BOLSA

v. Alforja, Cinto, Saco
Luk 10:4 no llevéis b, ni alforja, ni calzado; y a
Luk 12:33 haceos b que no se envejezcan, tesoro
Luk 22:36 pues ahora, el que tiene b, tómela
Joh 12:6 teniendo la b, sustraía de lo que se
Joh 13:29 pensaban, puesto que Judas tenía la b


griego bursa, cuero. Saco o talego de cuero o de tela para guardar o llevar cosas. Se llevaba atada al cinturón y en ella se guardaban las pesas Dt 25, 13; Mi 6, 11; el dinero, 2 R 5, 23; 12, 11; Pr 7, 20; Is 46, 6; Lc 22, 35-36.

En 1 S 25 29, se habla metafóricamente de la b. de la vida, en donde conserva Yahvéh la vida de sus amigos, figura ésta como la del libro de la vida, Sal 69 (68), 29. Lucas dice que es menester hacerse bolsas que no se deterioren Lc 12, 33, hablando de la necesidad de desprenderse de las riquezas materiales y acumular tesoros para el cielo.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

En la Biblia se mencionan varias clases de bolsas, cuatro en el AT y una en el NT.

1. Hebreos, keli; gr., pera. Este era un tipo de mochila hecha de cuero, para llevar uno o más dí­as de provisiones (Mat 10:10).
2. Hebreos, kis, una bolsa para las pesas de los comerciantes (Deu 25:13).
3. Hebreos, harit, una bolsa lo bastante grande para contener un talento de plata (2Ki 5:23).
4. Hebreos, tseror, una bolsa que podí­a atarse con un cordel y era un receptáculo favorito para valores (Gen 42:35; el gr., zone es equivalente: Mat 3:4; Mat 10:9; Act 21:11; Rev 1:13; Rev 15:6).

5. (Gr., ballantion, bolsa, cinto). Más bien una bolsa o saco de cuero finamente acabado que serví­a de bolso en la antigüedad. El término traducido bolsas en Mat 10:9 (RVR-1909; RVA cintos) es la palabra gr. zone y se refiere al cinturón del Medio Oriente hecho de cuero tosco o pelo de camello entretejido que se llevaba alrededor de la cintura. Algunas veces, estos cinturones eran labrados finamente con herramientas y contení­an ranuras o muescas donde se podí­an guardar monedas de oro y plata. Si el cinturón era hecho de tela, entonces el dinero se colocaba dentro del mismo doblez (comparar Luk 10:4; Luk 12:33).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Recipiente en forma de saco. Las que se usaban como parte de la vestimenta eran pequeñas, generalmente hechas de piel o tela. Se llevaban colgadas de la cintura, guardando en ellos los objetos de valor, especialmente los que serví­an como †¢dinero. Las monedas vinieron a ser utilizadas en Israel después de la época persa. Las pesas de una balanza se poní­an en b. (†œNo tendrás en tu b. pesa grande y pesa chica† [Deu 25:13; Miq 6:11]). Como †¢Judas Iscariote manejaba los fondos del grupo del Señor Jesús y sus discí­pulos, se dice de él que †œteniendo la b., sustraí­a† de ella (Jua 12:6). Los creyentes deben procurar †œb. que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote† [Luc 12:33]).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, UTEN COST MEDI

vet, Las monedas para el uso cotidiano se guardaban generalmente en una bolsa sujeta al cinto (Pr. 1:14; 7:20; Lc. 22:35). Con el objeto de evitar la necesidad de pesar el metal en cada operación comercial (un caso tí­pico se tiene en Gn. 23:15-16), se introdujeron lingotes de peso conocido (por ejemplo 1 S. 9:8: un cuarto de siclo de plata). Las monedas grandes eran más pesadas que las de uso corriente en nuestros dí­as y generalmente eran de oro o de plata. A veces las monedas se llevaban en un cinturón bien ceñido (Mt. 10:9). Judas era el administrador de la “bolsa” común del grupo de Jesús (Jn. 12:6; 13:29). Las grandes cantidades de monedas se llevaban en cofres. Algunos comerciantes llevaban sus pesas en bolsas especiales (Dt. 25:13; Is. 46:6; Mi. 6:11). Estas bolsas eran generalmente de cuero o de seda. Los perfumes y aromas se llevaban en bolsitas que las mujeres llevaban al cuello (Cnt. 1:3, hebreo).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

La bolsa, destinada a guardar el dinero, estaba hecha generalmente de cuero, y se colgaba o del cinturón o del cuello. Jesucristo ordenó a sus discí­pulos que, en el apostolado, no llevaran bolsa. Su vocación y las gracias especiales que la misma comporta, todo lo habí­an recibido gratis, y gratis debí­an administrarlo (Lc 10,4). Las bolsas deberí­an ser de las que atesoran bienes imperecederos (Lc 12,33). En la última hora les recuerda que cuando los envió a predicar la buena nueva sin bolsa, no les faltó nada, pero ahora debí­an proveerse de bolsa, ante los acontecimientos que se avecinan (Lc 22,35-36). San Juan nos recuerda que los apóstoles tení­an una bolsa común, cuyo depositario era Judas (Jn 12,6; 13,29).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Especie de saco o talego que usaban tanto los hombres como las mujeres para llevar oro, plata, cobre, dinero acuñado u otros artí­culos. En algunas ocasiones las mujeres llevaban bolsas de adorno, posiblemente de forma alargada y redondeada. (Isa 3:16, 22; 46:6; Mt 10:9.) Las bolsas primitivas estaban hechas de piel, de juncos entrelazados o de algodón tejido. Tení­an forma de saco y se ataban o cerraban por la boca con tiras de cuero u otro tipo de cuerda.
También se habla de la bolsa del cinto (literalmente, †œcinto†, gr. zo·ne [Mt 10:9; Mr 6:8]), tal vez una especie de faltriquera. Es posible que el cinto tuviera un espacio hueco en el que se podí­a llevar el dinero o que fuera de tela y con dobleces, en cuyo caso el dinero se guardaba en esos dobleces.
Cuando Jesús mandó a sus setenta discí­pulos a predicar, probablemente desde Judea, les dijo que no llevasen bolsas. Con estas palabras les indicó que Jehová les proveerí­a lo necesario por medio de sus compañeros israelitas, para quienes la hospitalidad era una costumbre. (Lu 10:1, 4, 7.) Sin embargo, poco antes de su muerte, aconsejó a los apóstoles que llevasen bolsas, pues sabí­a que a sus discí­pulos pronto los esparcirí­an y perseguirí­an. Debido a la oposición oficial, era posible que incluso las personas que estuviesen a favor del mensaje tuvieran miedo de ayudarlos. Además, pronto tendrí­an que llevar el mensaje del Reino a las naciones gentiles. Por todo ello, los seguidores de Jesús habrí­an de estar preparados para satisfacer sus necesidades materiales. (Lu 22:35, 36.)
Con el fin de resaltar el valor sobresaliente de lo espiritual, Jesús instó a sus seguidores a que se hicieran bolsas que no se gastaran, es decir, a que adquirieran tesoro en los cielos. (Lu 12:33.)
La palabra española †œsaco† se deriva del hebreo saq, un término que en la Biblia se usa sobre todo para denotar la tela de saco (Le 11:32), pero que también se refiere, como en la actualidad, a receptáculos para alimento y grano. (Gé 42:25, 27, 35.) El término hebreo ´am·tá·jath (†œbolsa†, NM; †œsaco†, SA; derivado de un verbo que significa †œextender† [Isa 40:22]) se emplea en el relato de la visita de los hermanos de José a Egipto, y parece que es sinónimo de saq, aunque quizás describa la forma de la bolsa más bien que el material del que estaba hecha. (Gé 42:27, 28; 43:18-23.)
Cuando se preparaba para enfrentarse a Goliat, David puso cinco piedras en su †œbolsa† de pastor (heb. kelí­), posiblemente una especie de zurrón que se llevaba cruzado del hombro y que solí­a estar hecho de pieles de animales no adobadas. (1Sa 17:40, 49.) La palabra hebrea que se usa en este pasaje tiene un significado muy general y normalmente solo significa receptáculo, vasija o utensilio de barro, madera, metal o piel. (Le 6:28; 11:32, 33; Nú 31:20; 1Re 10:21.)
Naamán, el oficial del ejército sirio, le dio al codicioso Guehazí­ †œdos talentos de plata en dos talegas [heb. jari·tí­m], con dos mudas de prendas de vestir, y dio esto a dos de sus servidores, para que lo llevaran delante de él†. Del texto se desprende que cada talega (ja·rí­t) podrí­a contener y soportar un talento (c. 34 Kg.) y una muda de prendas de vestir, el máximo que por lo general podrí­a transportar un hombre solo. (2Re 5:23.) Esta es la misma palabra que se usa para referirse a las †œbolsas† que llevaban como adornos lujosos las altivas hijas de Sión. (Isa 3:16, 22.)
También estaba la bolsa (heb. kis) que empleaban los comerciantes, que debió ser parecida a la que todaví­a se usa hoy en los paí­ses orientales. A juzgar por las bolsas modernas, las de tiempos bí­blicos posiblemente estaban hechas de algodón tejido, juncos flexibles o piel. Los comerciantes llevaban en estas bolsas las pesas que utilizaban en sus transacciones para pesar el grano, los metales preciosos u otros productos. Con referencia a la kis, la ley mosaica recogí­a un mandato contra las prácticas comerciales fraudulentas: †œNo debes llegar a tener en tu bolsa dos clases de pesas†. (Dt 25:13.) Mediante su profeta, Jehová preguntó: †œ¿Puedo ser moralmente limpio con balanzas inicuas y con una bolsa de pesas de piedra engañosas?†. (Miq 6:11; Pr 16:11.) El kis también podí­a usarse como una †œbolsa† para llevar dinero u otros objetos de valor. (Pr 1:13, 14; Isa 46:6.)
La palabra hebrea tseróhr se deriva de un verbo que significa †œenvolver† (Ex 12:34) y designa un tipo común de receptáculo atado con una cuerda o cordel, ya sea a modo de †œatado† (Gé 42:35) o de †œbolsa† anudada. (Pr 7:20; Can 1:13.) Parece ser que de este modo ataban el dinero del cofre de las contribuciones del templo, probablemente en cantidades uniformes. (2Re 12:10.) En las transacciones comerciales de cantidades elevadas de dinero que se hací­an en tiempos antiguos, a veces se pesaban las monedas y se colocaban en †œbolsas† a las que se sellaba el nudo. En ocasiones se hací­a pasar la bolsa de una persona a otra como garantí­a de que contení­a la cantidad estipulada. El sello intacto garantizaba la cantidad de plata, oro u otro metal que contení­a. Parece ser que Job usó una figura como esta en Job 14:17, cuando le dijo a Dios: †œSellada en una bolsa está mi sublevación, y tú aplicas cola sobre mi error†. Abigail confió en que Jehová ayudarí­a a David, pues dijo que cuando un enemigo lo persiguiera, su alma resultarí­a †œestar envuelta en la bolsa de la vida con Jehová [su] Dios†. (1Sa 25:29.)
En las Escrituras Griegas Cristianas se hace referencia a la †œalforja† (NM) o †œmorral† (Sd). (Mt 10:10; Lu 9:3.) El Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento (de W. E. Vine, 1984, vol. 1, pág. 77) define la palabra griega pe·ra como †œuna bolsa de piel de los viajeros para contener provisiones†. (Véase ALFORJA.)
En Juan 12:6 y 13:29 muchas versiones dicen que Judas llevaba una †œbolsa†; sin embargo, otras vierten la palabra griega glos·só·ko·mon por †œcaja† (CP, Jn 12:6) o †œcaja del dinero† (BAS, 1973; NM). Esta palabra denotaba en un principio la caja que se utilizaba para guardar la boquilla de un instrumento de viento, pero con el tiempo llegó a significar una caja pequeña para cualquier fin, como el de guardar dinero. Los traductores de la Septuaginta griega usaron esta palabra con referencia al cofre mencionado en 2 Crónicas 24:8, 10.

Fuente: Diccionario de la Biblia

1. glossokomon (glwssovkomon, 1101), (de glosa, lengua, y komeo, guardar). Era, en primer lugar, una caja en la que se guardaba la boquilla de los instrumentos de viento; en segundo lugar, una cajita para cualquier propósito, pero especialmente un cofre o bolsa, para guardar dinero. Se usa de la bolsa que Judas llevaba (Jn. 12.6; 13.29); en la LXX se usa en 2Ch 24:8 de la caja dispuesta por el rey Joás para las ofrendas para la reparación del Templo.¶ 2. balantion (balavntion, 905), (de balo, arrojar), caja o bolsa de dinero. Se halla en el Evangelio de Lucas, cuatro veces (10.4; 12.33; 22.35,36).¶ Nota: Zone, cinto, serví­a también como bolsa para el dinero (Mat 10:9; Mc 6.8). Véase CINTO.

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

1. El heb. kı̂s (semejante al ár.) es bolsa para dinero, o para las pesas de piedra del mercader, estas últimas usadas a veces engañosamente (Dt. 25.13; Pr. 1.14; Is. 46.6; Mi. 6.11).

2. Heb. ḥārı̂ṭ (palabra inusual; se usa en ár.), 2 R. 5.23; Is. 3.22. En este último pasaje °vm tiene bolsos, lo cual puede ser una buena aproximación. La Biblia ár. usa kı̂s en ambos contextos.

3. El heb. yalqûṭ (1 S. 17.40, °vrv2 “saco pastoril”) es una bolsa o cartera de pastor, sinónimo de kelı̂ hārō˓ı̂m, lit. bolsa de pastores (1 S. 17.40, 49). kelı̂ puede significar artículo, utensilio, recipiente, saco, bolsa, según el contexto. Cf. Mt. 10.10 (°vrv2, “alforja”) y paralelos, donde el gr. tiene pēra.

4. El heb. erôr significa a veces bolsa o saco (Job 14.17; Pr. 7.20; Hag. 1.6), con bastante frecuencia bulto (p. ej. Gn. 42.35, °vrv2, “saco”; Cnt. 1.13, °bj; metafóricamente, 1 S. 25.29, °vrv2 “haz”).

5. El gr. ballantion (Lc. 10.4; 12.33, etc.) es monedero, o cartera.

6. El gr. glōssokomon, Jn. 12.6, es alcancía (rsv) más bien que bolsa (vvs. cast.). La LXX usa este vocablo para el arca de los impuestos en el templo, instituido por Joás (2 Cr. 24.8, 10–11), y la vss. gr. de Aquila para el arca del pacto (Ex. 37.1; 1 S. 6.19). La Misná usa el préstamo gr. para biblioteca o ataúd.

R.A.S.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico