HERMANOS DE JESUS
tip, CRIT
ver, MARíA
vet, Así es como los Evangelios denominan a Jacobo, José (llamado también Josés), Simón y Judas, mencionando además de una manera expresa que tenía hermanas (Mt. 13:55-56; Mr. 6:3). Iban con María (Mt. 12:47-50; Mr. 3:31-35; Lc. 8:19-21). Acompañaron a Jesús, junto con María, a la ciudad de Capernaum al inicio de su ministerio (Jn. 2:12). Sin embargo, no manifestaron fe en El hasta después de su muerte (Jn. 7:4, 5). No obstante, después de la resurrección se les halla junto con los discípulos (Hch. 1:14), y ejercitando su ministerio cristiano (1 Co. 9:5). Uno de ellos, Jacobo (Gá. 1:19), se distingue como dirigente de la iglesia en Jerusalén (Hch. 12:17; 15:13; Gá. 2:9), escribiendo la epístola que lleva su nombre. La cuestión de su parentesco con Cristo ha sido sumamente debatida, y se han presentado diversas teorías para afirmar que no eran más que sus primos: (a) Habrían sido hijos de Alfeo (o Cleofás) y de María, hermana de la Virgen María. Pero el término «primos» nunca se emplea para ellos, a pesar de que el término «anepsios» es un término utilizado en tales casos en el NT (Col. 4:10; Marcos, primo de Bernabé). Además, en Hch. 23:16 se usa la precisa expresión «hijo de la hermana», empleado del sobrino de Pablo; asimismo, se encuentra también el término «pariente» (o primo), que se halla once veces en el NT (Mr. 6:4; Lc. 1:36, 58; Jn. 18:26; Hch. 10:24; Ro. 9:3; 16:7, 11, 21). Así, parece anómalo que los «hermanos del Señor» no hayan sido nunca llamados primos si en verdad lo eran. Por otra parte, Jacobo el hijo de Alfeo se hallaba entre los apóstoles (Mt. 10:3). ¿Cómo se podría decir, en este caso, que los «hermanos» de Jesús no creían en El? (Jn. 7:5). (b) Por otra parte, se ha lanzado la suposición de que estos «hermanos» procedieran de un matrimonio anterior de José con una cierta Escha o Salomé. La única razón de esta suposición es la aparente diferencia de edad entre José y María. (c) Serían hijos de un matrimonio de levirato entre José y la viuda de su hermano Cleofás. Aquí, de nuevo, no tenemos nada más que una mera especulación sin fundamento. En realidad, todos estos esfuerzos para transformar o manipular los textos de las Escrituras provienen del deseo de demostrar el dogma de la virginidad perpetua de María. Por otra parte, hay numerosos y poderosos argumentos para demostrar que se trata realmente de hermanos de Jesús, hijos de María y de José. Cristo recibe el nombre de «hijo primogénito» de María (Lc. 2:7). En la época en que Lucas escribía su Evangelio, el Señor era el primogénito, no el hijo único de María. El pasaje de Mt. 1:25 da a entender claramente que después del nacimiento de Jesús, María pasó a ser realmente la mujer de José (trad. lit.: «Y no la conoció [José] a ella hasta que dio a luz al hijo de ella, el primogénito»). Los habitantes de Nazaret se sorprendían al ver tal diferencia entre «el hijo del carpintero» y sus hermanos y hermanas, precisamente porque eran miembros de la misma unidad familiar (Mt. 13:54-56). Cuando se habla de «los hermanos de Jesús», se menciona constantemente a María con ellos (dándole el título de madre), sin dar jamás la mínima indicación de que no eran hijos de ella (Mt. 12:46; Mr. 3:31; Lc. 8:19; Jn. 2:12; Hch. 1:14). (Véase MARíA.)
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
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Expresión que alude a la idea de que entre los que Jesús llamó hermanos o como tal llamaron ellos a Jesús, hubo alguno que fue hijo corporal de María, su madre: o al menos hijo de José, en anterior matrimonio.
Por ejemplo, se alude a textos en que se habla de los «hermanos de Jesús»: Mc. 6.2; Mt. 12. 46; Jn. 7-3-5; Jn. 2.12. Y se hace referencia a que el texto de Lucas emplea el término de «primogénito» al hablar del nacimiento de Jesús: Mt. 1. 25; Lc. 2.7.
Hoy no queda la menor duda de que el término empleado, «adelphos», aludía en griego a la expresión de hermano en el sentido general de la palabra y por lo tanto se refiere a un parentesco más extensivo que el de la consanguinidad fraternal. Así está atestiguado en multitud de textos, incluso del Antiguo Testamento: Gen. 13.8; Gen. 29.15. Y no deja el menor resquicio para negar la tradición.
Por eso no existe ninguna posibilidad en base a los textos de admitir que la Virgen María tuvo otros hijos y, por lo tanto, que su virginidad posterior al nacimiento de Jesús no tiene ninguna base bíblica.
El que S. José tuviera otros hijos, o los hubiera tenido, es una hipótesis sin ningún soporte bíblico, por tolerante que sea la crítica textual de los textos que hablan de los hermanos de Jesús. Y el que se presente como una posibilidad en nada avala que haya razón para afirmar la realidad de esa paternidad.
El que en Evangelios Apócrifos del siglo III y IV (Protoevangelio de Santiago, Evangelio de José, algún dicho de Orígenes) aparezca afirmada esa paternidad de José tampoco es suficiente argumento para la afirmación, pues son más los textos coetáneos que afirman lo contrario y muchos más los que aportan el silencio en esta cuestión.
La tradición de la Iglesia, desde los primeros siglos, tiene muy clara la unicidad de Jesús en el contexto de la Sagrada Familia y no es cuestión de que el catequista invente hechos o datos que contradigan dos milenios, por muchos que sean sus afanes de originalidad en su exposición pedagógica y por fuertes que sean las dudas de los jóvenes actuales sobre la virginidad en el matrimonio de José y de María. (Ver Virgen María 4.1)
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa