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AD GENTES

AD GENTES

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Decreto del Concilio Vaticano II sobre la actividad misionera de la Iglesia. Aprobado por 2394 votos de los Padres conciliares y sólo 5 negativos, fue promulgado por Pablo VI el 7 de Diciembre de 1965.

Entre sus lí­neas básicas sobresale la importancia y reconocimiento que se da a la labor de los catequistas, de los laicos y de los religiosos en los paí­ses en los que escasea el clero, sobre todo el clero nativo.

Temas como el catecumenado y la iniciación cristiana (Nº 14), el valor de la comunidad para la fe (Nº 15), la formación del os catequistas (Nº 17), el fomento del apostolado seglar (Nº 21 y Nº 41) y la necesidad de una formación especí­fica del misionero (Nº 25 y 26) recogieron una novedad singular. Fue la nueva visión de las misiones católicas: servicio de Iglesia, superación del simple proselitismo, prolongación de la misión evangelizadora de toda la Iglesia. Eso supuso la desclerificación del concepto de misión y el reclamo para una nueva etapa misionera de toda la Iglesia.

La extensión de este Decreto, el más amplio de los conciliares, indicaba la importancia que el Concilio daba a la actividad misionera de la Iglesia y a la urgencia de que una nueva etapa se abriera en la dimensión apostólica de los cristianos.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

El decreto misionero del Vaticano II

El decreto conciliar «Ad Gentes» ofrece los contenidos de la evangelización en su dimensión universalista, de primera evangelización y de implantación de la Iglesia. Aprobado en la última etapa de la asamblea conciliar (1965), después de ocho redacciones, fue el texto que tuvo mayor número de votos positivos.

Misión de la Iglesia «sacramento»

La afirmación clave, de profundo significado y trascendencia misionera, que enraí­za en la «Lumen Gentium» es la de «Iglesia sacramento universal de salvación» (AG 1; cfr. LG 48). Es la Iglesia descrita por el concilio Vaticano II, a modo de signo transparente y portador de Cristo para toda la humanidad.

El decreto conciliar sobre la misión «ad gentes» aprovecha la herencia de las encí­clicas anteriores, pero da unos pasos firmes y nuevos para una evangelización más eficaz y adecuada a la realidad actual. En cuanto al objetivo de la primera evangelización, se armonizan dos corrientes teológicas anteriores implantar la Iglesia y propagar la fe y salvación en Cristo.

Dimensiones de la misión eclesial

La misión de la Iglesia se presenta en su dimensión trinitaria, salví­fica, cristológica, pneumatológica, eclesiológica y escatológica. Es la misión que deriva de la caridad fontal del Padre y que Cristo comunica a su Iglesia bajo la acción del Espí­ritu Santo. A partir de estos principios misioneros bí­blico-teológicos (AG I), se podrá pasar fácilmente a las consecuencias prácticas la obra misionera (II), las Iglesias particulares (III), los misioneros (IV), la organización de la actividad (V) y la cooperación misionera (VI).

Se insta en la naturaleza y responsabilidad misionera de toda la Iglesia y especialmente de la Iglesia particular (cfr. AG 35-39), afirmando, al mismo tiempo, la importancia de la vocación misionera especí­fica (cfr. AG 23) y de los Institutos misioneros (cfr. AG 27).

Referencias Evangelización, Iglesia, misión «ad gentes», sacramento universal de salvación, Vaticano II, vocación misionera.

Lectura de documentos AG; EN 49-54; RMi 33-40; DGC 58-59.

Bibliografí­a AA.VV., Las misiones después del concilio, Comentario al Decreto conciliar sobre la actividad misionera de la Iglesia (Buenos Aires, Edit. Guadalupe, 1968); AA.VV., Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia Misiones Extranjeras 13 (1966) 195-239; AA.VV., L’activité missionnaire de l’Eglise, Décret «Ad Gentes» (Paris, Cerf, 1967); AA.VV., Chiesa e missione (Roma, Pont. Univ. Urbaniana, 1990); E. BORDA, La apostolicidad de la misión de la Iglesia, estudio histórico teológico del capí­tulo doctrinal del decreto «Ad Gentes» (Romae, Ath. Romanum S. Crucis, 1990); J. LOPEZ GAY, La reflexión conciliar del AG a la EN, en La misionologí­a hoy (Madrid, Obras Misionales Pontificias, 1987) 171-193; H. VORGRIMLER (ed.), Commentary on the Documents of Vatican II (Londres 1969) IV, 87-181.

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización