H1167

Diccionario Strong

בַּעַל

baal

de H1166; maestro; de aquí, esposo, o (figurativamente) dueño (frecuentemente usado con otro sustantivo en modificaciones de este último sentido): gente, hombre, lleno, marido, morador, adversario, aliado, arquero, ave, capitán, compañero, deber, dueño, poseedor, poseer, señor, soñador, tener, varón, vecino.

—-

Diccionario Chávez

בַּעַל

1) Señor, marido (Gén 20:3; la RVA traduce «casada» lo que literalmente dice:

«desposada de un marido»).

2) Señor, propietario de la tierra:

baaléi Shjem = los señores de Siquem, es decir, los ciudadanos (Jue 9:26).

3) Duenños, señores de las naciones (Isa 16:8).

4) Aliado:

baaléi brit (Gén 14:13).

5) Dueño de animales o cosas (Éxo 21:28).

6) Indica caracterización:

a) baal jalomót = el de los sueños (Gén 37:19). b) baal af = el de la ira, es decir, iracundo (Pro 22:24). c) baal néfesh = de gran deseo, es decir, con mucho apetito (Pro 23:2). d) baal lashón = dueño de lengua, es decir, que sabe pronunciar encantamientos (Ecl 10:11).

7) Uso forense:

a) baal devarím = el que tiene algún asunto legal (Éxo 24:14). b) baal mishpat = adversario legal (Isa 50:8).

8) Divinidades animistas que se asocian a diversos entes de la naturaleza, como pozos, árboles, rocas. Se les llama baalím, «Baales». 9) Baal, el dios de Canaán (1Re 18:26).

10) Imágenes de Baal asociadas a santuarios específicos:

a) Baal Peor = el Baal de Peor (Núm 25:3). b) Baal Brit = el Baal de los Pactos, cuyo santuario estaba en Siquem (Jue 8:33). c) Baal Zebub es una modificació del nombre de Baal Zebul, para hacerlo que diga:

«el Baal de las moscas». (2Re 1:2).

11) El Señor, Dios de Israel (Ose. 2:18/Ose 2:16). — Paus. בָּֽעַל; Suf. בַּעְלִי; Pl. בְּעָלִים; Const. בַּעֲלֵי; Fem. בַּעֲלָה; Const. בַּעֲלַת (también Baalat, diosa de Canaán).

—-

Diccionario Vine AT

ba’al (בַּעַל, H1167) «señor; baal». En acádico, el nombre belu («señor») dio lugar al verbo belu («gobernar»). En otras lenguas del semítico nordoccidental, el nombre ba’al tiene un significado un tanto diferente, puesto que otros términos han asumido el significado de «señor» (cf. heb. ‘adôn.) con los cuales el vocablo hebreo ba’al parece guardar relación.

La palabra ba’al aparece 84 veces en el Antiguo Testamento hebreo; 15 veces significa «marido» y 50 veces se refiere a una divinidad. El nombre ba’al aparece por primera vez en Gén 14:13 : «Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mambre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de [literalmente «ba’ales » del pacto con] Abram».

El significado primario de ba’al es «poseedor». Isaías usa a ba’al con sentido paralelo a qanah, lo cual pone en claro el significado básico de ba’al : «El buey conoce a su dueño [qanah], y el asno el pesebre de su señor [ba’al]; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento» (Isa 1:3). Un individuo puede ser dueño [ba’al] de un animal (Éxo 22:10), una casa (Éxo 22:7), una cisterna (Éxo 21:34) y hasta de una esposa (Éxo 21:3).

Una acepción secundaria, «marido», se expresa con claridad mediante la frase ba’al ha-ishshah (literalmente, «dueño de la mujer»). Por ejemplo: «Si algunos riñen, y hieren a una mujer embarazada, y esta aborta, pero sin causarle ningún otro daño, serán penados conforme a lo que les imponga el marido [ba’al ha-ishshah] de la mujer y juzguen los jueces» (Éxo 21:22 RV-95). El significado de ba’al está estrechamente ligado al de ish («hombre»), como se puede apreciar en dos ejemplos en el pasaje siguiente: «Oyendo la mujer de Urías que su marido [is] Urías era muerto, hizo duelo por su marido [ba’al]» (2Sa 11:26).

El término ba’al junto con otro nombre puede significar una característica o cualidad peculiar: «Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador» (Gén 37:19; literalmente, «el maestro de sueños»).

En tercer lugar, la palabra ba’al puede denotar cualquier divinidad ajena al Dios de Israel. ba’al fue un nombre común para el dios de la fertilidad de Canaán, sobre todo en la ciudad cananea de Ugarit. El Antiguo Testamento registra que «Baal» era el dios de los cananeos. Durante el tiempo de los jueces, los israelitas adoraron a ba’al (Jue 6:25-32) y también durante el reinado de Acab. Elías se levantó en oposición a los sacerdotes de ba’al en el monte Carmelo (1Re 18:21 ss). Muchas ciudades consagraron a ba’al como un dios local mediante actos especiales de culto: Baal-peor (Núm 25:5), Baal-berit en Siquem (Jue 8:33), Baal-zebub (2Re 1:2-16) en Ecrón, Baal-zefón (Núm 33:7) y Baal-hermón (Jue 3:3).

Entre los profetas, Jeremías y Oseas mencionan a Baal con mayor frecuencia. Oseas describe a Israel que se ha vuelto a los baales y que solo se vuelve al Señor después de un tiempo de desesperación (Ose 2:13, Ose 2:17). Dice que el nombre de ba’al no se usará más, ni siquiera con el significado de «Señor» o «amo», por la contaminación del término por prácticas idólatras: «En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más me llamarás ba’ali. Porque quitaré de su boca los nombres de los baales [ba’alim], y nunca más se mencionarán sus nombres» (Ose 2:16-17). En días de Oseas y Jeremías aún se adoraban ídolos de ba’al porque la gente sacrificaba, construía lugares altos y fabricaba imágenes de ba’alim (plural).

En la Septuaginta, el término ba’al no se traduce de manera uniforme: curios («señor», «dueño»); aner («hombre», «marido»); la simple transliteración; y ba’al. La RV lo traduce así: «Baal, hombre, dueño, marido, señor».

Fuente: Varios Autores