AMBROSIO, SAN

(ca. 339-397)
Fue elegido obispo de Milán el 373, cuando todaví­a no era más que un catecúmeno. Estudió Escritura y teologí­a, especialmente a los padres griegos, con tanto éxito que se convirtió en uno de los cuatro grandes >doctores de la Iglesia de Occidente. Los escritos de Ambrosio son generalmente obras motivadas por los acontecimientos, en particular la controversia arriana y las cuestiones pastorales 1. Su producción literaria son principalmente sermones u obras derivadas de homilí­as 2. Desarrolla especialmente en su eclesiologí­a la doctrina sobre el episcopado 3. La mayorí­a de los temas e imágenes patrí­sticos importantes en relación con la Iglesia aparecen continuamente en sus obras: la luna, el mar, la vid mí­stica, la grey mí­stica, la barca, el >pueblo de Dios, el reinado de Cristo, el >templo, el >cuerpo y la >esposa de Cristo, las mujeres del Antiguo y del Nuevo Testamento como figuras de la Iglesia, la Virgen Marí­a como imagen y modelo 4. Sus reflexiones marianas brotan en gran medida de su constante preocupación por la Iglesia y su consideración de la virginidad 5. Especialmente importante es su sutil, fluida y fluctuante concepción de la >Jerusalén celeste, que ya se encuentra en >Orí­genes y en Dí­dimo el Ciego. En Ambrosio tiene mayor amplitud que en san >Agustí­n, que lo sigue a él 6. En su actitud frente a los herejes (>Herejí­a) y los >judí­os 7′, Ambrosio refleja la visión de su tiempo.

Las relaciones de Ambrosio con el Imperio son un aspecto muy significativo de su eclesiologí­a 8: separó cuidadosamente el área de la Iglesia y la del Imperio; consideró que el emperador debí­a usar su poder al servicio de la Iglesia en caso de necesidad; el emperador estaba dentro, no por encima de la Iglesia, y podí­a ser excomulgado por su mal comportamiento. En este terreno Ambrosio es indispensable para entender la tardí­a Edad media.

En su escrito a la Iglesia de Vercelli, que se ha considerado un verdadero tratado sobre la elección de los obispos, Ambrosio reafirma las prácticas ascéticas frente al neoepicurianismo, exhorta a la Iglesia a la disciplina y a la virtud, y habla dentro de este contexto de las cualidades necesarias para el obispo 9. En esta carta, y también frecuentemente en otros lugares, habla acerca de las ví­rgenes y las >viudas; aquí­ también, aunque con más desarrollo en su De officiis 10 encontramos su interés por el comportamiento del clero. Se preocupó siempre por el desarrollo del culto a los >mártires 11. Ambrosio ocupa un lugar importante en la eclesiologí­a; en la historia de la Iglesia hay que señalar además su papel de instrumento en la conversión de Agustí­n.

NOTAS:
1 Vida y estudios: M. G. MARA, Ambrosio de Milán, en DPAC 1, 95-99; Ambrosio de Milán, en A. DI BERARDINO (ed.), Patrologí­a III, BAC, Madrid 1981, 166-211; L. PIZZOLATO, Ambrosio, en C. LEONARDI-A. RICCARDI-G. ZARRI (dirs.), Diccionario de los santos 1, San Pablo, Madrid 2000, 149-157; B. ALTANER, Patrologí­a, Espasa-Calpe, Madrid 1956, 322-331; M. R. P. McGUIRE, Ambrose, St., en NCE 1, 372-375; A. PAREDI, Sant’Ambrogio e la sua etá, Milán 19602; Sant’Ambrogio, Milán 1985; P. E. BEATRICE (ed.), Cento anni di bibliografla ambrosiana (1874-1974), Milán 1981; J. HUSCENOT, Los doctores de la Iglesia, San Pablo, Madrid 1999, 81-94; C. PASINI, Ambrogio di Milano. Azione e pensiero di un vescovo, San Paolo, Cinisello Balsamo 1996; G. PICCOLO, Saggio di bibliografla ambrosiana, La scuola cattolica 98 (1970) 187-207; G. LAZZATI (ed.), Ambmsius episcopus. Atti del congresso internazionale 1974, 2 vols., Milán 1976.
2 Obras: PL 14-17; cf M. G. MARA, Ambrosio de Milán, en A. DI BERARDINO, o.c., 176-211; ediciones en castellano: Sobre las ví­rgenes y la virginidad, Rialp, Madrid 1956; La penitencia, Ciudad Nueva, Madrid 1993; El Espí­ritu Santo, Ciudad Nueva, Madrid 1998; La iniciación cristiana (explicación del sí­mbolo; los sacramentos; los misterios), Rialp, Madrid 1977; Tratado sobre el evangelio de san Lucas, BAC, Madrid; Sobre las ví­rgenes y sobre las viudas, Ciudad Nueva, Madrid 1999.
3 G. ToSCANI, Teologí­a della Chiesa in Sant’Ambrogio. Studia patristica mediolanensia, Milán 1974, con crí­tica de E. LAMIRANDE en Eg1T 8 (1977) 337-368; P. V DIAS-P T. CAMELOT, Eclesiologí­a. Escritura y Patrí­stica hasta san Agustí­n, en M. SCHMAUS-A. GRILLMEIER-L. SCHEFFCZYK (dirs.), Historia de los Dogmas III, 3a-b, BAC, Madrid 1978, 224233 (La eclesiologí­a latina en el siglo IV); J. RINNA, Die Kirche als Corpus Christi Mysticum beim hl. Ambrosius, Roma 1940; J. J. MARCELLIC, Ecclesia sponsa apud s. Ambrosium, Roma 1967.
4 G. TosCANI, Teologia della Chiesa in Sant’Ambrogio, o.c., 149-207; H. RAHNER, Symbole der Kirche. Die Ekklesiologie der Vdter Salzburgo 1964.
5 M. O’CARROLL, Theotokos. A theological Eneyclopedia of the Blessed Virgin Mary, Wilmington 19832, 17-22.
6 E. LAM RANDE, Le théme de la Jérusalem céleste chez saint Ambroise, RevEtAug 29 (1983) 219-232; una obra clave es: Expositio Evangelii secundum Lucam 2, 88-89: PL 15, 1585-1586. -‘ Cf Epist. 40-41: PL 16, 1101-1121; G. FIGUEROA, The Church and the Synagogue in Saint Ambrose, Washington 1949. – 8 Epist. (a los emperadores) 1, 17-18, 21, 24, 40, 51, 53, 57, 61-62 y De obitu Theodosii oratio: PL 16, 1385-1410; J. GAUDEMET, Droit seculier et droit de 1’Eglise chez saint Ambroise, en G. LAZZATI (ed.), Ambrosius episcopus 1, o.c., 286-315; V R. VASEY, The Example of Naboth in St. Ambrose’s Doctrine on Imperium-Saeerdotium, The Jurist 44 (1984) 426440. -‘ Epist. 63: PL 16,1188-1220. -10 PL 16, 25-194. – » A. BASTIAESEN, Paulin de Milan et le culte des martyrs chez saint Ambroise, en G. LAZZATI (ed.) Ambrosius episcopus II, o.c., 143-150.
DicEC

Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiologí­a, San Pablo, Madrid 1987

Fuente: Diccionario de Eclesiología