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KEMOS

KEMOS

dios de los moabitas, Jr 48, 7 y 13, por lo que se les llamó pueblo de K., Nm 21, 29; Jr 48, 46. El rey Salomón levantóun altar a K. sobre el monte frente a Jerusalén, 1 R 11, 7 y 33, que fue destruido por el rey Joacaz, 2 R 23, 12.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

La principal deidad de los moabitas, a quienes se llama †œpueblo de Kemós†. (Nú 21:29; Jer 48:46.) Algunos eruditos identifican a esta deidad con el Baal de Peor debido a la relación de este último con los moabitas. (Nú 25:1-3.) Es probable que se sacrificasen niños a Kemós, si no habitualmente, sí­ en casos de extrema dificultad. (2Re 3:26, 27.)
La estela de basalto negro conocida comúnmente como la Piedra Moabita, erigida por el rey Mesá de Moab para conmemorar su rebelión contra Israel, ayuda a entender cómo veí­an los moabitas a su dios Kemós. Según esta inscripción, Kemós concedí­a la victoria en las batallas, y la guerra se emprendí­a por orden suya. El rey Mesá le atribuyó la liberación de la opresión israelita, y consideró la aflicción de su paí­s a manos de Omrí­, el rey de Israel, como fruto de la ira de este dios con su tierra.
Jefté se refirió a Kemós como el dios de los ammonitas. (Jue 11:24.) Algunos eruditos cuestionan la validez de la declaración de Jefté en vista de que en otros textos a Kemós siempre se le relaciona con los moabitas. Sin embargo, hay que recordar que los ammonitas adoraban a numerosos dioses. (Jue 10:6.) Además, si se tiene en cuenta que los ammonitas y los moabitas eran pueblos vecinos, descendientes ambos de Lot, el sobrino de Abrahán, no parece extraño que ambas naciones adoraran a Kemós.
La adoración de Kemós debió introducirse en Israel durante el reinado de Salomón. Este rey construyó, seguramente influido por sus esposas moabitas, un altar alto a Kemós †œen la montaña que estaba enfrente de Jerusalén†. (1Re 11:1, 7, 8, 33.) Durante la extensa reforma religiosa de Josí­as, unos tres siglos más tarde, se inutilizó este lugar alto para tal adoración. (2Re 23:13.)
Cuando el profeta Jeremí­as predijo la calamidad que le sobrevendrí­a a Moab, indicó que su dios principal, Kemós, así­ como sus sacerdotes y prí­ncipes, irí­an al exilio. Los moabitas se quedarí­an avergonzados de su dios debido a su impotencia, de la misma manera que los israelitas del reino de diez tribus habí­an quedado avergonzados de Betel, probablemente debido a la adoración del becerro que allí­ se practicaba. (Jer 48:7, 13, 46.)

Fuente: Diccionario de la Biblia