ANTIOCO

nombre de varios reyes seléucidas de Siria, descendientes Seléuco, general de Alejandro Magno, uno de los diadocos a la muerte de éste. A la dinastí­a seléucida se refiere la visión del profeta Daniel en 8, 8-22. †œReyes del norte†, llama a estos monarcas Daniel, mientras †œReyes del sur†, a los lágidas de Egipto.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(gr., el que aguanta).
1. Antí­oco III, el Grande (223-187 a. de J.C.), rey de Siria y el sexto gobernador de la dinastí­a seléucida. Por su triunfo sobre los egipcios en el año 198, Siria tomó control de Palestina. Vencido definitivamente por los romanos en el año 190, perdió el control sobre Asia Menor. Fue asesinado por una turba mientras saqueaba un templo.
2. Antí­oco IV (Epí­fanes), hijo de Antí­oco III y el octavo gobernador de la dinastí­a seléucida, 175-163 a. de J.C. (1Ma 1:10; 1Ma 6:16). En su intento de helenizar a los judí­os sacrificó un cerdo en el altar de Jerusalén, prohibió la circuncisión y destruyó todos los libros del AT que pudo encontrar. Estos atropellos lo involucraron en la guerra macabea en la que los ejércitos de Siria fueron repetidamente vencidos por el brillante Judas Macabeo.
3. Antí­oco V (Eupator), hijo de Antí­oco IV, reinó como un menor por dos años y después fue asesinado.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(El firme). Seleuco, general de Alejandro Magno, heredó una de las cuatro partes en que se dividió el imperio de éste a su muerte. Así­ comenzó la dinastí­a de los seléucidas, en la cual hubo dieciséis reyes con el nombre de a. De especial interés para los estudiosos de la Biblia son los siguientes:

1. Antí­oco II Teos, hijo de A. I. Gobernó del 261 al 246 a.C. Tras ser derrotado en una guerra contra †¢Ptolomeo Filadelfo de Egipto, tuvo que hacer una alianza con éste casándose con su hija, para lo cual tuvo que repudiar a su esposa anterior, llamada Laodicea. Generalmente se cree que es el rey mencionado en la profecí­a de Dan 11:6 (†œAl cabo de los años harán alianza, y la hija del rey del S vendrá al rey del N para hacer la paz†).

. Antí­oco III, el Grande. Gobernó del 242 al 187 a.C. Tuvo éxito en consolidar y fortalecer el imperio seléucida. La tierra de Israel estaba bajo los Ptolomeos de Egipto. De manera que al guerrear A. III contra ese paí­s los judí­os sufrieron mucho por estar pasando de mano en mano entre ambos poderes durante unos veinte años. Finalmente los judí­os, que simpatizaban con A. III, le abrieron las puertas de Jerusalén y le ayudaron a expulsar la guarnición egipcia, por lo cual fueron recompensados con la reconstrucción de la ciudad, fondos para reparar el †¢templo, exenciones de impuestos por tres años y el derecho a cierta autonomí­a administrativa. Enfrentado a los romanos, A. III fue vencido, y tuvo que pactar con ellos, perdiendo muchos territorios, cosa que narra 1Ma 8:6-8. A. III murió luego cerca de Susa tratando de sofocar una revuelta interna.

. Antí­oco IV, Epí­fanes (Gr. Dios manifiesto). Gobernó del 175 al 164 a.C. Hijo de A. III. Personaje importantí­simo en la historia de los judí­os. Cuando su padre fue derrotado por los romanos quedó como rehén en Roma, donde aprendió y admiró sus instituciones. Su hermano Seleuco IV fue asesinado y A. IV venció a los culpables y ascendió al trono. Hizo guerra contra Egipto y lo invadió, y logró controlarlo, con excepción de Alejandrí­a. Por un tiempo Egipto fue una especie de protectorado bajo A. IV. Viose obligado de nuevo a invadir el paí­s del Nilo, pero finalmente los egipcios lograron la ayuda de Roma y A. se retiró a sus dominios. Trató de impulsar un fuerte proceso de helenización en todo su imperio, fundando numerosas ciudades griegas e introduciendo por todas partes su cultura. Esto trajo problemas con los judí­os, que habí­an vivido con cierta autonomí­a desde los tiempos de A. III.

Habí­a en Jerusalén dos partidos, uno religiosamente muy conservador y otro favorable a la helenización. Este último pagó una fuerte suma de dinero a A. IV, que les permitió construir un gimnasio en la ciudad para introducir a la juventud en las costumbres educativas griegas. Más tarde A. IV tomó Jerusalén por la fuerza, y mató a miles de judí­os o los vendió como esclavos. Impuso su polí­tica y prohibió la práctica del culto a Jehová, y llegó incluso a levantar un altar a †¢Zeus Olí­mpico en el †¢templo de Jerusalén. Los judí­os, que llegaron a llamar A. IV, †œEpimanes† (el Loco), reaccionaron con la famosa rebelión de los Macabeos. Generalmente se acepta que Daniel profetizó muchos de estos eventos (Dan 11:21-39).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, REYE BIOG HOMB HOAT = “el firme”. Varios son los reyes de este nombre que reinaron sobre Siria y aunque no se mencionan por su nombre en las Escrituras, aparecen algunos de ellos en la profecí­a de Daniel (Dn. 11). El más conocido de ellos es Antí­oco IV Epifanes, que sucedió a su hermano Seleuco IV Filopáter, que fue envenenado por Heliodoro. Heliodoro fue a su vez muerto por Antí­oco IV, que arrebató el trono al heredero legal, hijo de su hermano (Dn. 11:21). Reinó del 175 al 164 a.C. Como resultado de su derrota ante los romanos en Egipto, volvió a Jerusalén a proseguir la obra de devastación que ya habí­a iniciado antes. Ordenó la matanza de todos los hombres y la venta como esclavos de mujeres y niños. Estas órdenes fueron cumplidas parcialmente. Los muros fueron derruidos y la ciudad saqueada, y erigió en el templo una estatua a Júpiter Olí­mpico, ofreciéndose sacrificios a este dios sobre el altar. Flavio Josefo ofrece amplia información sobre estos sucesos (Ant. 12:5, 3, etc.; Guerras. 1:1, 1-5). Le sucedió Antí­oco V, que no ejerció dominio sobre Judea.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Monje de san Sabas de finales del s. VI e inicios del s. VII. En su Pandectas de la Sagrada Escritura, se han conservado algunos fragmentos de las Dos cartas a las ví­rgenes atribuidas a Clemente de Roma, aunque, en realidad, pertenecen a la primera mitad del s. III.

VIDAL MANZANARES, César, Diccionario de Patrí­stica, Verbo Divino, Madrid, 1992

Fuente: Diccionario de Patrística

Nombre de trece reyes de la dinastía seléucida que en los 40 años que siguieron a la muerte de Alejandro Magno en 323 a.C. había logrado el dominio de Asia Menor, Siria, y las partes más occidentales de los dominios orientales de Alejandro. Siendo una dinastía helénica, trataron de mantener el dominio en este vasto imperio fundando o repoblando una cadena de ciudades grecomacedónicas en todo su largo y ancho. *Antioquía, a orillas del Orontes, fue la capital de dichas ciudades, con Seleucia en el Tigris como segunda capital para administrar las provincias orientales.

Antíoco I era hijo de Seleuco I, fundador de la dinastía, y de Apama I. Reinó juntamente con su padre desde el año 292, sucediéndolo a comienzos del 280, manteniéndose en el trono hasta morir el 1 o el 2 de junio del 261. Alrededor del 275 fue honrado con el título de Sōtēr (‘salvador’) por haber liberado varias ciudades de Asia Menor de manos de los galos; fundó muchas ciudades helénicas. Durante su reinado hubo muchos conflictos con la dinastía tolemaida de Egipto.

Antíoco II, hijo menor de Antíoco I y de Estratónice, sucedió a su padre en el 261. Liberó Éfeso, Jonia, Cilicia, y Panfilia de la dominación egipcia, y a cambio de su autonomía las ciudades de Asia Menor le dieron el título de Theos (‘dios’). Desterró a su primera esposa, su prima Laodice, a sus dos hijas y a sus dos hijos, y en 252 se casó con Berenice, hija de Tolomeo II Filadelfo de Egipto. Murió en el 246.

Antíoco III, hijo menor de Seleuco II y nieto de Antíoco II y de Laodice, sucedió a su hermano mayor Alejandro Seleuco III Soter cuando este último fue asesinado en 223. Mientras reducía la parte S de Siria y Palestina en el 217 fue derrotado en Rafia por Tolomeo IV Filópator de Egipto, pero una victoria en Panión (la Cesarea de Filipos del NT) en 198 a.C. le dio el control total de dichas regiones, que anteriormente formaban parte del imperio de los Tolomeos. Luego de sofocar dos revueltas domésticas, condujo un ejército victorioso hacia el E hasta Bactriana para reconquistar el antiguo imperio seléucida; por esto fue llamado por los griegos “el Grande’ ya que había asumido el título aqueménida de “Gran Rey”. Campañas realizadas en Asia Menor y en Grecia dieron por resultado sucesivas derrotas por Roma, culminando en la batalla de Magnesia (189) y el subsiguiente Tratado de Apamea, por el que cedió a Roma todo el Asia Menor al N y al O de los montes Tauro. Murió en el 187 y fue sucedido por su hijo Seleuco IV Filópator.

Antíoco IV, hijo menor de Antíoco III y de Laodice III, sucedió a su hermano Seleuco IV en 175. Hasta el 170/169 reinó con su sobrino Antíoco, el pequeño hijo de Seleuco, que en ausencia de su tío fue asesinado por Andrónico, el que también arregló el asesinato de Onías III (el sumo sacerdote depuesto ilegalmente), y él mismo fue finalmente ejecutado como castigo (2 Mac. 4.32–38). Durante su reinado hubo muchas intrigas en pos del sumo sacerdocio de parte de Jasón y Menelao, a raíz del mal comportamiento de los cuales Antíoco visitó Jerusalén en el 169 e insistió en entrar en el lugar santísimo, de donde se llevó algunos de los utensilios de oro y de plata. Presiones ejercidas por Egipto lo convencieron de la necesidad de helenizar Palestina, y las medidas adoptadas contra la antigua religión dieron por resultado la cesación de los sacrificios en el templo y la construcción de un altar griego en el lugar del altar viejo el 25 de diciembre de 167. La revuelta dirigida por Matatías de la casa de Asmón y sus cinco hijos condujo a la reconsagración del templo sólo tres años después. Antíoco, quien en monedas correspondientes a los últimos años de su reinado se hizo llamar (Theos) Epifanēs, “(dios) manifestado”, murió en campaña en Media en el 164.

Antíoco V Eupátor, hijo de Epífanes y de Laodice fue ejecutado por el ejército en 162 cuando entró en Sina su primo Demetrio I Soter, hijo menor de Seleuco IV y sucesor legal de Epífanes. Antíoco IV Epífanes Dionisio, el hijo infante del pretendiente Alejandro Balas (que gobernó en 150–145), fue propuesto como rey por Diodoto (Trifón) en 143, destronado por él en 142 y asesinado por él también en 138.

Antíoco VII Sidetes, hijo de Demetrio I Soter, depuso a Trifón en 139 y gobernó hasta 130/129. Después de su decreto a favor de los judíos (1 Mac. 15.1–9), por el que por primera vez se les permitía acuñar su propia moneda, invadió Judea y la subyugó en 134, concediéndole al pueblo libertad religiosa.

El resto de la historia de la dinastía es un relato de constantes rivalidades por el trono. Antíoco VIII Gripo (sobrino de Sidetes) gobernó del 125 al 115, cuando fue expulsado por Antíoco IX Filópator (Ciziceno), hijo de la madre de Gripo, Cleopatra Tea, y de Sidetes. Gripo volvió en el 111 y reconquistó todo excepto Celesiria, que Ciziceno gobernó hasta su muerte en 95. En el 96 murió Gripo, y entre contendientes subsiguientes por el trono que llevaban este nombre hubo dos hijos de Gripo (Antíoco XI Epífanes Filadelfo y Antíoco XII Dionisio), y un hijo y nieto de Ciziceno (Antíoco X Eusebio Filópator y Antíoco XIII Asiático). Este último gobernó del 69 al 65 y fue el último de los monarcas seléucidas; cuando Pompeyo colonizó el E en 64 anexó Siria a Roma.

Bibliografía. °J. Bright, Historia de Israel, 1970, cap(s). 11–12; H. Siegfried, Historia de Israel, 1979; A. Lods, De los profetas a Jesús. 1958.

CAH, 6–9, pass.; J. Bright, History of Israel, cap(s). 11–12; D. J. Wiseman en Iraq 16, 1954, pp. 202–211.

D.H.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico