CATOLICO (A)

Es la transcripción del griego kazolikos «a lo largo de la totalidad», «general». Esta palabra ha sido usada en una variedad de sentidos a través de la historia de la iglesia. En el período patrístico más antiguo denotaba universal. Este es su sentido la primera vez que aparece en un contexto cristiano—«dondequiera que Jesús se encuentre, allí hay una iglesia católica» (Ignacio, ad Smyrn. viii, 2). Aquí el contraste que se hace con la congregación local hace imperativo el sentido «universal». Justino Mártir habló de la resurrección «católica» de todos los hombres, por la cual él quería decir la resurrección de todos los hombres (Dial. lxxxi). Cuando el término empieza a encontrarse en el Credo Apostólico—«la santa iglesia católica» (ca. 450), así como apareció en el niceno—«una santa iglesia católica y apostólica», en ambos casos, retiene el sentido de universalidad, y de esta forma hace énfasis en la unidad de la iglesia a pesar de su amplia expansión. Las Epístolas Católicas del NT fueron llamadas de esa forma por Orígenes, Eusebio, etc., indicando así que estaban dirigidas a toda la iglesia en lugar de a una congregación local.

El segundo significado del término surge a fines del segundo siglo, cuando la herejía llegó a ser una amenaza. Católico viene a ser sinónimo de ortodoxo. El Canon Muratoriano (ca. 170) se refiere a ciertos escritos «que no pueden ser recibidos en la iglesia católica, porque no se puede mezclar la hiel con la miel». Para la conexión lógica que hay entre este sentido y el anterior, véase Lightfoot en Col. 1:6. Vincent de Lérins (Commonitorium 434 d.C.) en su famosa máxima «lo que todos los hombres han creído en todos los tiempos y en todo lugar debe tenerse como verdadero» combina las dos ideas de universalidad y ortodoxia.

En los tiempos de la Reforma la palabra llegó a ser la insignia de aquellas iglesias que se pusieron del lado del papado en lugar de los grupos que se identificaron con la causa protestante. La designación «Católica Romana» surgió de la controversia entre la iglesia de Roma y la iglesia Anglicana, cuando la última insistía en su derecho a usar el término católico uniéndolo con la antigua iglesia apostólica. Por otro lado, Roma reclamaba ser la verdadera iglesia por su continuidad organizativa. Las iglesias no podían ser consideradas «católicas» a menos que se sometiesen al gobierno de la jerarquía romana.

Debemos mencionar dos usos modernos. Uno es llamar a un individuo con el calificativo de católico, miembro de la Iglesia Católica Romana. A veces se usa el término para señalar al espíritu o perspectiva amplia en contraste con lo que se tiene como rígidamente estrecho. Este uso vago de la palabra, que a veces es bastante latitudinario, es completamente distinto al significado antiguo, donde la universalidad se unía a la precisión de la fe cristiana.

Los historiadores se refieren a la Antigua Iglesia Católica como a aquella etapa del desarrollo del cristianismo que siguió a la apostólica y que precedió al catolicismo romano.

BIBLIOGRAFÍA

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Everett F. Harrison

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Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (101). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología