DEPRAVACION TOTAL

La depravación total es un término teológico que se usa para referirse a la falta de méritos del hombre delante de Dios. Negativamente, el concepto no significa (1) que cada hombre haya exhibido su depravación tan completamente como podría haberlo hecho, (2) que los pecadores no tengan consciencia o «intuición» acerca de Dios; (3) que los pecadores den rienda suelta a cualquier clase de pecado; o (4) que el hombre depravado no sea capaz de desarrollar lo que es bueno a los ojos del hombre. Positivamente, la depravación total significa (1) que la corrupción se extiende a cada parte de la naturaleza humana, incluyendo todas las facultades de su ser; y (2) que no existe en el hombre ninguna cosa que pueda recomendarle delante del Dios justo. Los calvinistas entienden que la depravación es una corrupción inherente de la naturaleza heredada de Adán. Hasta el tiempo de Agustín esta idea del pecado original estuvo relativamente poco desarrollada por los padres, y la reacción semipelagiana a las enseñanzas de Agustín encuentra su sucesor el día de hoy en el arminianismo, que niega la depravación total, la culpa del pecado original, y la pérdida del libre albedrío y que afirma la participación de la humanidad en el pecado de Adán sólo hasta el grado de darle una tendencia al pecado, pero no una naturaleza pecaminosa.

Véase también Pecado.

BIBLIOGRAFÍA

John Miley, Systematic Theology, I, pp. 441–533; L. Berkhof, Systematic Theology, pp. 244–250; L.S. Chafer, Systematic Theology, II, pp. 218–219.

Charles C. Ryrie

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (161). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología