Con esto se quiere indicar la acción o el pronunciamiento de una bendición. La bendición aarónica fue dada a Aarón y a sus hijos como parte de su ministerio hacia los hombres en nombre de Dios, y se resume en colocar el nombre de Dios sobre ellos (Nm. 6:22–27). El paralelo novotestamentario es la bendición apostólica (2 Co. 13:14), la cual refleja un progreso en la revelación al hacer énfasis en la Trinidad. Otros pasajes, en forma notable los de Ef. 3:20–21, Heb. 13:20–21 y Jud. 24–25, con frecuencia son tratados como bendiciones por los miembros del clero. La pregunta es sobre si en ellos tenemos verdaderas bendiciones o si son oraciones. En la bendición el ministro actúa en nombre de Dios al pronunciar una bendición sobre la congregación, mientras que representa al pueblo en una oración, expresando una súplica a Dios a favor de ellos. Parece que en el sentido estricto de la palabra, sólo hay una bendición en el AT y una en el NT. Por otra parte, la bendición debe diferenciarse aun más drásticamente del saludo, la que es un rasgo común de las porciones que dan comienzo a las epístolas del NT (p. ej., Gá. 1:13). Tales salutaciones son la contraparte de los saludos que se daban en las cartas comunes del período helenístico, pero inyectan una sabia espiritual en la salutación que las eleva por sobre las cartas comunes. Casi no es necesario decir que la práctica de inventar bendiciones que no están construidas en el lenguaje de la Escritura es algo dudosamente apropiado.
Según la teoría católica romana, la virtud de la bendición la que se considera como casi automática en su eficacia, aumenta con el rango de aquel que la pronuncia. «Mientras más alta la posición jerárquica de aquel que concede la bendición, más poderosa será la bendición» (Achelis). Es una práctica bastante común «bendecir» cosas, dándoles un carácter santo, sea temporal o permanente. En los tiempos modernos, el romanismo ha introducido la bendición del Sacramento Bendito. Una vez que el sacerdote ha tomado la hostia y la ha colocado en el custodio, entonces incensa el Sacramento Bendito. Después del canto y oración apropiada, el sacerdote hace la señal de la cruz con el custodio (que todavía contiene la hostia) sobre el pueblo. Esta bendición se da en silencio.
BIBLIOGRAFÍA
E.C. Achelis en SHERK; Blunt; W.H. Dolbeer, The Benediction; J.W. Kapp en ISBE
Everett F. Harrison
SHERK The New Schaff-Herzog Encyclopaedia of Religious Knowledge
Blunt Blunt’s Dictionary of Doctrinal and Historical Theology
ISBE International Standard Bible Encyclopaedia
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (85). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología