BASILIO DE ANCIRA
Vida: Uno de los dirigentes de los semiarrianos o homoousianos. Sucesor de Marcelo por obra del sínodo de Constantinopla del 336, se dirigió en 358 a la corte imperial de Sirmio defendiendo la fórmula tercera de Sirmio o símbolo de los homoousianos, tarea en la que obtuvo un notable éxito. El emperador confió a Basilio la preparación de un concilio general en el que los distintos partidos arríanos acabaran con sus disensiones, pero mientras se hallaba ocupado en este encargo, los arríanos extremos lograron el apoyo imperial para convocar un sínodo occidental en Rímini y otro oriental en Seleucia. En una segunda conferencia en Sirmio — bajo la presidencia de Constancio — se redactó un credo aceptable para ambos sínodos. En esta cuarta fórmula de Sirmio se sustituyó el término †œousia† por el de †œsemejante en todo.† No obstante, Basilio redactó una declaración clarificando su interpretación de esta fórmula que recogía las tesis atanasianas. El sínodo de Rímini, no obstante, no aceptó la fórmula propuesta sino que retiró el †œen todo† y conservó sólo el †œomoios† (semejante). En cuanto al celebrado en Seleucia se dividió. Finalmente Basilio, junto con Eustacio de Sebaste y Eleusio de Cícico firmaron en Constantinopla, a instancias del emperador, la definición de Rímini el último día del 359. Aquello implicaba la victoria de los homoianos y de su jefe Acacio de Cesárea así como la derrota de Basilio. Este fue desterrado por un sínodo constantinopolitano del 360 presidido por Acacio y se le ordenó ir a Iliria, donde falleció en el 364, si bien antes de morir se retractó de su apoyo a la definición de Rímini.
Obras: Escribió un tratado sobre la Trinidad — que nos ha llegado a través de Epifanio — así como un libro Acerca de la virginidad y una obra Contra Marcelo en la que atacaba a su predecesor.
Teología: Cristológicamente, la postura de Basilio de Ancira se encontraba más lejos de la de Arrio que de la de Nicena. De esta última sólo sentía dudas en relación con el término †œconsustancial† pero reconocía que el Hijo era de la misma esencia que el Padre, a la vez que negaba que aquél fuera una criatura. Como señaló el propio Atanasio en De Synodis XLI, su punto de vista hubiera sido susceptible de evolucionar hacia la visión nicena dada la cercanía con ésta.
VIDAL MANZANARES, César, Diccionario de Patrística, Verbo Divino, Madrid, 1992
Fuente: Diccionario de Patrística