Biblia

ANDINOS, CREENCIAS DE LOS PUEBLOS

ANDINOS, CREENCIAS DE LOS PUEBLOS

Creencias de los indí­genas sudamericanos. Es difí­cil diferenciar entre los elementos religiosos estrictamente incas de los extraí­dos de otros pueblos vecinos. Entre los incas (entendidos como pueblo) se desarrolló una cultura importante; en la época preincaica se labraban figuras estilizadas de los dioses en la ciudad de Tiahuanaco.
Su principal deidad era una figura tallada en una entrada monolí­tica que representa al dios Viracocha, creador de la mitologí­a incaica. Este dios creador de todas las cosas y deidades tení­a apariencia humana. Era una especie de Quetzalcóatl y como dios cultural se cree que enseñó al pueblo la manera de vivir y después desapareció. También creó el Sol y la Luna, extrayendo de lo profundo del lago Titicaca a Manco Capac y Mama Ocllo, pareja de origen divino que debí­a fundar un imperio.
Otros dioses eran Inti, el sol; Illapa, el trueno; Quilla, la luna; Pachamama, la tierra o madre de los incas; Mamacocha, el mar; Catequil, el dios del trueno, Zara, diosa del maí­z, Collca, las Pléyades, Ataguju, dios local invocado en la cosecha del maí­z. El Sol y la Luna eran descendientes de Viracocha.
Sus seguidores celebraban ritos en templos como el de Cuzco. Se trataba de una religión en la que prevalecí­a el ritualismo sobre el misticismo y se usaba la adivinación con diversos fines, desde consultar a los dioses hasta buscar cosas perdidas.
Los «amautas» o sacerdotes disfrutaban de un nivel superior a la población y esperaban un más allá. Al frente de ellos estaba un sumo sacerdote, el Wilya-Omsa, familiar del monarca de turno. También tení­an «mujeres elegidas», entre las que se seleccionaban las «mama-konas» dedicadas al servicio de los templos. Las ceremonias se desarrollaban a cielo abierto mientras los templos serví­an para guardar los objetos de culto y las imágenes, y en ellos viví­an los sacerdotes y las llamadas «mujeres elegidas». Practicaban ayunos y la confesión de pecados. Los sacerdotes ofrecí­an sacrificios y las ví­ctimas eran llamas o cobayas. Las ví­ctimas humanas solí­an ser hijos de las «mujeres elegidas», pero solo se ofrecí­an en caso de extrema crisis. Los quechuas tributan un culto especial a Inti, dios del Sol, hermano de Quilla, la Luna.

Fuente: Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas