AETERNI PATRIS
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Encíclica el 4 de Agosto de 1879, de León XIII, sobre la restauración de la filosofía cristiana y sobre el valor permanente de Sto. Tomás de Aquino en la Iglesia.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Dos documentos importantes de la Iglesia empiezan por las mismas palabras y, por consiguiente, llevan el título, Aeterni Patris. El primero es la carta de Pío IX convocando el Vaticano I el 29 de junio de 1868 1. Trata del papel del papa como protector de la fe y la moral y de los errores del tiempo.
El segundo es la encíclica de León XIII (4 de agosto de 1879) orientada a recuperar la filosofía escolástica y, especialmente, la de santo >Tomás de Aquino 2. El tomismo no estaba muerto a finales del siglo XIX; en realidad puede decirse que lo que estaba haciendo el papa León era dar aprobación oficial a un movimiento ya existente 3. La encíclica consta de cuatro partes principales: la importancia de la filosofía en el establecimiento de las bases racionales de la revelación y en la dotación de un carácter orgánico y científico a la teología; la filosofía no se opone a la revelación divina, pero al mismo tiempo mantiene su autonomía y dignidad; la historia muestra que la filosofía ha estado al servicio de la fe; la filosofía de santo Tomás como antídoto contra los errores contemporáneos y aliciente para el progreso cultural. El centenario de la encíclica dio lugar a la publicación de numerosos estudios 4.
La elección de santo Tomás como el maestro privilegiado de la Iglesia se reiteró en el Código de Derecho canónico de 1917 (589 § 1). El Vaticano II ha sido el primer concilio que ha recomendado globalmente un teólogo determinado: «aprendan los alumnos (de los seminarios) a profundizar en ellos (los misterios) y a descubrir su conexión, por medio de la especulación, bajo el magisterio de santo Tomás» (OT 16). El nuevo Código afirma que santo Tomás es especialmente (praesertim) el maestro en los estudios teológicos (CIC 252 § 3). Estas afirmaciones recientes apuntan al hecho afirmado por Benedicto XV: «La Iglesia ha hecho particularmente suya la doctrina de santo Tomás» 5, sentimiento que fue reiterado por Pablo VI 6. [Juan Pablo II en la encíclica Fides et ratio de 1998 se ha sumado a esta consideración recordando que la Aeterni Patris afirma que santo Tomás es el «apóstol de la verdad» (n 44), ya que al «proponer de nuevo el pensamiento del Doctor Angélico era para el papa León XIII el mejor camino para recuperar un uso de la filosofía conforme a las exigencias de la fe» (n 57).]
NOTAS: 1 Acta Pü IX 4, 412-423; cf A. ZAMBARBIERI, Los concilios del Vaticano, San Pablo, Madrid 1996, 55ss. – 2 Acta Leonis XIII 1 (1878-1879) 255-285; texto completo en castellano: ACCIí“N CATí“LICA ESPAí‘OLA, Colección de encíclicas y documentos pontificios 1, Junta Nacional, Madrid 1967, 912-926; extractos: DENZINGER-HÜNERMANN, 3135-3140. – 3 O. Kí“LER, La encíclica «Aeterni Patris», en H. JEDIN (dir.), Manual de historia de la Iglesia VIII, Herder, Barcelona 1978, 437-443; Neotomismo, neoescolástica y los «nuevos filósofos», en H. JEDIN, o.c., 443-452; M. ANDRES (ed.), Historia de la teología española II, BAC, Madrid 1987,553-575; T. URDíNOZ, Los orígenes del neotomismo en España, RET 34 (1974) 403-426; E. VILANOVA, León XIII y el neotomismo, en Historia de la teología cristiana III, Herder, Barcelona 1992, 585605; D. COMPOSTA, L’enciclica Aeterni Patris di Leone XIII e il suo significato storico, Euntes docete 33 (1980) 299-328. – 4 Atti del VIII Congresso Tomistico Internazionale, 3 vols., Studi tomistici, 10-12, Ciudad del Vaticano 1981; A. BANDERA, Centenario de la Encíclica Aeterni Patris de León XIII, Ciencia Tomista 108 (1981) 575-583; A. HUERGA, La recepción de la «Aeterni Patris» en España, Scripta theologica 9 (1979) 535-562; G. BORTOLASo, II significato dell’enciclica Aeterni Patris, Doctor Communis 33 (1980) 271-276; T. MCGUCKIN, A Century of Pontifical Thomism, NBlackfr 72 (1991) 377-384; G. PERINI, Aeterni Patris, 1879-1979, Divus ]lomas 82 (1979) 3-18. – 5 Encíclica Fausto appetente die: AAS 13 (1921) 332. – 6 Epist. Lumen ecclesiae al Maestro General de los Dominicos: AAS 66 (1974) 673-702; R. SPIAZZA, La lettera del Papa Paolo VI nel settimo centenario della morte di San Tommaso d’Aquino, Divinitas 19 (1975) 5-15; La scelta di San Tommaso da parte della Chiesa, Doctor Communis 34 (1981) 3-10; G. PERINI, Dall’Aeterni Patris al Concilio Vaticano II: Le directive del Magisterio sulla dottrina di San Tommaso, Scripta theologica 2 (1979) 619-658.
DicEC
Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiología, San Pablo, Madrid 1987
Fuente: Diccionario de Eclesiología
Carta Encíclica del papa León XIII (emitida el 4 de agosto de 1879); no debe confundirse con la carta apostólica del mismo título escrita por Pío IX. Su propósito era revivir la filosofía escolástica según la mente de Sto. Tomás de Aquino. Comienza con las consideración de que la iglesia, aunque oficialmente maestra solamente de la verdad revelada, ha estado siempre interesada en el cultivo de todas las ramas del conocimiento humano, especialmente la filosofía de la que depende en gran manera el correcto cultivo de otras ciencias. Pero el papa declara que la condición actual del pensamiento le obliga a hacer algo por el estudio de la verdadera filosofía, porque muchos males presentes se deben a la falsa filosofía, en tanto en cuanto el hombre está naturalmente guiado por la razón y por ello allí a donde la razón lleva, la voluntad va fácilmente.
La encíclica muestra a continuación cómo la filosofía racional prepara los motivos de credibilidad en materia de fe y explica y reivindica las verdades reveladas. Pero la verdad descubierta por la razón no puede contradecir a la verdad revelada por Dios y de ahí que la búsqueda del conocimiento de la filosofía natural puede utilizar su propio método, principios y argumentos pero no tanto comopara negar la autoridad de la revelación divina.
Muestra después la encíclica, con citas de Padres de la Iglesia, lo que la razón, ayudada por la revelación, puede hacer por el progreso del conocimiento humano. En el Medievo, los escoláticos juntaron en un todo armonioso, con un sistema de filosofía, la sabiduría cristiana de los Padres. Puesto que fue la obra de teólogos escolásticos, según la encíclica, unir la ciencia humana y divina, su teología nunca hubiera tenido éxito, como el que tuvo, si su filosofía no hubiera sido un sistema completo. León XIII resalta que Sto. Tomás, como príncipe de los teólogos y filósofos escolásticos, como prueba el reconocimiento de las universidades, de los papas, de los concilios generales, y hasta fuera de la Iglesia, uno de los cuales presumió de que si las obras de Sto. Tomás no existieran el lucharía contra la iglesia y la derrotaría.
Desde la Reforma, la lucha contra la escolástica ha sido implacable. La encíclica papal señala cómo algunos la han abandonado, pero muestra lo que puede ayudar en la búsqueda de la ciencia social y metafísica. Insiste en que Sto. Tomás fundaba sus razones y argumentos sobre experimentos; en el curso de los siglos que han pasado desde su tiempo, los experimentos han ido descubriendo hechos y secretos de la naturaleza, sin embargo los escritos de Sto. Tomás dan testimonio que ese espíritu experimental era tan fuerte en él como lo es en nosotros. De ahí el llamamiento del papa a los obispos del mundo cristiano para que cooperen en la restauración y difusión de la sabiduría (sapientia) de Sto. Tomás y repite sapientiam Sancti Thomae dicimus, porque, como él explica, no reclama que se revivan las sutilezas excesivas de algunos escolásticos ni las opiniones que las investigaciones posteriores han hecho aparecer. El propósito de León XIII es que la filosofía de Sto. Tomás reviva así como su espíritu investigador pero sin tener que aceptar cada opinión y argumento que se encuentre en las obras de los escolásticos.
Es digno de tener en cuenta que León XIII, a continuación de la encíclica, dirigió una carta al cardenal Luca (15 oct.1879) en la que además de ordenar que la filosofía de Sto. Tomás se enseñase en las escuelas romanas, fundaba la «Accademia di San Tommaso», y hacía provisión para una nueva edición de las obras del santo. La academia hizo mucho para que se inaugurara este movimiento y un Collegium de padres dominicos comenzaron a trabajar en la edición (Leonina) de las obras.
Acta Leonis XIII, 283-285 (1879); WYNNE; Great Encyclical Letters of Leo XIII, 34-37 (tr., New York, 1903),
M. O’RIORDAN.
Traducido por Pedro Royo.
Fuente: Enciclopedia Católica