CIUDADES DE REFUGIO.
En tiempos antiguos, cuando un hombre era matado, su pariente más cercano estaba bajo el deber sagrado de vengar su muerte. Como resultado de esta práctica, muchos hombres inocentes fueron matados por puros accidentes. Para impedir esto tanto como fuese posible, y para ayudar a la administración de la justicia, seis ciudades de refugio, tres a cada lado del Jordán, fueron apartadas y puestas en las manos de los levitas. Se mantenía abierto un camino, que conducía hasta la puerta de estas ciudades, a fin de que el asesino pudiese huir sin estorbo hacia allí para protegerse del vengador.
Toda la ley concerniente a estas ciudades se encuentra en Números 35; Deu 19:1-13; Josué 20. Al llegar allí el asesino, los ancianos oían su declaración, y si parecía satisfactoria le daban protección hasta que pudiera ser juzgado oficialmente. Si el juicio o proceso mostraba que el asesino no intentaba dañar al que había matado, y no era, entonces, un asesino intencional, se le guardaba en la protección de la ciudad de refugio, hasta la muerte del sumo sacerdote, y entonces podía volver con seguridad a su hogar.
Para una discusión de estas ciudades, el estudiante puede leer los artículos separados sobre cada una de ella, dadas anteriormente en este volumen. Ellas son:
1. Al lado oriental del Jordán : Beser en el territorio de Rubén.
Ramot de Galaad en la tierra de Gad.
Golán en la tierra de Manases.
2. Al lado occidental del Jordán :
Hebrón en Judá.
Siquem en el Monte Efraín.
Cedes-Neftalí.
Fuente: La Geografía Bíblica