Biblia

NAHUM, LIBRO DE

NAHUM, LIBRO DE

El breve libro de Nahúm es en su mayor parte un poema, una obra de arte, que predice la caí­da de Ní­nive, la capital de Asiria. Ní­nive fue conquistada por los babilonios, los medos y los escitas en el año 612 a. de J.C.

Nahúm declaró que Ní­nive caerí­a, como cayó Tebas, a la cual los asirios mismos habí­an conquistado en el 663. El libro, por lo tanto, se escribió entre el 663 y el 612, en tiempos turbulentos. Sofoní­as también predijo, en tiempos de Josí­as, la caí­da de Ní­nive (Zep 1:1; Zep 2:13).

El libro de Nahúm consiste de dos partes: un poema relacionado con la grandeza de Dios (Nah 1:2-15), y luego un poema más extenso en el que se detalla la caí­da de Ní­nive (Nah 2:1—Nah 3:19). La crueldad de los asirios ya casi sobrepasaba los lí­mites de lo creí­ble. Su polí­tica parece haber sido la de generar el terror. Sus propios cuadros muestran a prisioneros estaqueados al suelo y despellejados vivos. No es de sorprenderse que Nahúm se entusiasmara con la caí­da del orgulloso, rico y cruel Imperio Asirio. Si es censurable que Nahúm se regocijara frente a la caí­da de Asiria,
¿qué diremos de la multitud celestial en Rev 19:1-6 (comparar Neh 2:3; Neh 4:4-5)?

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Uno de los llamados profetas menores. El tema principal del libro es la caí­da de Ní­nive. Parte de la obra (Nah 1:1 a 2:3) fue escrita como un poema en forma de acróstico, comenzando cada verso con una letra del alfabeto hebreo, hasta llegar a †œsamek†.

Autor y fecha. Se atribuye el libro al profeta Nahúm, quien lo escribió poco antes de la destrucción de Ní­nive (612 a.C.). N. menciona la destrucción de Tebas (Nah 3:8), que tuvo lugar en el 663 a.C.

Circunstancias. Tras invadir Israel y destruir Samaria, el imperio asirio parecí­a muy fortalecido. El reino de Judá habí­a quedado sujeto a tributo. Los sirios estaban dominados. Los habitantes de Samaria fueron trasladados a distintos lugares, entre ellos Ní­nive, la capital imperial. Esta ciudad se habí­a convertido en la más grande del mundo, llena de opulencia por las muchas rapiñas de los asirios entre todas las naciones. Unos cincuenta años después de la destrucción de Samaria, el profeta Nahúm emitió sus oráculos, proclamando el fin de Ní­nive.

Desarrollo. El libro comienza indicando que †œJehová es Dios celoso y vengador†. Luego se ofrece una teofaní­a, que describe el poder grandioso de la presencia de Dios (†œLos montes tiemblan delante de él y los collados se derriten…. ¿Quién permanecerá delante de su ira?†). él es bueno †œy conoce a los que en él confí­an. Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios†). Sus enemigos †œserán consumidos como hojarasca completamente seca†. De Ní­nive habí­a salido †œun consejero perverso†. (Algunos opinan que aquí­ se trata de una referencia a la invasión de asiria cuando Jerusalén fue sitiada.) Pero Dios anuncia a la ciudad santa: †œBastante te he afligido; no te afligiré ya más†. En cuanto a Ní­nive, Dios ordena †œque no quede ni memoria de† su nombre, lo cual debe ser motivo de alegrí­a para Judá (Nah 1:1-15).
capí­tulo segundo describe la forma en que será destruida la impí­a ciudad. El lenguaje es ví­vido (†œ… carro como fuego de antorchas…. con estruendo rodarán por las calles; su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos†). Se dan detalles de una gran operación militar. Los preparativos para la defensa, el reforzamiento de los muros (Nah 2:5), los ejércitos en orden (Nah 2:3), la ofensiva de los carros (Nah 2:4), el desví­o del rí­o que destruye las murallas (Nah 2:6) y, finalmente, el saqueo.
los historiadores resulta asombroso que esta profecí­a de Nahúm se cumpliera con tanto detalle. Fuerzas caldeas y escitas sitiaron la ciudad. Lluvias especialmente fuertes en dí­as anteriores hicieron crecer el Tigris, que desvió su curso y enfiló hacia las murallas, que cedieron. La misma ciudad se inundó en gran parte. Por la brecha entró el enemigo. El rey asirio Sardanápalo habí­a creí­do un oráculo que decí­a que Ní­nive serí­a destruida cuando el rí­o peleara en su contra. Al ver esto, perdió toda esperanza. Encerró a sus concubinas y a sus eunucos en una cámara. Hizo una gran pira sobre ella y se suicidó con toda su familia. Nahúm es tan exacto que a muchos se les hace difí­cil aceptar que se trata de una profecí­a, diciendo que lo escribió después de saber los hechos.
el tercer capí­tulo Dios declara a Ní­nive: †œHeme aquí­ contra ti†. Le advierte que ella no es mejor que †¢Tebas, la que fue destruida a pesar del apoyo de Etiopí­a, Egipto, Fut y Libia. La ciudad debe prepararse para lo que vendrí­a (†œProvéete de agua para el asedio, refuerza tus fortalezas†). Pero los prí­ncipes asirios no se verán por ninguna parte †œserán como nubes de langostas que se sientan en vallados en dí­a de frí­o; salido el sol se van, y no se conoce el lugar donde están†. Por su descuido, los habitantes de Asiria serán esparcidos (†œ… tu pueblo se derramó por los montes†). El destino de Ní­nive es la destrucción (†œ… tu herida es incurable†), lo cual será el asombro de las generaciones futuras (†œ… todos los que oigan tu fama batirán las manos sobre ti†) (Nah 3:1-19).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

Este libro bí­blico constituye una †œdeclaración [profética] formal contra Ní­nive†, la capital del Imperio asirio. Su escritor fue Nahúm el elqosita. (Na 1:1.) El cumplimiento histórico de aquella declaración profética corrobora la autenticidad del libro. Se escribió después que la ciudad egipcia de No-amón (Tebas) sufrió una humillante derrota en el siglo VII a. E.C. (3:8-10), y se completó antes de la predicha destrucción de Ní­nive en 632 a. E.C. (Véanse ASIRIA; NíNIVE.)

Armoní­a con otros libros de la Biblia. El libro de Nahúm concuerda completamente con el resto de las Escrituras al decir que Jehová es †œun Dios que exige devoción exclusiva†, †œtardo para la cólera y grande en poder†, pero que de ningún modo retiene el castigo. (Na 1:2, 3; compárese con Ex 20:5; 34:6, 7; Job 9:4; Sl 62:11.) †œJehová es bueno, una plaza fuerte en el dí­a de la angustia. Y sabe de los que buscan refugio en él.† (Na 1:7; compárese con Sl 25:8; 46:1; Isa 25:4; Mt 19:17.) Esas cualidades se manifestaron claramente cuando liberó a los israelitas de la opresión asiria y se vengó de Ní­nive, ciudad culpable de derramamiento de sangre, después de haber aguantado pacientemente mucho tiempo.
Además, deben notarse las similitudes entre el capí­tulo 1 de Nahúm y el Salmo 97. Las palabras de Isaí­as (10:24-27; 30:27-33) con respecto al juicio de Jehová contra Asiria son en cierto modo paralelas a las de los capí­tulos 2 y 3 de Nahúm. (Compárese también con Isa 52:7; Na 1:15; Ro 10:15.)

Antecedentes históricos. Debido a su falta de fe, el rey Acaz de Judá pidió ayuda imprudentemente al rey asirio Tiglat-piléser III (Tilgat-pilnéser), a pesar de que se le habí­a asegurado que la conspiración del rey sirio Rezí­n y el rey israelita Péqah no lograrí­a destronarlo. (Isa 7:3-7.) Finalmente, esta acción †œle causó angustia, y no lo fortaleció†, pues Judá llegó a estar bajo el pesado yugo de Asiria. (2Cr 28:20, 21.) Con el tiempo, Ezequí­as, hijo y sucesor de Acaz, se rebeló contra la dominación asiria. (2Re 18:7.) Por ello el monarca asirio Senaquerib invadió Judá y tomó una ciudad fortificada tras otra, lo que resultó en gran desolación para la tierra. (Compárese con Isa 7:20, 23-25; 8:6-8; 36:1, 2.) El siguiente rey de Judá, Manasés, fue capturado por jefes del ejército asirio y llevado a Babilonia (para entonces bajo el control asirio). (2Cr 33:11.)
Puesto que Judá habí­a sufrido durante mucho tiempo bajo el pesado yugo de Asiria, la profecí­a de Nahúm sobre la destrucción inminente de Ní­nive constituí­a buenas nuevas. Como si Asiria ya hubiera experimentado su caí­da, Nahúm escribió: †œÂ¡Mira! Sobre las montañas los pies de uno que trae buenas nuevas, uno que publica la paz. Oh Judá, celebra tus fiestas. Paga tus votos; porque ya no volverá a pasar por ti ninguna persona que no sirve para nada. Enteramente será por cierto cortada†. (Na 1:15.) Ya no habrí­a ninguna interferencia de los asirios; nada impedirí­a que los habitantes de Judá asistieran a sus fiestas o las celebraran. La liberación del opresor asirio serí­a completa. (Compárese con Na 1:9.) Además, todos los pueblos que oyeran de la destrucción de Ní­nive †˜batirí­an las manos†™ o se regocijarí­an por su calamidad, puesto que la maldad de esa ciudad habí­a ocasionado mucho sufrimiento. (Na 3:19.)
La agresividad militar de los asirios convirtió a Ní­nive en una †œciudad de derramamiento de sangre†. (Na 3:1.) El trato que daban a los cautivos de sus guerras era cruel e inhumano. A unos se les quemaba o despellejaba vivos. A otros se les cegaba o se les cortaba la nariz, las orejas o los dedos. Solí­an conducir a sus cautivos con cuerdas terminadas en ganchos que les agujereaban la nariz o los labios. No hay duda de que Ní­nive merecí­a la destrucción por su derramamiento de sangre.

[Recuadro en la página 459]

PUNTOS SOBRESALIENTES DE NAHÚM
Una declaración formal contra Ní­nive, la capital de Asiria
Escrito poco antes de la destrucción de Ní­nive en el año 632 a. E.C.

Jehová se venga de sus adversarios (1:1-6)
Jehová exige devoción exclusiva; es lento en cuanto a ira, pero no se retendrá de castigar cuando se merezca
Nadie puede mantenerse en pie contra el ardor de su cólera; ante El los mares se secan, las montañas se mecen, las colinas se derriten y la tierra es solevantada

La ejecución de los inicuos libera a los que esperan en Jehová (1:7–3:19)
Jehová es una plaza fuerte para los que confí­an en El, pues exterminará al enemigo
Se anunciarán buenas nuevas para Judá; la †œpersona que no sirve para nada† será cortada, y la adoración verdadera continuará sin impedimentos
Jehová volverá a juntar a los que le pertenecen, pero Ní­nive quedará desolada y sus carros de guerra serán quemados
La ciudad culpable de derramamiento de sangre será saqueada como castigo por sus pecados; nada puede salvarla, pues sus guerreros se han vuelto como las mujeres
El golpe infligido al rey de Asiria se ha hecho incurable

Fuente: Diccionario de la Biblia

I. Paternidad y fecha

Nahúm fue profeta, oriundo de Elcos, posiblemente en Judá. Resulta difícil fechar su profecía con precisión, pero podemos notar que la captura de Tebas (e. d. No-amón) se considera como ya consumada. Este acontecimiento tuvo lugar bajo Asurbanipal en los años 664–663 a.C. Al mismo tiempo, Nínive, objeto de la predicación de Nahum, está todavía en pie. Nínive cayó en el 612 a.C., de modo que podemos ubicar aproximadamente la profecía entre estas dos fechas. Con todo, no se puede ser más preciso que esto.

II. Resumen del contenido

Cada uno de los tres capítulos es una unidad en sí misma, y se entiende mejor la profecía si se consideran los capítulos uno tras otro.

a. Poema acróstico y declaración de juicio, 1.1–15

El cap(s). 1 se divide en tres secciones principales: el sobrescrito (v. 1), la descripción de la majestad de Dios (vv. 2–8), y la declaración del juicio por venir (vv. 9–15). El sobrescrito describe el mensaje como maśśā˒, e. d. “carga”, palabra que con frecuencia denota un mensaje que comprende una amenaza. También declara que la obra de la que forma parte es el “libro de la visión de Nahúm”, e. d. un libro en el que la visión recibida por Nahúm adquiere forma escrita. Por consiguiente, el carácter sobrenatural del mensaje se reconoce desde el comienzo.

Inmediatamente el profeta se lanza a declarar el celo de Dios. El celo del Señor se manifiesta en que está resuelto a llevar a cabo sus propósitos tanto en cuanto a la instauración de su propio reino como en cuanto al castigo de sus adversarios. Este último aspecto del celo de Dios es lo que aquí adquiere relieve. Dios es lento para la ira, dice el profeta (v. 3); no obstante, se ha de vengar de sus enemigos. Cuando estos términos se aplican a Dios tenemos que entender que se usan en forma antropomórfica; no contienen las connotaciones siniestras que llevan adheridas cuando las usamos en relación con los hombres. El que Dios pueda llevar a cabo sus propósitos es cuestión que no admite duda alguna. Puede controlar las fuerzas de la naturaleza, la tormenta, los ríos, el mar, a Basán, etc. Para los que confían en él es una fuerza, pero para los malvados es tinieblas.

Los enemigos del Señor se niegan a creer que los va a herir. En consecuencia, Dios anuncia que en momentos en que no se lo espera el enemigo ha de ser devorado como rastrojo que está completamente seco. Mas hay también un anuncio de salvación, y a Judá se le manda que guarde sus fiestas solemnes y cumpla sus votos.

b. El sitio y el saqueo de Ninive, 2.1–13

En 2.1–6 Nahúm describe al enemigo que sitiaba Nínive. Se trata de los medos, que venían de la llanura de Persia y que estaban volcando su atención sobre los asirios de la llanura mesopotámica. Se los describe como los que destrozan en pedazos (v. 1). Al atacar la ciudad abren las compuertas para que las aguas del río se desborden y luego puedan entrar ellos y destruir su palacio.

Huzab (cf. °vm, 2.7), palabra que posiblemente designa a la reina (así °vrv2; °bj, “la Belleza”; rsv “su amante”), es llevada al cautiverio, y sus doncellas van con ella. (°nbe traduce “hacen formar y salir a los cautivos”; J. D. W. Watts sugiere el pedestal de una imagen del templo.) Nínive, que es objeto del ataque, se ha vuelto como un estanque de agua. Hacia ella se ha orientado mucha actividad comercial, y muchos bienes han sido almacenados en ella, de modo que ahora está repleta. No obstante, los hombres huirán de ella, y los que gritan “¡deteneos!” no podrán impedir a los que buscan refugio en la huida. El saqueo comienza entonces en serio, y los pocos sobrevivientes que se quedan en la ciudad observan con dolor y terror mientras la ciudad es despojada.

Nínive fue un león en una época, una verdadera guarida de leones. Se había dedicado a buscar víctimas. Ahora, sin embargo, se ha convertido ella misma en objeto de dicho trato. ¿Qué ha pasado con Nínive? La respuesta es que Yahvéh de los ejércitos está contra ella, y él ha resuelto actuar de tal modo que le sean quitados su poder y sus fuerzas.

c. Descripción de la ciudad y comparación con Tebas, 3.1–19

El cap(s). 3 consiste en una descripción del carácter perverso de la ciudad de Nínive. Se trataba de una ciudad sanguinaria y llena de crueldad. Era una ciudad guerrera, y hubo muchos que fueron muertos. Habiéndose prostituido había vendido naciones, y practicaba la hechicería. Por lo tanto, el Señor se había vuelto en contra de ella y la iba a exponer a fin de que fuese objeto de burla delante de todos.

Luego Nahúm hace una breve comparación con Tebas (3.8–15). Tebas, como capital del alto Egipto, se había hecho fuerte, se había gloriado en su fuerza, y había obrado igual que Nínive, mas le había llegado ineludiblemente el momento de la ruina. Así habría de ocurrir también con Nínive. No había escape posible. De este modo el profeta va llegando al punto culminante, y anuncia que no hay curación para la herida de Asiria, “tu herida es incurable” (3.19a).

En esta pequeña profecía de juicio aprendemos que el Dios de Israel, la nación que había sido despreciada por Asiria, es realmente el Dios que controla los destinos y las acciones de todas las naciones.

Bibliografía. F. Baruc, “El libro de Nahúm”, La Sagrada Escritura, 1971, t(t). VI, pp. 326ss; M. García Cordero, “Introducción y comentario al libro de Nahúm”, Biblia comentada, 1967, t(t). III; S. Carrillo Alday, Los profetas de Israel, s/f; L. Alonso Schökel; Profetas, 1980, t(t). II; R. T. A. Murphy, “Nahúm”, Comentario bíblicoSan Jerónimo”, 1971, t(t). I, pp. 767.

A. Haldar, Studies in the Book of Nahum, 1947; Walter A. Maier, Nahum, 1959; J. H. Eaton, Obadiah, Nahum, Habakkuk, Zephaniah, TBC, 1961; J. D. W. Watts, Joel, Obadiah, Jonah, Nahum, etc., CBC, 1975.

E.J.Y.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico