ASOCIACION A CRISTO REDENTOR

Marí­a y la Iglesia asociación a Cristo Esposo

El tema de Cristo «Esposo» (Mt 9,15) y de la Iglesia «Esposa» (cfr. Ef 5,25-27; Apoc 21-22), está en la base de todo el Nuevo Testamento, como «Alianza» o pacto esponsal de amor. La Eucaristí­a es la «copa» de las bodas o de la Nueva Alianza (Lc 22,20). Indica la intimidad con Cristo, a modo de asociación esponsal, para correr su misma suerte, compartir su misma vida, prolongar su misma misión en el tiempo.

En las bodas de Caná, Marí­a, «la mujer», invita a la comunidad eclesial a decir su «sí­» como el antiguo Israel «Haced lo que él os diga» (Jn 2,5; Ex 24,7). Ella misma ya habí­a dicho su «sí­» (Lc 1,38) como expresión de fidelidad esponsal a los nuevos planes de Dios. Marí­a es la figura de la Iglesia esposa y, por tanto, de toda la vida cristiana como asociación a Cristo.

Asociación y cooperación con Cristo Redentor

De hecho, la maternidad divina de Marí­a comporta su «asociación» a Cristo Redentor. Ella queda asociada a su Hijo como «la mujer» (Jn 2,4; 19,26), la que tiene que correr la misma «suerte» por ser fiel a la Palabra («espada» Lc 2,35). Por esto, los Santos Padres han llamado a Marí­a Nueva Eva, Esposa del Verbo, asociada a Cristo… (LG 56; 58, 63). La Iglesia contempla a Marí­a siempre «unida con lazo indisoluble a la obra salví­fica de su Hijo» (S 103).

Ella cooperó a la acción redentora de Cristo, puesto que, «guiada por el Espí­ritu Santo, se consagró al ministerio de la redención de los hombres» (PO 18). De este modo, «la Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrina¬ción de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz, en donde, no sin designio divino, se mantuvo de pie (cfr. Jn. 19, 25), se condolió vehementemente con su Unigénito y se asoció con corazón maternal a su sacrificio, consintiendo con amor en la inmolación de la ví­ctima engendrada por Ella misma» (LG 58).

En los escritos patrí­sticos, así­ como en el magisterio y la teologí­a mariana se han usado diversas expresiones para indicar esta realidad mariana, siempre en relación con Cristo y son su Iglesia «asociada» (LG 53), «corredentora», «Tipo» de la Iglesia (LG 62-63), Nueva Eva (cfr. LG 56), etc.

Modelo de toda vocación apostólica

La maternidad de Marí­a indica, pues, una relación especial («esponsal») respecto a su Hijo, como figura de la Iglesia esposa (Apoc 12,1ss; LG 63-65). Toda la Iglesia, en cada una de sus vocaciones, está llamada a un desposorio o asociación a Cristo, que se concretará según las exigencias de la propia vocación y carisma. El sacerdote que preside espiritualmente la comunidad es signo de Cristo Esposo ante la Iglesia esposa (PDV 22,29,49). Las personas consagradas, como signo especial del desposorio de la Iglesia con Cristo, miran a Marí­a como «imagen viva de la Iglesia esposa» (VC 34). En el matrimonio, como sacramento, los esposos están llamados a expresarse mutuamente la realidad del amor de Cristo a su esposa la Iglesia (cfr. Ef 5,22-33).

La espiritualidad mariana que deriva de esta realidad de asociación, comunica a la vida espiritual una lí­nea eclesial misionera fe y sentido de Iglesia, amor a la Iglesia, servicio de Iglesia… Al mismo tiempo y como punto de referencia, es espiritualidad eminentemente cristológica y pneumatológica, como fidelidad de asociación a Cristo Esposo que comunica el Espí­ritu Santo a su Iglesia para hacerla su «sacramento», signo transparente y portador para todos los pueblos (cfr. AG 1-4).

Referencias Alianza, Apocalipsis, Cantar de los Cantares, Iglesia, escatologí­a, espiritualidad mariana, Jesucristo (Redentor), Medianera, Nueva Eva, redención, Tipo de la Iglesia.

Lectura de documentos LG 52-54, 56-58, 63-65; RMa 3, 18, 39; CEC 410-411, 963-975.

Bibliografí­a AA.VV. Coredemptrix, Mediatrix, Advocate, Theological Foundations, Towards a Papal Definition? (Santa Barbara, CA, 1995); L. CIGNELLI, Maria Nuova Eva nella patristica greca (Assisi, Porciuncula, 1966); M. CUERVO, Maternidad divina y corredentora mariana (Villava, OPE, 1967); CL. DILLENSCHNEIDER, Maria Corredentrice (Roma 1954); S. FOLGADO, Marí­a asociada a Cristo en el misterio redentor, en Enciclopedia mariana posconciliar (Madrid, Coculsa, 1975) 375-389; E. LLAMAS, Puesto de Marí­a en la economí­a de la Redención Estudios Marianos 32 (1969) 149-230; G.M. ROSCHINI, Problematica della corredenzione (Roma, Maria¬num, 1969); E. SCHILLEBEECKX, Mère de la Rédemption (Paris, Cerf, 1963).

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización