DAR CUENTAS

En español no tenemos un sustantivo que señale a la cualidad o hecho de estar sujeto a dar cuenta de la conducta. Un hombre es un ser responsable, y por eso debe de dar cuenta de sus hechos. Este concepto es señalado por otras palabras en la Escritura (p. ej. Ro. 1:20; 14:12; Lc. 16:2; Mt. 12:36; Heb. 4:13; 13:17; 1 P. 4:5).

La referencia escritural clásica en cuanto al tema es Ro. 14:12: «De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí». Obviamente, este texto da a entender que hay un Gobernador moral supremo hacia quien son finalmente responsables y sujetas a dar cuenta todas las criaturas. Este mismo sentir lo expresa el apóstol en Ro. 2:12, donde nos indica que hasta aquellos que no han conocido la ley son responsables; y tendrán que rendir cuentas a Dios, puesto que Dios se les reveló en sus consciencias.

Naturalmente que aquellos que vivieron bajo la luz del evangelio tienen una responsabilidad mucho más grande; y, por tanto, en aquel día cuando todos los hombres rindan cuentas delante de Dios, su obligación será más grande, y en directa proporción a sus privilegios. El Señor Jesús expresó la misma idea, cuando dijo: «Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco (Lc. 12:47, 48a).

La Escritura es más bien francamente clara acerca de aquella cualidad por la que los hombres están sujetos a dar cuenta de su conducta como individuos. Pero el asunto se complica mucho cuando pensamos en los pasajes de la Escritura que hablan de la misma cualidad respecto a grupos de individuos o naciones. ¿Cuál es precisamente la responsabilidad—y por tanto, la calidad de estar sujeto a dar cuentas—que el individuo tiene hacia la sociedad? ¿Hasta dónde el individuo es culpable por la depravación moral de la sociedad? Nadie puede decir categóricamente cuál sería la respuesta de Pablo.

Es del todo seguro que hay una responsabilidad en alguna parte de las acciones de grupos de personas y naciones que son culpables de planear y llevar a cabo atrocidades en el mundo. Cualquier inseguridad en cuanto al significado preciso de lo que Pablo quiere decir en Ro. 5:12–21 está más que fuera de lugar por causa del sentido esencial obvio de toda la sección, a saber, que la humanidad pecaminosa (sin tomar en cuenta cómo llegó a este estado) encuentra que se le ofrece una redención plena y libre en Cristo Jesús, el Señor. Y ahora es la responsabilidad de cada hombre arrepentirse y creer el evangelio de Jesucristo, en cuya presencia cada hombre como individuo tendrá que comparecer para dar cuentas.

BIBLIOGRAFÍA

HDAC.

Robert F. Boyd

HDAC Hastings’ Dictionary of the Apostolic Church

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (155). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología