ABDIAS, LIBRO DE

El tema del libro es la destrucción de Edom (Oba 1:1). El libro no está fechado.

Oba 1:1-9 pronuncia juicio sobre Edom (comparar Jer 49:22). Es probable que ya sea Jeremí­as o Abdí­as, uno haya hecho uso de los escritos del otro, o que ambos hayan empleado una fuente común de la que ya no disponemos.

En Oba 1:10-14, Edom es acusada de tomar partido con los enemigos de Israel en el tiempo en que Jerusalén y Judá estaban en grande aflicción. En los vv. 12-14 el profeta exhorta a Edom a terminar su maligna alianza con los enemigos de Jerusalén. En los vv. 15 y 16, se anuncia el dí­a de Jehovah, es decir un tiempo de juicio espantoso, como cercano en el tiempo para todas las naciones, y se predice la aniquilación de aquellos pueblos que hacen la guerra contra Jehovah: quedarán como si nunca hubiesen existido. Israel extenderá en gran medida sus fronteras (vv. 19-21). El principal mensaje de Abdí­as a las generaciones actuales parece ser la advertencia, no solamente del peligro de luchar contra Dios, sino también del riesgo de combatir contra su pueblo.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Es el cuarto de los profetas menores y el libro más corto del AT, con sólo veintiún versí­culos. Se desconocen detalles sobre la vida de este profeta, y de su escrito tampoco se deduce ningún dato personal. No se sabe, pues, si está relacionado con alguna de las personas que llevan este nombre en el AT. Existe una tradición rabí­nica que lo identifica con el A., mayordomo del rey †¢Acab, que escondió a los profetas de Jehová en tiempos de la persecución de †¢Jezabel. Esto, sin embargo, presenta serias dificultades cronológicas.

El oráculo está dirigido a los habitantes de †¢Edom, descendientes de †¢Esaú y, por tanto, parientes de los israelitas, aunque siempre en rivalidad con ellos, como sucedió cuando Israel quiso pasar por su territorio y los edomitas se negaron (Num 20:14-21). La mayorí­a de los expertos piensan que la época de este escrito profético fue cuando los caldeos avanzaban hacia el S. Los edomitas se rindieron y luego se aliaron a los invasores para combatir contra Jerusalén (587 a.C.). Pero como existieron muchos conflictos con Edom, algunos expertos fijan otros eventos y fechas para este libro, pensando en la invasión de †œlos filisteos y los árabes que estaban junto a los etí­opes†, en tiempos de †¢Joram (2Cr 21:16-17), o cuando los edomitas habí­an venido y atacado a los de Judá, y habí­an llevado cautivos”, en dí­as de †¢Acaz (2Cr 28:17). Pero A. dice: †œEl dí­a que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su ejército, y extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos† (v. 11). Por otra parte, menciona que †œen el monte de Sion habrá un remanente que se salve … y la casa de Jacob recuperará sus posesiones† (Abd 1:17). Esas expresiones son las que más sugieren la toma de Jerusalén por los caldeos, por lo cual se piensa que A. fue un profeta posexí­lico. También algunos plantean que A. es una recopilación de varios oráculos, pero la mayorí­a está de acuerdo en que es una sola composición.

A. se sitúa dentro del tenor general de los oráculos contra Edom en varios libros del AT, que siempre pronosticaban su desaparición como nación, lo cual efectivamente aconteció. Pronunciamientos similares a los de A. fueron hechos por otros profetas (Isa 21:11-12; Eze 25:12-14; Amo 1:11-12). Como un ejemplo del paralelismo entre A. y otras profecí­as hay que señalar el parecido de su texto con otros del AT, especialmente Jer 49:7-22. Así­, Jeremí­as dice: †œ¿No hay más sabidurí­a en Temán? ¿Se ha acabado el consejo de los sabios?† (Jer 49:7), mientras que A. pronuncia: †œ¿No haré que perezcan en aquel dí­a, dice Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú? Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados† (Abd 1:8-9. Dice Jeremí­as: †œSi vendimiadores hubieran venido contra ti, ¿no habrí­an dejado rebuscos? Si ladrones de noche, ¿no habrí­an tomado lo que les bastase?† (Jer 49:9). Exclama A.: †œSi ladrones vinieran a ti, o robadores de noche … ¿no hurtarí­an lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores, ¿no dejarí­an algún rebusco?† (Abd 1:5). Es difí­cil determinar quién copia de quién, pero si A. fue un profeta posexí­lico no habrí­a que pensar que el texto original fue suyo.
indudable que este profeta vivió en tiempos de mucha turbulencia y problemas para Jerusalén. Anuncia a Edom que será destruida por haberse aliado con los enemigos de Sion. Las fortalezas en lugares casi inaccesibles que tení­an los edomitas y que eran su orgullo no servirí­an de nada en el Dí­a del Señor, esto es, en el momento en que Dios traiga su juicio. Israel, en cambio, volverá a ser bendecido. Siete veces A. dice a Edom †œno debiste† (vv. 12-14), señalando las graves faltas cometidas al participar alegremente en la destrucción de Jerusalén. †œPues no debiste tú haber estado mirando en el dí­a de tu hermano, en el dí­a de su infortunio† †œ… no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el dí­a en que se perdieron† †œ… ni debiste haberte jactado en el dí­a de la angustia† †œNo debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el dí­a de su quebrantamiento† †œ… no, no debiste haber mirado su mal en el dí­a de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes en el dí­a de su calamidad† †œTampoco debiste haberte parado en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen† †œ… ni debiste haber entregado a los que quedaban en el dí­a de angustia†.
hecho de tomar a Edom como coprotagonista con Jerusalén o el monte de Sion, no significa que la enseñanza de A. esté restringida a esa nación. En realidad, el mensaje lo que anuncia es que †œcercano está el dí­a de Jehová sobre todas las naciones† (Abd 1:15). Se trata, por tanto, de una apelación universal que toma a Edom para personalizar en él las fuerzas del mal que combaten contra el pueblo de Dios. De manera que el libro enseña la soberaní­a de Dios y su control de la historia. Los resultados del †œdí­a de Jehovᆝ serán que †œtodas las naciones† (Abd 1:16) beberán de su ira y †œserán como si no hubieran sido† (Abd 1:16). †œNi aun un resto quedará de la casa de Esaú† (Abd 1:18). Se producirá una recomposición de las posesiones geográficas de los pueblos, saliendo beneficiados †œlos cautivos de este ejército de los hijos de Israel† y †œlos cautivos de Jerusalén† (Abd 1:20). Y el fin de todas las cosas se establecerá cuando †œel reino será de Jehovᆝ (Abd 1:21).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, LIBR ESCA LIAT El cuarto de los profetas menores. Anunció la destrucción de Edom, nación que fue hostil a Israel desde épocas inmemoriales. El libro no menciona fechas, pero probablemente fue escrito en la última parte del siglo VIII a.C., durante el reinado de Acaz de Judá, cuando Edom y los filisteos se unieron en batalla contra Judá. La conclusión escatológica se compone de dos partes (poesí­a en los vv. 15 a-16 s; prosa en los vv. 18-21). Llama la atención la identidad que se advierte entre varios versí­culos de Jer. 49:7-22 (también profecí­a contra Edom) y Abd. 10 (cfr. especialmente Abd. 5 comparado con Jer. 49:14-16:9; y Abd. 5 con Jl. 2:32). El libro, que consta de un solo capí­tulo, está dirigido contra Edom, ciudad enemiga de Jerusalén, por haberse aliado con otros para conspirar contra la ciudad de Dios. Anuncia la venida del dí­a de Jehová, quien triunfará de todos sus enemigos y establecerá su Reino sobre la tierra. En el libro hay una nota de esperanza, que lo coloca en el rango de lo escatológico. Israel será restaurado entre las naciones.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

El libro profético más corto de las Escrituras Hebreas. Lo escribió Abdí­as, de quien solo se conoce el nombre, y contiene una proclamación del juicio de Jehová contra Edom, al tiempo que expone las razones para ese juicio y señala hacia la restauración de la †œcasa de Jacob†. La extinción del pueblo edomita y la restauración de los israelitas a su tierra confirman el cumplimiento exacto de la profecí­a de Abdí­as. (Abd 17, 18; véase EDOM, EDOMITAS.)
El motivo de que se diera la profecí­a fue el trato no fraternal que los edomitas dispensaron a los †œhijos de Judᆝ cuando estos sufrieron derrota. Los edomitas, emparentados con los israelitas por medio de su antepasado Esaú, se regocijaron con la calamidad de Judá, participaron en despojar a los judí­os, evitaron que escaparan del paí­s e incluso los dieron en manos del enemigo. (Abd 12-14.) Según se deduce al comparar la profecí­a de Abdí­as con las palabras de Jeremí­as (25:15-17, 21, 27-29; 49:7-22) y Ezequiel (25:12-14; 35:1-15), todo esto sucedió cuando los ejércitos babilonios destruyeron Jerusalén, lo que situarí­a la composición del libro alrededor del año 607 a. E.C.
Como muchos acontecimientos que Abdí­as predijo también se profetizaron en el libro de Jeremí­as, el cumplimiento de la palabra de Jehová respecto a Edom era doblemente seguro. (Compárese con Gé 41:32.)

[Recuadro en la página 15]

PUNTOS SOBRESALIENTES DE ABDíAS
El juicio de Jehová contra Edom y la promesa de restauración para el pueblo de JehováEscrito alrededor de 607 a. E.C., el año en que los babilonios destruyeron Jerusalén

Edom participa en la violencia contra los descendientes de Jacob
Cuando Jerusalén fue conquistada y su pueblo llevado al cautiverio, Edom se quedó parado al lado (vss. 10, 11)
No deberí­a haberse regocijado maliciosamente con la calamidad de Judá ni haber participado en el saqueo del pueblo de Dios ni haber entregado a los supervivientes al enemigo (vss. 12-14)

Vendrá calamidad sobre Edom
Jehová pide a las naciones que se levanten contra ella en batalla (vs. 1)
A pesar de que su posición parece segura, se hará bajar a Edom (vss. 2-4)
Los ladrones o los vendimiadores solo tomarí­an lo que quisieran y dejarí­an algo detrás; cuando Edom caiga, será completamente saqueada; la engañarán aquellos con quienes entró en un pacto, y sus sabios y poderosos sufrirán destrucción (vss. 5-9)
La casa de Esaú recibirá la misma clase de tratamiento que dio a Judá; la casa de Esaú dejará de existir (vss. 15, 18)

La casa de Jacob será restaurada
Sión llegará a ser santa; la casa de Jacob será el fuego que consumirá a la casa de Esaú como si fuera rastrojo (vss. 17, 18)
El pueblo restaurado de Jehová tomará posesión de †œlas cosas que han de poseer†, entre ellas †œla región montañosa de Esaú† (vss. 19, 20)
La gobernación real tendrá que llegar a ser de Jehová (vs. 21)

Fuente: Diccionario de la Biblia

El cuarto de los profetas menores en la Biblia heb. y quinto en la LXX. Para una nota sobre su autor, véase el artículo precedente (6).

I. Bosquejo del contenido

a. El juicio de Edom (vv. 1–14).

(i)     Título (v. 1a).

(ii)     Advertencia de la ruina de Edom (vv. 1b–4).

(iii)     Destrucción total de Edom (vv. 5–9).

(iv)     Razones para el juicio contra Edom (vv. 10–14).

b. Juicio universal (vv. 15–16).

c. Restauración de Israel (vv. 17–21).

II. Fondo histórico

a. Antes del exilio

La tradición judía en el Talmud (Sanhedrín 39b) ubica a Abdías en el reinado de Acab en el ss. IX a.C., y según el orden de los profetas menores en la Biblia heb. se encuentra entre los profetas preexílicos. Algunos eruditos han sugerido que el trasfondo para todo el libro de Abdías es el ataque de los árabes y filisteos a Judá en el reinado de Joram que se menciona en 2 Cr. 21.16–17 (así Keil), o el ataque edomita a Judá en el reinado de Acaz que se describe en 2 Cr. 28.17 (J.D. Davis, por ejemplo). Muchos creen que sólo el oráculo contra Edom, que Abdías presenta en los vv. 1–6, 8–9, tiene fondo preexílico. En los siglos IX a.C. (2 Cr. 21.16–17) y VII. a. C. (Anales as.) se registran incursiones árabes contra Palestina, y presuntamente contra Edom también.

b. Después de 587 a.C.

La mayor parte de los entendidos piensa que la calamidad que sufrió Jerusalén, y que Abdías describe en 11–14, fue su captura por los caldeos en 587 a.C. Esta es la única captura de Jesrusalén en la que sabemos que participaron los edomitas (Sal. 137.7; 1 Esd. 4.45). Las referencias a los sufrimientos causados por la caída de Jerusalén son tan claras que G. A. Smith piensa que se debe colocar a Abdías poco después, durante el período del exilio. Muchos, sin embargo, piensan que la última parte de Abdías refleja un fondo posexílico. El vv. 7 afirma que los edomitas habían sido echados de su antigua tierra (cf. Mal. 1.3–4). Después de la caída de Jerusalén los edomitas, por presión árabe, comenzaron a entrar en el Neguev (1 Esd. 4.50), que luego se llamó Idumea, y hacia fines del ss. VI a.C. los árabes en buena medida los habían desalojado de la zona de Petra, que una vez fuera la capital edomita. Los vv. 8–10 anuncian la futura aniquilación de los edomitas como nación; esta profecía debe haberse formulado antes de su cumplimiento, que se produjo en el período macabeo (Jos., Ant. 13. 257). El territorio ocupado por los judíos, de acuerdo con los vv. 19–20, es la zona que circunda Jerusalén, como en los días de Nehemías (Neh. 11.25–36). Es por ello que la última indicación clara en cuanto a fecha en la profecía a mediados del ss. V. a.C., aproximadamente en la época de Malaquías.

III. Paralelos en otras profecías

Entre otras acusaciones proféticas de Edom encontramos: Is. 34.5–17; 63.1–6; Jer. 49.7–22; Lm. 4.21–22; Ez. 26.12–14; Jl. 3.19; Am. 1.11–12.

Las muchas frases idénticas que hallamos en Abd. 1–9 y Jer. 49.7–22 sugieren cierta relación literaria entre los dos pasajes. El orden diferente de las frases en las dos profecías nos hace pensar que es probable que ambos hayan citado algún oráculo divino anterior dirigido contra Edom. Dado que parte del material adicional en Jeremías es característico de este profeta, y como el orden es más natural en Abdías, es probable que este último haya seguido más fielmente en forma de la profecía original. Algunos eruditos, sin embargo, sostienen que uno de los dos (Jeremías, según Keil; Abdías, según Hitzig) utilizó material del otro.

En Abdías y Joel encontramos varias frases comunes a ambos: Abd. 10 = Jl. 3.19; Ab. 11 = Jl 3.3; Ab. 15 = Jl 1.15; 2.1; 3.4, 7, 14; Ab. 18 = Jl. 3.8. En 2.32 Joel indica por medio de las palabras “como ha dicho Jehová”, que está citando, probablemente de Abd. 17. Por lo tanto, Abdías precedió a Joel, y sin duda ejerció su influencia sobre algunas de las otras frases comunes a ambos profetas.

IV. Estilo

Abdías, el más corto de los libros del AT, se caracteriza por un vigoroso lenguaje poético. La métrica que prevalece es el pentámetro (3 + 2), pero se usan otros metros para lograr más variedad (p. ej., 3 + 3 y 3 + 3 + 3). Buena parte de la profecía consiste en las propias palabras de Dios a Edom personificada (vv. 2–15), y este rasgo le otorga al libro una característica directa y personal. Lo pintoresco de su estilo se ve realzado por el uso del tiempo perfecto profético (v. 2) para describir un juicio que todavía tiene que cumplirse, y por el uso de prohibiciones (vv. 12–14) que vedan atrocidades que ya se habían perpetrado. Se emplean diversas comparaciones y metáforas notables: las fragosidades de las montañas de Edom son como los altos nidos de las águilas (v. 4); los despojadores de Edom se comparan a ladrones nocturnos o espigadores de uvas (v. 5); el juicio de las naciones es una bebida amarga que deberán ingerir (v. 16); los vengadores israelitas son la llama, y los edomitas estopa (v. 18). Los crímenes de Edom se enuncian en escala ascendente (vv. 10–14). La completa restauración de su expansión hacia los cuatro puntos cardinales (vv. 19–20). El pecado y la ruina de los vv. 1–16 aparecen en agudo contraste con la esperanza y la victoria de los vv. 17–21. Abdías va de lo particular a lo general, del juicio de Edom al juicio universal, de la restauración de Israel al establecimiento del reino de Dios.

V. Análisis literarios

Algunos opinan que Abdías fue el autor original de toda la profecía (así Keil). La mayor parte de los eruditos sostiene que este profeta adaptó un oráculo más antiguo en los vv. 1–6, 8–9. Algunos han encontrado diversos fragmentos adicionales, pero el fondo histórico general apoya la unidad literaria del resto de la profecía.

VI. Mensajes principales

1. Inspiración divina. Cuatro veces (vv. 1, 4, 8, 18) el profeta afirma que sus palabras son de origen divino.

2. Juicio divino. El principal mensaje de esta profecía es el juicio moral de Dios a las naciones. Se juzga a Edom por su trato inhumano de Israel, el que también ha sido castigado. Finalmente, todas las naciones serán juzgadas en el día de Yahvéh.

3. El reino celestial. La meta final, según Abdías, es que “el reino será de Jehová” (cf. Ap. 11.15). La esperanza de restauración para su propio pueblo va más allá de un mero nacionalismo, porque en la victoria de dicho pueblo ve el establecimiento del reino de Dios (v. 21). Este reino se caracterizará por el triunfo de la “salvación” y la “santidad” (v. 17), ideas que posteriormente amplía el NT.

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J.T.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico