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CLAUSTRO Y DESCALCEZ MONACAL EN AVILA

CLAUSTRO Y DESCALCEZ MONACAL EN AVILA

Contenido

  • 1 Introducción
  • 2 Carmelitas calzadas y descalzas en Ávila
  • 3 La desaortización en los monasterios carmelitas de Fontiveros y de la Encarnación de Ávila
  • 4 Arte de los claustros monásticos
  • 5 Nunciatura de Madrid y Obispado de Ávila
  • 6 Nueva apertura de los claustros monásticos
  • 7 Vida en común en los claustros de Ávila
  • 8 Referencias Bibliográficas

Introducción

La Editorial de Espiritualidad de Madrid imprimió en Salamanca
el libro Historia del Monasterio de la Encarnación de Ávila, del carmelita
fray Nicolás González. Ha estudiado en la Universidad Carmelitana
de Roma y ha dedicado muchos años de su vida en la orientación
y dirección espiritual en el edificio carmelitano abulense
construido en 1515.
Las notas breves de este trabajo dan por comprobadas las investigaciones
realizadas por el autor en el Archivo de la Catedral de Ávila,
en el Archivo General de Simancas, en el Archivo Histórico Nacional
de Madrid, en el Archivo Histórico Provincial de Ávila, en el
Archivo del Monasterio de la Encarnación de Ávila, en el Archivo
del Obispado de Ávila, ordenado y custodiado por D. Bernardino, y
en la Biblioteca Mística Carmelitana.
He escogido este tema de un monasterio donde ha habido experiencias
de Santa Teresa de Jesús, estancia de las reliquias de Santa
Teresa de Lisieux en octubre de 2003 y han residido monjas calzadas
y descalzas.
Me viene al recuerdo la canonización en la Plaza madrileña de
Colón de la M. Maravillas, que reposa en el Monasterio carmelitano
del Cerro de los Ángeles, por Juan Pablo II en mayo de 2003, con el
padre jesuita Rubio y del padre Pedro Poveda, mártir fundador de las
Teresianas.
También deseo evocar la figura del primer obispo residencial de
Getafe, Mons. Golfín, residente en su Palacio Episcopal del Cerro de
los Ángeles en el Seminario Mayor junto al Monasterio Carmelita.
En los tiempos de plena actividad en el sur de España de la reina
de Castilla Isabel, consorte del rey de Aragón Fernando se fundan las
Carmelitas en Avila, en 1479, en la casa de la fundadora abulense Elvira
González de Medina.

Luego se trasladaron al primer convento en la calle abulense del
Lomo, dentro de las murallas impresionantes.
En 1513, en tiempos de la reina Juana I y del emperador Carlos V,
se inicia la construcción del actual monasterio de la Encarnación
siendo priora Beatriz Guiera.
Ingresa aquí Santa Teresa de Ávila en 1535. El 24 de agosto de
1562 sale Santa Teresa de aquí para fundar el Convento de San José.
El 6 de octubre de 1571 es priora Santa Teresa hasta 1574. De
1572 a 1577, San Juan de la Cruz es confesor y vicario del Monasterio
de la Encarnación. El 21 de agosto de 1631 el monasterio pasa a
la jurisdicción del obispo abulense.
En 1727 se construye el muro de encerramiento de la huerta monástica.
El 24 de agosto de 1940 las monjas carmelitas dejan de ser calzadas
y profesan como carmelitas descalzas.
El 16 de diciembre de 1965 la Congregación de Religiosos concede
facultad al monasterio de Ávila para admitir mayor número de
religiosas (21 más 8). Se abre el Museo Teresiano en 1970.
El 1 de noviembre de 1982 Juan Pablo II visita el monasterio y
tiene lugar el encuentro de monjas de clausura de 3.000 religiosas.

Carmelitas calzadas y descalzas en Ávila

El historiador carmelita fray Nicolás González narra en su tesis
doctoral los acontecimientos verificados en el Monasterio de la Encarnación
desde 1887 a 1940. Durante cuatrocientos años habían seguido
las normas y costumbres de la Orden Mitigada.
En 1887 se dirigieron al obispo abulense para pasarse a la descalcez
como era cuando la Reforma Teresiana en el siglo XVI.
En enero de 1905 el obispo abulense sugirió que hicieran una solicitud
de cambio para ser tramitada por el Obispado a la Santa Sede.
En 1907 la Santa Sede contesta que «no conviene por ahora dicho
cambio».
El antiguo alumno de la Universidad de Comillas en Cantabria
Santos Moro Briz, obispo abulense, natural de Santibáñez de Béjar,
en visita pastoral de 29 y 30 de agosto de 1938 recibió la petición de
cambio a la descalcez de las religiosas residentes en el monasterio.
CLAUSTRO Y DESCALCEZ MONACALES EN ÁVILA 677
El secretario canciller de Ávila, Carlos Robledo García, ayudó a
las monjas a redactar las preces el 25 de noviembre de 1939 al Papa
Pío XII. El rescripto de concesión del cambio a la descalcez está fechado
el 19 de enero de 1940.
El 19 de enero de 1572 Santa Teresa de Ávila vio a la Santísima
Virgen María en la imagen de la Clemencia y conversó con ella según
cuentan los cronistas de la Orden Carmelitana. Las monjas modernas
consideraron esta coincidencia de fecha como un favor especial.
El rescripto de Roma llegó el 14 de febrero de 1940 en plena Segunda
Guerra Europea. El documento casi tardó un mes en recibirse
en Ávila.
El 20 de julio de 1940 llegaron al Monasterio de la Encarnación
tres monjas.
María Inmaculada del Sagrado Corazón, con el cargo de priora
provisional; María Encarnación de Santa María Magdalena de Pazis
como maestra de novicias interina, y María Dolores del Sagrado Corazón
de Jesús para tornera provisional.
La nueva andadura de carmelitas descalzas comenzó el 24 de
agosto de 1940, aniversario de la fundación del primer monasterio de
la descalcez fundado por Santa Teresa de Ávila. Las tres carmelitas
regresaron al monasterio de San José el 10 de julio de 1941.
El historiador fray Nicolás González ha hablado con algunas religiosas
y ha constatado que no significó menosprecio ni menoscabo de
la Orden Carmelitana Mitigada en beneficio de la Orden Primitiva.
El 24 de agosto de 1990 conmemoraron las Bodas de Oro construyendo
un monumento en el claustro con cuatro piedras procedentes
del monasterio de San José, fundado por Santa Teresa de Ávila,
otra piedra en forma de rosetón rescatada de las ruinas de la Iglesia
de San Gil y un fuste de la Ermita de San Juan de la Cruz.

= Crónica de una monja de la inauguración de 1740 a 1744

Fray Nicolás González, en su libro Historia del Monasterio de la
Encarnación de Ávila, traslada la crónica de una monja carmelita de
678 VALENTÍN SORIA SÁNCHEZ
la inauguración de las obras realizadas en el Monasterio desde 1940
a 1944:
«Y el día diez y ocho de abril de dicho año (1744) el Ilmo.
Señor D. Pedro González García, Obispo dignísimo de
Ávila, con sus asistentes y familia, passó a la Portería deste
convento, donde le esperaron toda la comunidad con sus
mantos, y luego que llegó avrieron la Puerta.
Y en una silla con su almohada, que estaba prevenida en
el zaguán de la Portería, se vistió de medio Pontifical, con su
mitra y báculo dio la bendición a las religiosas y passó procesionalmente
con guiones ziriales a la puerta de la iglesia,
que se avrió y entró en ella, cantando las letanías asta las
gradas del altar del Presbiterio y después con algunos salmos,
echando asperxes con un hisopo y en él diversas yerbas
por las paredes de dicha iglesia así por la parte de afueras como
por la interior.
Y concluida esta bendición, passó a la capilla de la Santa,
donde estaba prevenido Palio y vastante zera para la
procesión y seis señores canónigos para las varas del Palio,
inzensarios y navetas, tamvién de la catedral. con seis monaguillos
de ella y los capellanes del convento.
Abrió el sagrario y expusso a Nuestro Señor en la custodia,
la que llevó desde allí su Illma. procesionalmente asta
el altar mayor de la iglesia nueva, y la colocó en el cascarón
de cristales del retablo.
A dicha procesión asistió la música de la Cathedral,
cantando el igno de Panxelingua y al fin cantó su Illma. la
oración del Santísimo y, finalizado esto, quedó expuesto su
Majestad. Su Illma. hizo oración y se partió a su palacio.
Luego inmediatamente se enpezaron las Bísperas de la
Dedicación, capitulándolas el capellán mayor de dicho
convento y cantándolas la música de la catedral con su villancico
y demás zeremonias acostumbradas.
Y finalizadas passó dicho capellán mayor al Altar con
los demás capellanes del convento y la música cantando el
tamtumergo dijo la oración y después la Música el Alavado
y durante él se cubrió a su Magestad y pasaron a la sacristía.

Después a los locutorios a refrescar los músicos, capellanes
y otros convidados y también los Sres. canónigos del
palio y se invitó a palacio el refresco de vebidas y dulces
para su Illma., señores asistentes y la familia.
Luego que llegó la noche se dispararon los fuegos de un
árbol, su valla y voladores estando iluminado todo el frontis
de la iglesia con faroles y todo con mucho luzimiento.
Y lo que fue consta por las condiciones que hizo el Polborista
que están entre los papeles desta obra.
El día diez y nueve, haviendo combidado la comunidad
a todas las Comunidades de religiosos, señores Canónigos
y caballeros por papeles, salió su Illma. con tres Dignidades,
sus asistentes y otras dos personas para vestuarios,
quatro Capellanes, Maestro de Ceremonias y seis monaguillos.
Se entraron en la Capilla de la Santa, donde se vistieron
y se vistió su Illma.
Salieron al Altar Maior y celebró de pontifical en la
misma forma y ceremonias que si lo ejecutase en la Cathedral.
Predicó con grande erudición y aplauso de todos los
oientes el Sr. Dr. D. Pedro Pablo Oribe, canónigo magistral
de dicha santa iglesia.
Concluida la función de la Missa cantada por los músicos,
con sus villancicos se passó su Illma. a su palacio, con
todos los señores que asistieron en el altar.
Por la tarde después de las quatro la Música cantó sus
villancicos y al último entró su Illma. con los asistentes.
Hizo oración y se sentaron en la silla y taburetes del sitial
y el capellán maior del convento con otros dos capellanes
de vestuarios y él con capa pasaron al Altar y cantando
el tantumergo por los músicos y dicho la oración con el
Alavado se abrió a su Majestad.
Y fenecida esta función pasó su Illma. con sus asistentes
y acompañado de todos los señores Canónigos y caballeros
y otra mucha gente a la Portería.

En el zaguán estaban prevenidas silla para su Illma. y
asientos para los demás y en los locutorios bancos para la
familia, músicos y otros.
A todos se les administró el refresco con mucha abundancia
de dos bebidas y dulces.
Lo mesmo se ejecutó con todas las señoras religiosas
que asistieron a la Puerta y locutorios, dos con la familia de
su Illma. y otras dos con los Músicos.
Esto concluido se pasó su Illma. a su palacio.
Como en el principio ba dicho por escrituras y contratas
se podrá saber el coste de toda la obra como también por
memoria que allí se hallará el que a tenido la fiesta, regalos,
refrescos, fuegos clarineros, que en todo pasa de doscientos
y diez mill reales, todos del caudal del convento,
excepto treinta y cuatro mill reales del dorado de los quatro
retablos y sombrero del púlpito que lo costeó de su quenta
un buenechor» (fray Nicolás González, Historia del Convento
de la Encarnación de Ávila, 1995, p. 637).
Para un estudio detallado sociológico del siglo XVIII es interesante
esta crónica monástica. Con numerosas faltas ortográficas dar un
aire fresco a este trabajo minucioso. Huelga cualquier comentario a
este relato.

La desaortización en los monasterios carmelitas de Fontiveros y de la Encarnación de Ávila

En el siglo XIX, según narra el historiador Nicolás González en su
trabajo mencionado, Historia del monasterio de la Encarnación de
Ávila, la desamortización del siglo XIX fue tremenda en los monasterios
de Fontiveros, patria de San Juan de la Cruz, y en el Monasterio
de la Encarnación fundado por Santa Teresa de Ávila.
El obispo abulense Santisteban el 23 de abril de 1849 autoriza el
traslado de ocho monjas carmelitas del Convento de la Madre de
Dios de Fontiveros (Ávila) al de la Encarnación de Ávila.
Allí permanecieron hasta el 4 de diciembre de 1853.
La autorización de la unión de ambos monasterios fue autorizada
por el obispo.
El 20 de abril de 1850 consultó al Nuncio en Madrid «si había
obrado bien o no, ya que las del monasterio de Fontiveros estaban
sujetas a los regulares y las de la Encarnación al Ordinario».
Al unirse todas las monjas de ambos conventos formaron una comunidad
de once de velo negro y tres de velo blanco.
Cuando las religiosas de Fontiveros llegaron a Ávila encontraron
en la Encarnación solamente tres monjas de coro y una novicia.
Cuando regresaron en 1853 al convento de Fontiveros se encontraron
conlel edificio lleno de goteras.
El obispo fray Gregorio Sánchez Rubio, natural de Alía, Cáceres,
monje jerónimo procedente del monasterio de Yuste, ordenó el viaje
de regreso.(Archivo Secreto Vaticano, Archivo de Nunciatura de
Madrid, vol. 332. Obispo López Sarmiento).
El 1 de octubre de 1853 el obispo fray Gregorio Sánchez Rubio
escribe al Nuncio en Madrid, Brunelli:
«Ya he arreglado el negocio de las monjas de Fontiveros
reunidas con las de la Encarnación como Usted sabe.
Pronto se trasladarán a su antiguo convento teniendo el
pueblo de San Juan de la Cruz el gozo de poseer de nuevo
una comunidad carmelitana, y el Convento de la Encarnación
volverá a su estado normal de paz y quietud algo turbada
por la reunión de ambas comunidades» (Archivo Secreto,
v. 332).
– En 1840 el Monasterio de la Encarnación perdió una casa fuera
del recinto amurallado de la clausura.
– En 1843 se pierden varias propiedades en Mingorría y unas
eras en Berrocalejo.
– El l6 de junio de 1852 aparece firmando como capellán de la
Encarnación fray Francisco de Santo Tomás Quintana, carmelita
exclaustrado del Carmen Descalzo.
– El 2 de marzo de 1856 es capellán fray Hermenegildo Martín
Exclaustrado, de la Orden de Santo Domingo.

Arte de los claustros monásticos

Fray Nicolás Gionzález (Historia del Monasterio de Ávila, p.
439), transcribe un interesante contrato de dorar el retablo de Santa
Teresa de Ávila:
«Josef Galván, vecino de esta ciudad de Ávila, Dorador
y Pintor, digo que me obligo a dorar y estofar el Retablo de
Santa Theresa en el Convento de la Encarnación extramuros
de esta ciudad, del mismo modo que está el retablo de
San Juan de la Cruz, el que está enfrente del de Santa Theresa,
en la cantidad de cinco mil rs. vellón, que es la misma
cantidad que se dió al Maestro que doró y estofó el dicho
de San Juan de la Cruz y a ello me obligo con mis bienes
muebles y rrayzes a executarlo así y por verdad lo firmo en
Ávila y octubre 10 de 1781. José Antonio Galbán» (AME,
265).
En la Memoria del coste de la Iglesia del Monasterio de la Encarnación
(AME, 261), recogida por fray Nicolás en su citado libro Historia
del Monasterio de la Encarnación, afirma lo siguiente:
«Los tres retablos con sus imágenes fueron contratados
en 22.000 reales, aunque luego salieron un poco más caro.
»
«La imagen de San José con el Niño en la mano fue
trasladada a un altar lateral de la Capilla de la Transverberación,
siendo sustituida por otra de San Miguel Arcángel
» (AME, 262).
El 16 de octubre de 1741 se contratan los retablos de la iglesia
(AME, 262).
El coro alto del monasterio es contratado en Ávila el 28 de noviembre
de 1723 (AME, 263).
En el libro de Becerro, f. 218, según dice fray Nicolás González,
Historia del Monasterio de la Encarnación de Ávila, p. 440), se detalla
el retablo de la Transverberación. El 5 de septiembre de 1975 es
robado el angelito del dardo, y al día siguiente los otros cuatro angelitos.
La imagen de Santa Teresa Transverberada fue retirada y sustituida
por otra escultura arrodillada.

Dentro de los claustros del Monasterio de la Encarnación se conservan
varias obras de arte:
– Se conserva una talla vestida. Representa a la Virgen de la
Clemencia, tan mencionada por Santa Teresa de Ávila.
«Comenzando la Salve vi en la silla prioral a donde está
puesta Ntra. Sra. bajar con gran multitud de ángeles la
Madre de Dios y ponerse allí.
A mi parecer no vi la imagen entonces, sino a esta Señora
que digo.»
– Comulgatorio de hierro en Ávila.
«Todas las veces que la Santa Madre recibía el Santísimo
Sacramento, que era cada día, se quedaba la última de
todas para comulga,r y acechándola esta declarante y otras
monjas y seglares la veían elevada y yerta por muy largo
rato y enajenada de los sentidos, lo cual sabe por haberlo
visto.»
– Virgen del Carmen en el Monasterio de la Encarnación.
Lienzo del siglo XVI. Procede del primer Beaterio de Ávila.
Se ve a la Virgen del Carmen cobijando bajo su manto a frailes
y monjas carmelitas.
– Está actualmente a la entrada del coro bajo del convento.
– Escultura de un Cristo muy llagado.
«Acaecióme que entrando un día en el oratorio vi una
imagen que valían traído allí aguardar, que se havía buscado
para cierta fiesta que se hacía en la casa.
Era de Cristo muy llagado, y tan devota, que en mi trocándola,
toda me turbó de verle tal, porque representaba
bien lo que pasó por nosotros.
Fue tanto lo que sentí de lo mal que avía agradecido
aquellas llagas que en el corazón me parece se me partía y
arrojeme cabe El con grandísimo derramiento de lágrimas
suplicándole me fortaleciese ya de una vez para no ofenderle
». Santa Teresa de Ávila.
– El Monasterio posee un arpa doble de coro. Es del artesano
Domingo Pescador del año 1701.
– Pintura de la Flagelación. Año de 1569. Restauración de la
pintura en la pared,.1715.
– Retablo Mayor del Monasterio de la Encarnación. Es del maestro
tallista Luis González de Salamanca. También este entallador
realizó los dos retablos del crucero por los años 1741
y 1742.
– Tiene el retablo la imagen de San Elías. Encima de la custodia
se representa la Encarnación. La Virgen María en adoración
y la salutación del Arcángel.
– Hay la imagen de Santa Magdalena de Pazis y San Alberto.
– En la Capilla de la Transverberación del Corazón de Santa
Teresa hay un lienzo que representa este prodigioso hecho de
la Santa.
– Tabla flamenca de la Anunciación. Años 1530-1550. Escuela
de la ciudad de Brujas, Flandes. Del taller de Adriñán Isenbrant.
– Cuadro del locutorio del Monasterio. Trinidad en lo alto y
Santa Teresa y San Juan de la Cruz.
– Lienzo sobre el comulgatorio. Desposorio de Santa Teresa de
Ávila. Año de 1572.
– En el Retablo de la Transverberación se encuentra una escultura
de Santa Teresa de Ávila con libro y pluma de ave.
– En el mismo retablo del Monasterio de la Encarnación de
Ávila se halla la imagen de San Juan de la Cruz.
– En el mismo monasterio abulense hay una escultura de monja
carmelitana del siglo XVI.
– También hay una estatua de Teresa de Ávila como Priora del
Monasterio de la Encarnación.
– En la iglesia en el coro hay una silla coral del siglo X procedente
del Monasterio de San Pablo de la Moraleja.
– Un lienzo del siglo XVI del Monasterio de la Encarnación de
Ávila representa a la Samaritana y a Cristo junto al pozo.
– A las Fundaciones Teresa de Ávila llevaba la imagen de San
José Parlero.
– Hay otra imagen de San José con el Niño Jesús. Ambas esculturas
con vestidura.
– En Ávila se conserva un dibujo de Cristo Crucificado realizado
por San Juan de la Cruz.

Nunciatura de Madrid y Obispado de Ávila

Con motivo de la publicación del Código de Derecho Canónico
en 1983 en todo el mundo hubo que adaptar las Constituciones a la
nueva legislación de la iglesia.
Por aquellos años actuaron la Nunciatura de Madrid y el Obispado
de Ávila en los conventos carmelitas.
Todo quedó resuelto. La beatificación en Roma y la posterior canonización
de la M. Maravillas, carmelita fallecida en el Cerro de los
Ángeles de Getafe, Madrid, ha dado una visión esperanzada a cualquier
actividad de religiosa de clausura.
Los carmelitas y las carmelitas en Roma tramitaron todos los detalles
jurídicos surgidos durante estos años. La prensa aireó muchos
detalles y tramitaciones de los monasterios. Por esos mismos años en
el tribunal diocesano de Ávila y en el tribunal romano hubo un conflicto
respecto al Santuario y a su cofradía de Ntra. Sra. de Sonsoles.
Decidió la Signatura Apostólica.
El dictamen final, por decirlo resumidamente ahora aquí, aclaró
que seguía en vigor un privilegio concedido por bula pontificia del
siglo XVI a favor de la designación de capellanes por la Cofradía abulense
y la administración de donativos en favor del santuario de la
Patrona de Ávila.
El asunto jurídico quedó zanjado permitiendo por concesión pontificia
la administración de bienes formando parte de una modernización
y adaptación al Código de Derecho Canónico de 1983. Cuarenta
folios encierran el documento final de la Signatura Apostólica. Tuve
la suerte de conocerlo en el Noviciado de los jesuitas de Salamanca
de manos de mi profesor en la Universidad de Comillas, en la Facultad
de Derecho Canónico, Francisco Lodos, Defensor del Vínculo
en el tribunal de la Diócesis Santanderina durante muchos años. El
catedrático en la Universidad Pontificia de Salamanca, Federico Aznar,
ha comentado extensamente esta sentencia de la Signatura
Apostólica en la Revista Española de Derecho Canónico.
El mundo religioso dentro y fuera de las rejas, fuera y dentro de
los claustros, va teniendo unos horizontes alentadores y luminosos.
Las vocaciones escasean, pero la iglesia continúa su ese camino
de siglos y de milenios con paso firme sin detenimientos.

Cuando el Papa Juan Pablo II era despedido en Barajas por Mons.
Mario Tagliaferri, muerto de Nuncio en París, y los Reyes de España,
y cuando el mismo Papa era saludado y acompañado en la gran
explanada de la Plaza de Colón en la Canonización de la Carmelita
M. Maravillas quedaba un recuerdo viviente de unas reformas carmelitanas
que quedaban como difuminadas en las distancias las murallas
abulenses.

Nueva apertura de los claustros monásticos

A España llegaron los restos itinerantes de Santa Teresa de Lisieux,

en octubre de 2003.
El Monasterio de la Encarnación de Ávila. Desde el coro monástico
el grupo de religiosas carmelitas entonaron maravillosamente
polifonía del siglo XVI y los cantos gregorianos de siglos anteriores.
Las puertas abiertas a la televisión y a los medios de comunicación
hicieron llegar a todo el mundo el mensaje de aquella carmelita francesa
misionera con sus rezos y con sus sufrimientos. De Ávila los
restos han visitado monasterios carmelitas de toda España. Arenas
de San Pedro, Alba, Fontiveros, Béjar, Don Benito, Badajoz, Mérida,
Coria, Plasencia, Segovia.
La arqueta custodiada por una religiosa francesa en hábito elegante
de calle y un grupo de protectores civiles en una furgoneta sencilla
ha ido llenando claustros de todo el mundo en un afán de hacer
las nuevas evangelizaciones. Se ha logrado hacer del mundo un monasterio
y de los monasterios unos sitios de rezos cantados y silentes.
Tuve ocasión de estar en varias poblaciones carmelitanas, como
Fontiveros, Plasencia y Monasterio de la Encarnación y catedral
abulense.
En todos sitios palpé un cariño y una devoción tierna hacia aquellas
religiosas que los claustros trabajan, oran, y comparten la vida
del siglo XX y lo que va del XXI. No se desentienden de los problemas
humanos de las gentes que les rodean. Este intercambio hará olvidar
los siglos de las desamortizaciones y de las penurias monásticas.
Desde el Cerro madrileño de los Ángeles un monasterio irradia
como siempre el anhelo carmelitano de abrir puertas y templos a la
devoción popular.Teresa de Ávila caminó por España para realizar sus fundaciones.
Escribió y describió la vida del siglo XVI en sus andariegas caminatas
constantes.

Vida en común en los claustros de Ávila

Recordemos la historia de la Reforma Carmelitana en Ávila. Ha
fallecido fray Gregorio Sánchez Rubio, monje jerónimo, obispo abulense.
Un decreto episcopal del Dr. D. Juan Alfonso Alburquerque
nos refiere la vida en el Monasterio de la Encarnación de Ávila (Libro
de Elecciones, ff. 331-338. Ávila. Monasterio de la Encarnación).
Trasladamos el decreto copiado por fray Nicolás González.
«Nos el Dr. D. Juan Alfonso Alburquerque, obispo de
Ávila.
Por cuanto al practicar en los días veintiocho y veintinueve
del mes actual (julio de 1856) la santa visita en el
Monasterio de la Encarnación de esta ciudad de Ávila de
religiosas carmelitas de la antigua observancia que es de
nuestra filiación ordinaria nos expusieron nuestras amadas
hijas en Jesucristo, las expresadas religiosas, que habían
establecido la vida en común en su monasterio, y que para
su mayor firmeza y estabilidad habían pedido a nuestro antecesor
de buena memoria el ilustrísimo señor D. fray Gregorio
Sánchez Rubio la confirmase con su decreto superior,
lo cual no había tenido efecto por haber ocurrido su
fallecimiento a pocos días de dirigirle dicha petición y que
por lo mismo nos suplicaban diésemos el decreto de aprobación
y confirmación que tanto deseaban, queriendo por
nuestra parte con todas nuestras veras de nuestro corazón
proveer al mayor bien espiritual y temporal de dicho monasterio
y sus religiosas señalándoles el camino que deben
seguir para que se fomente la observancia de su Santa Regla,
el fervor en su vida contemplativa y la total abstracción
de los cuidados terrenos y temporales, que tanto impiden
los progresos y adelantos en la virtud y perfección religiosa,
hemos creído desde luego ser un medio muy conducente
para conseguir objetos tan temporales en tiempos de
tanta penuria y escasez aprobar, confirmar y de nuevo establecer en el referido monasterio y comunidad la perfecta y
absoluta vida común, tan propia de la profesión monástica
y del voto de pobreza, tan conforme a la Santa Regla, tan
recomendada por todos los cánones, eminentes en el conocimiento
del espíritu de las Órdenes religiosas, tan deseada
por nuestra Madre la Iglesia y tan proporcionada, en fin,
para obtener las ventajas de una prudente y ordenada economía.
En su virtud por este nuestro decreto y con precepto de
santa obediencia establecemos para siempre en el expresado
Monasterio de la Encarnación la perpetua y total vida
común entre todas las religiosas.»

VBalentín Soria Sánchez

Selección de José Gálvez Krüger

Referencias Bibliográficas

Utiliza fray Nicolás González estos documentos para sus estudios
sobre las Carmelitas del Monasterio de la Encarnación de Ávila. El
libro es una abreviación y condensación de su tesis doctoral en Roma
sobre la Reforma Teresiana:
1. Processo primero de información. Ávila, 15 de junio de 1479
2. Processo segundo de dotación. Ávila, 15 de junio de 1479.
3. Processo de resignaciones e admisiones. Ávila, 15 de junio
de 1479
4. Información e sentencia para el Monasterio. Ávila,.13 de
septiembre de 1513.
5. Dotaciones. Ávila, 1764
6. Libro de profesiones de Religiosas. Ávila, 1589.
7. Actas del Proceso de separación del Monasterio de la Encarnación
de Ávila. Ávila, 21 de agosto de 1631.
8. Libro de Difuntas. Ávila,.24 de noviembre de 1709.
9. Libro de Elecciones. Ávila, del año 1666 al 31 de enero de
1927.
10. Libro de Becerro del Monasterio de la Encarnación. Ávila, 5
de julio de 1717.
11. Libro de cuentas de la Provisora. Ávila, desde el 27 de junio
de 1802 al 1 de julio de 1820.
12. Libro de Santa Visita del Convento de la Encarnación extramuros
de esta ciudad. Ávila., principia el 12 de agosto de
1867.

Fuente: Enciclopedia Católica