Biblia

ABOLIR, ABOLICION

ABOLIR, ABOLICION

[301]
Acto de suprimir o destruir una ley, una costumbre o un uso social. El concepto se ha aplicado con frecuencia a diversos movimientos que lucharon contra desórdenes humanos tradicionales: contra la esclavitud, contra la pena de muerte, contra el servicio militar, contra la autorización de diversas armas, contra la prostitución legalizada, etc.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

katargeo (katargevw, 2673), lit.: desactivar (kata, abajo; argos, inactivo). Se traduce «abolir» en Eph 2:15 y «quito» en 2Ti 1:10; como «abolido» en 2Co 3:13 en la RV así­ como en la RVR, en tanto que la RVR77 vierte: «aquello que era pasajero». En esta y otras palabras similares no se implica pérdida de ser, sino pérdida de bienandanza. La higuera estéril estaba ocupando la tierra, haciéndola inútil para el propósito de su existencia (Luk 13:7); la incredulidad de los judí­os no podrí­a «hacer vana» la fidelidad de Dios (Rom 3:13); la predicación del Evangelio no podrí­a deshacer los preceptos morales de la Ley (3.31); la Ley no podrí­a anular la promesa (4.14; Gl 3.17); el efecto de la identificación del creyente con Cristo en su muerte es el de hacer inactivo a su cuerpo con respecto al pecado (Rom 6:6); la muerte del primer marido de la mujer la libra de la ley del marido, esto es, vací­a su posición como esposa a los ojos de la ley (7.2); en este sentido el creyente ha sido liberado de la ley (7.6); Dios ha elegido lo que no es «para deshacer lo que es», esto es, para hacerlo inútil para todos los propósitos prácticos (1Co 1:28); los prí­ncipes de este mundo perecen, esto es, la sabidurí­a de ellos se hace ineficaz (2.6); el uso para el cual existe el estómago humano acaba con la muerte del hombre (6.13); el conocimiento, las profecí­as, y aquello que era en parte tení­a que «acabar» (13.8,10), esto es, quedarí­an fuera de efecto después de cumplirse su uso temporal; cuando el apóstol se hizo hombre dejó las formas de la niñez (v. 11); Dios quitará, o abolirá, todo imperio y poder, esto es, los volverá inactivos (15.24); el último enemigo que será abolido, o deshecho, es la muerte (v. 26); la gloria que brillaba en el rostro de Moisés «habí­a de perecer» (2Co 3:7), siendo especialmente significativa la transitoriedad de su carácter; así­ en los vv. 11,13; el velo sobre el corazón de Israel es «quitado» por Cristo (v. 14); el efecto esencial de la predicación de la cruz quedarí­a inoperante debido a la predicación de que los creyentes debí­an circuncidarse (5.11); por la muerte de Cristo, la barrera entre judí­o y gentil es anulada como tal (Eph 2:15); el hombre de pecado es reducido a la inactividad por la manifestación de la Parusí­a del Señor con su pueblo (2Th 2:8); Cristo ha desactivado la muerte para el creyente (2Ti 1:10), siendo que la muerte viene a ser el medio para llegar a una vida más gloriosa con Cristo; el diablo ha de ser reducido a la inactividad mediante la muerte de Cristo (Heb 2:14). Véanse ACABAR, DEJAR, DESHACER, DESLIGAR, DESTRUIR, HACER NULO, INVALIDAR, LIBRE, PERECER, QUEDAR LIBRE, QUITAR, SUPRIMIR.¶ ABOMINAR, ABOMINABLE, ABOMINACIí“N A. ADJETIVOS 1. athemitos (ajqevmito», 111) aparece en Act 10:28 «abominable», y en 1Pe 4:3 «abominables» (a, negación; themitos, adjetivo derivado de themis, ley); por ende, algo contrario a la ley.¶ 2. bdeluktos (bdeluktov», 947), se dice de engañadores que profesan conocer a Dios, pero que le niegan con sus obras (Tit 1:16).¶ B. Verbo bdelusso (bdeluvssw, 948), hacer fétido (de bdeo, apestar), hacer que lo aborrezcan (en la LXX, en Exo 5:21, Lev 11:43; 20.25, etc.). Se utiliza la voz media, significando apartarse de (como si de algo pestilente), de ahí­, detestar, abominar, aborrecer (VM). En Rev 21:8 denota «ser abominable».¶ C. Nombre bdelugma (bdevlugma, 946), similar a A Nº 2 y a B, denota un objeto de disgusto, una abominación. Esto se dice de la imagen que ha de ser erigida por el anticristo (Mat 24:15; Mc 13.14); de aquello que es altamente estimado entre los hombres, en contraste a su verdadero carácter a la vista de Dios (Luk 16:15). Su constante asociación con la idolatrí­a sugiere que lo que es sumamente estimado entre los hombres constituye un í­dolo en el corazón humano. En Rev 21:27 se excluye de la entrada en la Ciudad Santa a los inmundos, o al que hace «abominación y mentira». Se utiliza también del contenido del cáliz de oro en manos de la ramera descrita en Rev 17:4, y del nombre adscrito a ella en el siguiente versí­culo.¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento