ARTEMISA (DIANA)

(gr., Artemisa, lat. Diana). Diana era la diosa romana de la luna. Hija de Júpiter, era hermana melliza de Apolo, a quien se le asociaba con el sol, como a ella con la luna. Se la representaba como una cazadora virgen y era adorada por muchos. Cuando el culto griego penetró a Italia alrededor del año 400 a. de J.C., los italianos identificaron a Diana con la diosa Artemisa de ellos, su doble griego. El culto a ella era puro en comparación con el culto sensual de los dioses y diosas de oriente.

†œArtemisa de los efesios† es mencionada en Act 19:24-35 (BJ, NC, nota en BA; Diana en la mayorí­a de las demás traducciones) y sus mitos eran de un tipo muy distinto. Sus santuarios de plata (Act 19:24) eran pequeños templos con una imagen de Artemisa como se la imaginaban los asiáticos, una combinación de la diosa virgen griega con sus muchos senos y la obscena diosa semita de la luna, Astarte. Para los efesios, Artemisa era la gran madre asiática que amamantaba a los dioses, hombres, animales y plantas, y era la patrona del instinto sexual. Las imágenes de ella, en lugar de ser artí­sticamente hermosas como las de los griegos, eran feas, más como las imágenes lascivas de India y Tiro y Sidón. El culto especial a ella estaba centrado en el gran templo en Efeso, probablemente por un interesantí­simo meteorito rocoso que supuestamente habí­a caí­do del cielo (Act 19:35).

Las fiestas de Diana eran comercializadas y, entre los plateros, una gran industria se dedicaba a hacer santuarios e í­dolos para adorarla. La predicación de Pablo interfirió con este comercio y provocó una violenta oposición a él.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano