ALFARERO

Isa 29:16 será reputada como el barro del a
Jer 18:2 vete a casa del a, y allí te haré oir
Jer 18:6 ¿no podré yo hacer de .. como este a
Jer 19:1 vé y compra una vasija de barro del a
Mat 27:7 compraron con ellas el campo del a
Rom 9:21 ¿o no tiene potestad el a sobre el barro
Rev 2:27 y serán quebradas como vaso de a


fabricante de vasijas de barro, las cuales tení­an diferentes usos tanto rituales como domésticos y comerciales, y como envases. La alfarerí­a fue un oficio común e importante en las culturas antiguas, de lo cual existen muchos vestigios, así­ como documentos sobre esta actividad, pinturas, grabados, etc. Lv 14, 50; 1 R 17, 12; 2 R 4, 1-7. En Sb 15, 17, se condena a los a. que se dedicaban a modelar estatuillas con fines idolátricos, actividad corriente entre los pueblos gentiles. En sentido figurado, el poder de Yahvéh es como el del a. sobre la arcilla que modela Is 29, 16; 45, 9; 64, 7; Jr 18, 6; Rm 9, 20-21. El hombre es frágil como la arcilla empleada por el alfarero Sal 2, 9; Is 30, 14; 41, 25.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

ver OFICIOS

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Persona que fabrica vasijas de barro. La alfarerí­a es una artesaní­a conocida desde muy antiguo (4000 a.C.). El a. israelita trabajaba sentado en un banco y teniendo en frente una rueda horizontal hecha de tal manera que pudiera girarla con los pies. Encima de la rueda se colocaba el barro. Y mientras giraba la rueda iba con sus manos dándole a ese barro la forma que querí­a. Si una de las vasijas que hací­a no era de su agrado, la rompí­a para hacer otra. De especial importancia era la calidad del barro que se iba a usar. Usualmente el alfarero mismo preparaba ese barro tratando de que tuviera la consistencia óptima para ese tipo de trabajo. Para ello se pisaba el barro muchas veces, acción que es tomada para ilustrar la forma en que el enemigo del N †œpisoteará prí­ncipes como lodo, y como pisa el barro el a.† (Isa 41:25).

La obra de un a. es por naturaleza quebradiza. Por eso se dice de Dios y sus enemigos: †œComo vasija de a. los desmenuzarás† (Sal 2:9; Isa 30:14). Los trabajos hechos por el a. hablan de él mismo (Isa 29:16). La †œobra de mano del a.†, sin embargo, no es algo precioso (Lam 4:2). Israel es para Dios †œcomo el barro en la mano del a.† (Jer 18:6), en el sentido de que el Señor es soberano y hace con Israel su voluntad, destruyéndole si peca y construyéndole si se arrepiente. Los arqueólogos han encontrado restos de lo que fueron talleres de a., sobre todo en †¢Meguido y †¢Hazor.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, OFIC TIPO Del alfarero dice la Biblia que pisa el barro para poderlo trabajar (Is. 41:25); y forma su vasija en el torno (Jer. 18:3). Buena parte de la alfarerí­a de Oriente se hace de una manera muy simple. El artesano hace girar la rueda con los pies, y con sus manos le imprime forma a la vasija. Estas vasijas son sumamente frágiles, y ello es a menudo mencionado en las Escrituras. Así­ es como el Señor someterá a sus enemigos: los desmenuzará como vasija de alfarero (Sal. 2:9; Is. 30:14; Ap. 2:27). El alfarero, al hacer sus vasijas como él desea, constituye una hermosa ilustración del poder de Dios como Creador, y es aplicada a Israel (Jer. 18:2-6). Es también ilustrativo de la soberaní­a de Dios (Ro. 9:20, 21).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

La alfarerí­a o el arte de fabricar vasijas de barro, amasado con las manos o con los pies, modelado en el torno o en la rueda y cocido en el horno, es una de las formas más antiguas de fabricar objetos. No hay duda de que los hebreos usaron vasijas y recipientes de barro tanto en su marcha por el desierto como durante su estancia sedentaria en Palestina.

Ya el libro del Génesis presenta a Dios, de un modo plástico y catequético, modelando al ser humano de un trozo de arcilla (2,7). Igualmente los profetas y sabios hacen del alfarero la imagen de la soberaní­a divina sobre las criaturas (Is 29,16; 45,9; 64,7; Jer 18,2-7; Si 33,13). En los monumentos egipcios, lo mismo que en muchos textos bí­blicos, se describen minuciosamente la técnica y procedimiento empleados en el arte de la alfarerí­a (Jer 18,1-4; Si 38,29; Sap 15,7). Célebre es la interpretación paulina, apoyada en la metáfora del alfarero y la vasija de barro: “¿quién eres tú para pedir cuentas a Dios?” (Rom 9,20-21).

Según el primer libro de Crónicas 4,23 habí­a en Jerusalén un establecimiento real de alfareros, de cuyo emplazamiento y de los cascotes de arcilla arrojados allí­, tal vez recibió el nombre de Campo del Alfarero. El Campo del Alfarero, en el valle de Hinnon, al sur de la piscina de Siloé, habrí­a cambiado el nombre, según la explicación cristiana, por el de Haceldama (Campo de Sangre), porque los sacerdotes judí­os lo compraron con las monedas de la traición de Judas, que, por ser precio de sangre, no podí­an ingresar en el tesoro del Templo (Jer 19,2s; Mt 27,7,10).

de Villapadierna

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Hombre que se dedica a hacer ollas, platos y otras vasijas de barro cocido. El significado literal del término hebreo correspondiente (yoh·tsér) es †œformador† o †œuno que forma† (Jer 18:4, nota), mientras que el término griego (ke·ra·méus) proviene de una raí­z que significa †œmezcla†, significado con el que tal vez se aluda a la necesidad de añadir agua al barro o a la arcilla para trabajar con ella. Desde tiempos antiguos los alfareros han moldeado el barro para hacer vasijas con él, que luego endurecí­an por un proceso de cocción, con lo que conseguí­an utensilios que no se ablandaban al mojarse. El alfarero podí­a trabajar solo, pero a veces tení­a ayudantes, normalmente aprendices. Parece que en un tiempo existió entre los hebreos un grupo de alfareros reales. (1Cr 4:21-23.)
Los pasos que solí­a seguir el alfarero eran: lavar y limpiar el barro de impurezas, dejarlo en reposo y hollar el material húmedo con los pies para hacerlo pastoso y maleable. (Isa 41:25.) A continuación lo amasaba a mano y luego lo colocaba sobre la rueda de alfarero.
La antigua rueda o torno de alfarero por lo general estaba hecha de piedra (aunque algunas veces era de madera) y consistí­a básicamente en un disco plano centrado sobre un eje vertical que se hací­a girar en sentido horizontal. Para que el disco tuviera estabilidad y adquiriera velocidad a medida que se hací­a girar a mano, se colocaba en el borde algún material pesado. Más tarde se añadió una rueda inferior más grande y más pesada (en el mismo eje de la rueda superior y que también giraba en sentido horizontal), lo que permití­a que el alfarero, estando sentado, hiciera girar las ruedas con el pie.
El alfarero poní­a la pella de barro sobre la rueda, y a medida que esta giraba, iba formando con las manos una vasija. (Jer 18:3, 4.) Luego, tal vez la secaba un poco al sol y de nuevo la colocaba sobre la rueda, donde la alisaba y pulí­a por medio de guijas, conchas o algún instrumento, y después le daba un diseño a la superficie. Los métodos variaban, pero podí­a darle un diseño en forma de cuerda, por ejemplo, presionando una cuerda retorcida contra la pieza todaví­a húmeda. Las vasijas a menudo se pintaban de forma decorativa. Otras se vidriaban (Pr 26:23) y entonces se cocí­an en un horno de alfarerí­a. O podí­a aplicarse a la pieza pasta lí­quida coloreada (arcilla de alfarero en forma semilí­quida) con propósitos decorativos, después de lo cual se volví­a a cocer en el horno.
El alfarero fabricaba desde jarros grandes (Lam 4:2) hasta lámparas, hornos y juguetes, tales como muñecas y figuras de animales. También hací­a tazones, copas, frascos y otros recipientes (Le 15:12; 2Sa 17:28; Jer 19:1; Lu 22:10), además de ollas y algunas tarteras. Los artí­culos de loza de barro a veces se sellaban para mostrar dónde se habí­an hecho y con frecuencia el alfarero estampaba su propia †œmarca de fábrica† en un asa de la olla.
A veces el alfarero usaba un molde dentro del cual apretaba el barro para que se le grabasen los detalles. Así­ es como solí­an hacerse en tiempos posteriores las lámparas. Se formaban dos piezas y, antes de que el barro se secase por completo, se uní­an entre sí­. De vez en cuando algunos artí­culos se moldeaban a mano sin usar la rueda. Sin embargo, el alfarero solí­a usar la rueda o torno.
En los yacimientos arqueológicos se han descubierto con bastante frecuencia, y a veces en grandes cantidades, trozos de vasijas de barro. (Véase TIESTO.) Los arqueólogos consideran que las diversas clases de piezas de alfarerí­a halladas en esos emplazamientos contribuyen a determinar la presencia de diferentes culturas y a calcular el perí­odo de ocupación al que corresponde, según los estratos excavados en el yacimiento. También han procurado determinar la densidad poblacional que tuvo la zona en la antigüedad, basándose en la cantidad de fragmentos hallados en el lugar.
La autoridad que el alfarero tiene sobre la arcilla se usa como ilustración para mostrar la soberaní­a de Jehová sobre los individuos y las naciones. (Isa 29:15, 16; 64:8.) La casa de Israel era para Dios †œcomo el barro en la mano del alfarero†, siendo El el Gran Alfarero. (Jer 18:1-10.) El hombre no está en posición de disputar con Dios, al igual que no se esperarí­a que la arcilla desafiase a aquel que le dio forma. (Isa 45:9.) Tal como se puede aplastar un recipiente de loza de barro, de la misma manera Jehová puede traer calamidad devastadora sobre un pueblo como castigo por su maldad. (Jer 19:1-11.)
Respecto a la autoridad, conferida por Dios, que ejerce el rey mesiánico sobre las naciones, se predijo: †œLas quebrarás con cetro de hierro, como si fueran vaso de alfarero las harás añicos†. (Sl 2:9; compárese con Da 2:44; Rev 2:26, 27; 12:5.)
De una sola pella de barro, el alfarero podí­a hacer una vasija para un uso honroso y otra para un uso deshonroso, es decir, para un uso común u ordinario. De manera similar, Jehová tiene autoridad para moldear a los individuos de la manera que a El le agrada, y ha tolerado a los inicuos, o †œvasos de ira hechos a propósito para la destrucción†, lo que ha obrado para el beneficio de los †œvasos de misericordia†, las personas que componen el Israel espiritual. (Ro 9:14-26.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

1. kerameus (kerameuv”, 2763), alfarero (de kerannumi, mezclar, similar a keramos, barro de alfarero). Se usa: (a) en relación con el “campo del alfarero” (Mat 27:7,10); (b) en forma ilustrativa, del derecho del alfarero sobre el barro (Rom 9:21), donde el “o” introductorio sugiere las alternativas de que o debe haber un reconocimiento de la absoluta capacidad de elección y poder de Dios, o una negación de que el alfarero tenga poder sobre el barro. No hay sugerencia alguna de una creación de seres pecaminosos, ni de una creación de nadie con el simple fin de castigarle. Lo que el pasaje expone es el derecho de Dios de tratar con los pecadores base de sus propios propósitos.¶ Nota: El adjetivo keramikos se traduce con la cláusula adjetiva “de alfarero” en Rev 2:27:¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento