H7523
Diccionario Strong
רָצַח
ratsákj
raíz primaria; propiamente despedazar, hacer pedazos, i.e. matar (a un ser humano), especialmente asesinar: aplastar, homicida, homicidio, matador, matar, morir, muerto.
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Diccionario Chávez
רצח QAL:
1) Asesinar (1Re 21:19).
2) El Part. se traduce como «homicida» (Núm 35:6). — Perf. רָצַח; Suf. רְצָחוֹ; Impf. תִּרְצַח; Inf. רָצֹח; Part. רֹצֵחַ.
NIFAL:
Ser asesinado (Jue 20:4). — Impf. אֵרָצֵחַ; Part. נִרְצָחָה.
PIEL:
1) Asesinar (Ose 6:9).
2) El Part. se traduce «homicida» (2Re 6:32). — Impf. יְרַצְּחוּ; Part. מְרַצֵּחַ, מְרַצְּהִים.
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Diccionario Vine AT
ratsaj (רָצַח, H7523), «matar, asesinar». Este verbo aparece más de 40 veces en el Antiguo Testamento, sobre todo en el Pentateuco. Son escasas las referencias a ratsaj en hebreo rabínico, aunque su uso se ha incrementado en hebreo moderno con el significado exclusivo de «asesinar». Además de hebreo, el verbo se usa en arábigo con la acepción de «magullar», «aplastar».
Ratsaj se encuentra primordialmente en la legislación veterotestamentaria, como era de esperarse, puesto que la Ley de Dios incluye reglamentos en defensa de la vida y disposiciones en cuanto al asesinato. El Decálogo expresa el principio general en una declaración sencilla, en la que se encuentra el primer ejemplo del verbo: «No matarás [asesinarás]» (Éxo 20:13). Otra disposición tiene que ver con la pena: «Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida» (Núm 35:30). Pero, antes de aplicarse la sentencia, habrá un juicio.
El Antiguo Testamento reconoce la distinción entre asesinato premeditado y homicidio involuntario. Con el fin de proteger los derechos del homicida, que mata sin premeditación, la ley establecía tres ciudades de refugio (Números 35 ; Deuteronomio 19 ; Josué 20-21), a ambos lados del Jordán, en las que un homicida podía asilarse, «a donde pueda huir el homicida que accidentalmente hiera de muerte a alguno» (Núm 35:11). Esta provisión permitía que un homicida tuviera acceso al sistema jurídico porque podría «matarlo» un vengador de sangre si permanecía en su propia comunidad (Núm 35:21). El acusado debía juzgarse (Núm 35:12 RVA) y si se encontraba culpable de homicidio no premeditado, lo obligaban a permanecer en la ciudad de refugio hasta que falleciera el sumo sacerdote (Núm 35:28). Este requisito de imponer el exilio aun en casos de homicidio accidental enfatiza la severidad con que se trataban casos de «asesinato». El culpable de homicidio se entregaba al vengador de la sangre que mantenía el derecho de ejecutar al homicida si este abandonaba el territorio de la ciudad de refugio antes de la muerte del sumo sacerdote. Por otro lado, si el homicida era claramente culpable de asesinato premeditado (véanse ejemplos en Núm 35:16-21), el vengador de la sangre podría ejecutar al asesino sin juicio previo. Es así como el Antiguo Testamento subraya los principios de la inviolabilidad de la vida y de la retribución; únicamente en las ciudades de refugio se suspendía el principio de retribución.
Los profetas usan ratsaj para describir los efectos de la injusticia e irreverencia a la Ley en Israel: «Porque no hay en la tierra verdad, ni lealtad, ni conocimiento de Dios. El perjurar, el engañar, el asesinar, el robar y el adulterar han irrumpido» (Ose 4:1-2 RVA; cf. Isa 1:21; Jer 7:9).
El salmista también expresa matafóricamente la privación de los derechos de las víctimas indefensas: «A la viuda y al extranjero matan, y a los huérfanos quitan la vida» (Sal 94:6).
En la Septuaginta encontramos la siguiente traducción: foneuein («asesinar; matar; ejecutar»).
Fuente: Varios Autores