ABLUCIONES

Ablución (gr. baptismós). Término que representa el acto de lavar o de sumergir en agua. En la RVR aparece una sola vez (Heb 9:10), pero en griego también en otros 3 pasajes (Mar 7:4, 8; Heb 6:2). Las “abluciones” de Heb 9:10 se refieren a baños y lavados rituales cuya finalidad era eliminar impurezas (Lev_14 y 15; 2Ch 4:6). Mar 7:4 se refiere a “lavamientos” de vasos; en Heb 6:2 se la traduce por “bautismos”, por entender que se refiere a la doctrina cristiana del bautismo. Es verdad que la palabra más usada para el bautismo cristiano es báptisma (20 veces), pero quizá baptismós también se refiera a ese rito.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Baño ceremonial con propósito de purificación para participar en el culto. No debe entenderse con sentido higiénico, puesto que antes de las a. todo el cuerpo debí­a estar limpio. Las a. debí­an hacerse preferiblemente en aguas vivas, esto es corrientes, como un rí­o, un manantial o en el mar. Se podí­an hacer en un cuerpo de agua de ciertas dimensiones siempre que las mismas hubieran sido traí­das de manera natural, no extraí­das. Las a. podí­an ser por inmersión. Es de notar el énfasis que se da en el libro de Leví­tico a los lavamientos a que tení­an que someterse las personas que se hubieran contaminado de alguna forma (Lev 13:6, Lev 13:34, Lev 13:55-58; Lev 15:8, etcétera).

En Heb 9:10 se usa el término (gr. baptismos), traduciéndose también como †œbautismos† en Heb 6:2. Los lavamientos previos a la adoración aparecen señalados por la existencia de la fuente en el †¢tabernáculo, en la cual los sacerdotes tení­an que lavarse las manos y los pies antes de oficiar. En Lev 15:11 se habla de una a. de las manos después de una impureza. Jesús y sus discí­pulos, como un acto de protesta contra el ritualismo excesivo, no eran tan estrictos en cuanto a la tradición judí­a (y especialmente de los fariseos)de lavarse las manos antes de comer (Mat 15:2; Mar 7:1-5). †¢Lavamientos.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, CERE LEYE

ver, LAVATORIO DE PIES Nombre dado en He. 9:10 a los lavamientos ceremoniales prescritos por la Ley de Moisés (Lv. 6:27, 28; 8:6; 11:25, 28, 40; 15:5, 6, 7, 11, etc.); con este lavamiento, y el transcurso de un lapso de tiempo, el adorador israelita quedaba ceremonialmente puro de las contaminaciones legales que hubiera contraí­do (por lepra, contacto con cadá

ver, por emisión seminal, menstruación en la mujer, o por contacto con los así­ contaminados, etc., y que eran un impedimento para participar en las actividades del culto), y era de nuevo apto para participar en el culto. En el sacerdocio aarónico, así­ como en el ministerio leví­tico habí­a también una provisión de lavamientos o abluciones, tanto para su consagración (Lv. 8:6; Nm. 8:7) como en el ejercicio de sus funciones (Lv. 16:4; etc.). Debe notarse aquí­ distinción; Aarón y sus hijos fueron lavados “una vez” í­ntegramente por Moisés al ser consagrados (Ex. 40:12). Después se les demandó que se lavaran sólo los pies y las manos en la fuente de bronce (Ex. 40:30-32). En Nm. 19 se dan más detalles de la purificación de los contaminados. En el NT el lavamiento tiene un sentido y aplicación moral. (Ver LAVATORIO DE PIES)

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Lavatorio y limpieza ritual del cuerpo y de sus diversas partes: cabeza, manos, pies. Era exigencia religiosa de muchos cultos antiguos y de los pueblos del Oriente. Esos ritos y usos, aunque hoy son menos apreciados por la sociedad actual, se recogieron en el cristianismo y siguen vigentes en el islamismo y en muchos ritos orientales.

En la Biblia aparece con frecuencia la exigencia ritual de los sacrificios y de la convivencia, desde el Antiguo Testamento (Lev. 15. 5; Ex. 29.10; Num. 16. 7) hasta el Nuevo (Jn. 9. 7-11; Jn. 13. 1-15; Mt. 27. 24)

En el cristianismo determinados lavatorios se vieron desde el comienzo como signos de purificación moral y espiritual, yendo desde los ritos santos del Bautismo hasta las purificaciones rituales en la Eucaristí­a (Lavabo) o en las bendiciones (aspersiones con agua bendita).

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

La Biblia prescribe con frecuencia las abluciones con un fin de limpieza corporal y como un rito de purificación interna. Este rito se fue cargando de múltiples simbolismos. En la época del judaí­smo tardí­o, las prescripciones purificatorias fueron llevadas a la exageración: hay que lavar el cuerpo (Jn 9,7.11-15), las manos (Mt 15,20; Mc 7,2), los pies (Jn 13,5-14). A veces es un puro sí­mbolo de la limpieza del espí­ritu (Mt 27,24). > puro.

E.M.N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

ABLUCIí“N

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

Como un acto ceremonial de limpieza (heb. kibbēs; gr. louein, etc.) es un rasgo religioso bien común. Tanto la ley bíblica como la ley rabínica reconocen tres tipos de ablución. El primero es el lavamiento de las manos. Este medio de limpieza no es prescrito explícitamente en la Biblia, sino que se infiere de Lv. 15:11. En el NT su significado llegó a ser considerablemente social (Mr. 7:3; Mt. 15:2). Los pies eran lavados en la misma forma (Gn. 18:4; Jn. 13:5). El segundo tipo de ablución era el lavamiento de manos y pies para ejecutar así las funciones sacerdotales (Ex. 30:19; 40:31). En el Tabernáculo y en el Templo se suministraba un lavatorio para este propósito. El tercero era la inmersión de todo el cuerpo que simbolizaba la limpieza total del individuo a fin de ser admitido o readmitido a la comunidad santa o para ejecutar alguna función especial dentro de ella, por ejemplo, el sumo sacerdote en el día de la expiación (Lv. 16:24), Aarón y sus hijos antes de su consagración (Lv. 8:6). Leprosos y todos aquellos que estuvieron en contacto con personas o cosas inmundas fueron bañados también (Lv. 14:8; 15:5–10, 19–27; Nm. 19:19). Lo mismo acontecía con los prosélitos del mundo gentil, lo cual puede ser un prototipo del bautismo cristiano. Vasijas, casas y vestidos también estaban sujetos al ritual de purificación (Mr. 7:4; Lv. 14:52; 15:6–8; Ex. 19:14)

Véase también Limpio, Inmundo.

L.E.H. Stephens-Hodge

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (1). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología