por tanto, por culpa de vosotros Sion será arada como campo. Jerusalén será convertida en un montón de ruinas; y el monte del templo, en cumbres boscosas» (Miq 3:12 RVA; cf. Amó 4:13). Antes de llegar los israelitas, los cananeos sirvieron a sus dioses sobre estos montes, en los que sacerdotes paganos presentaban sus sacrificios a los dioses: Israel imitó tal práctica (1Re 3:2), aun cuando sacrificaban al Señor. Los lugares altos de las naciones circunvecinas estaban dedicados a Quemós (1Re 11:7 RVA), ba’al (Jer 19:5) y otras divinidades. Sobre el «lugar alto» se construía un templo que se consagraba al dios: «También hizo [Jeroboam] santuarios en los lugares altos e instituyó sacerdotes de entre la gente común, que no eran hijos de Leví» (1Re 12:31 RVA). Los santuarios se decoraban con símbolos cúlticos; por lo que los pilares sagrados (‘asherah) y los árboles y palos sagrados (matstsebah) se asociaban con templos: «También se edificaron lugares altos, piedras rituales y árboles de Asera, en toda colina alta y debajo de todo árbol frondoso» (1Re 14:23 RVA; cf. 2Re 16:4).
Antes de la construcción del templo, Salomón adoró al Señor en el gran bamah de Gabaón (1Re 3:4). Esto se permitió hasta la consagración del templo; sin embargo, la historia demuestra que Israel no tardó en apropiarse de los «lugares altos» para usos paganos. Hubo bamah en las ciudades de Samaria (2Re 23:19), Judá (2Cr 21:11) y hasta en Jerusalén (2Re 23:13). Los bamah fueron sitios de prostitución ritual: «Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos, y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma joven, profanando mi santo nombre. Sobre las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar; y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses» (Amó 2:7-8).
La Septuaginta usa los siguientes términos griegos: hupselos («alto; altivo; elevado»), bama (transliteración del hebreo), bomos («altar»), stele («pilar») y hupsos («altura; lugar alto»).
Fuente: Varios Autores