Biblia

EGIPTO.

EGIPTO.

Territorio.
Historia.
El Gobierno y la Religión.
Gosén (lugar de pasto).
Cairo (en árabe significa ciudad victoriosa).
Heliópolis, u On, un suburbio de Cairo.
Menfis o Nof.
Alejandrí­a.

Territorio.

En algún tiempo en su historia, Egipto extendió su dominio sobre casi todo el mundo civilizado aun llegando a Siria y hasta el rí­o éufrates. Pero Egipto, propiamente, era un paí­s al noroeste de áfrica, que se extendí­a desde el mar Mediterráneo a la primera catarata del Nilo de Assuán, como a 966 kms. Está rodeado al este por Arabia y el mar Rojo y al oeste por el gran desierto. La parte habitada de Egipto está a los lados del rí­o Nilo, el cual se ensancha gradualmente de unos cuantos kilómetros en el sur hasta casi 161 kms. en el norte. Se divide en el alto Egipto, con Tebas, una ciudad de gran magnificencia, como su capital; y el bajo Egipto con Menfis como la capital. La Biblia se interesa en la parte del bajo Egipto.

Es una tierra de maravillas y se la ha llamado la dádiva del Nilo. Su fertilidad se debe completamente a la inundación anual del Nilo, causada esta por las lluvias que caen en los paí­ses tropicales donde el rí­o nace. El clima del paí­s es el más extraño que hay en el mundo. En Egipto no hay lluvias, es regado solamente por el Nilo en su inundación anual. Esto no solamente da agua, sino que cada año hace un depósito fluvial que mantiene la tierra fértil. La tierra, aunque nunca se le dé descanso y más bien muchas veces se la maltrata con métodos pobres de cultivo, nunca es menos fértil ni se necesita de ningún método artificial para renovar el suelo. El estado del Nilo, más que la temperatura, es el que determina los tiempos y la regularidad de su crecimiento, así­ como también la cantidad exacta de su desbordamiento es uno de los fenómenos más extraordinarios en el mundo. En el alto Egipto el desbordamiento del rí­o alcanza a 12 metros; en Tebas, 11 metros; en el Cairo 8 metros, y en la desembocadura como 2 metros. Esta disminución se puede explicar por la evaporación, absorción y el uso del agua para riego y por el hecho de que no llueve y que por 2.414 kms. no tiene tributarios. Esto también explica el hecho de que el rí­o es más grande a 3.214 kms. rí­o arriba, en su desembocadura. El crecimiento llega al centro del delta como a fines de junio, y alcanza su máximo como a fines de septiembre. Empieza a disminuir a mediados de octubre, y la tierra regada está seca para fines de noviembre; entonces se hace la siembra y las cosechas se quedan verdes hasta el fin de febrero. Marzo es el tiempo de las cosechas. Así­ es que todas las sazones se gobiernan por el estado del Nilo.

Historia.

Según los registros de las Escrituras o de los monumentos más antiguos que hay, Egipto aparece ante nosotros como un paí­s completamente formado. Entre más retrocedemos en el tiempo, hallamos que el desarrollo y la organización del paí­s son más perfectos. Podemos, no obstante, hacer un bosquejo de varios aspectos de su historia y adquirir algún conocimiento provechoso de él. La cronologí­a es un asunto muy incierto, y hay algunos que hacen retroceder el perí­odo auténtico a 5702 a.de J.C. Otros, sin embargo, lo llevan solamente hasta el año 3150 a. de J.C. Las siguientes divisiones nos ayudarán en nuestro estudio:
1. La Edad Prehistórica. Este perí­odo se extiende a un pasado remoto cuando el valle desierto del Nilo recibí­a suficientes depósitos de su inundación como para mantener a una población. No podemos estar seguros del origen de estos primeros pobladores, pero la poca información que los arqueólogos nos han podido dar muestra que en una edad temprana ellos habí­an hecho un gran avance en la civilización y las artes. Hilados y tejidos, artesaní­a en madera, el uso de cobre, oro y plata, y una clase superior de cerámica, todo ello da testimonio de su desarrollo espléndido. Heliópolis, u On eran probablemente el centro de su gobierno.

2. El Imperio Antiguo. (dinastí­as 1-14). Del perí­odo no conocido, o prehistórico, hasta 2100 a. de J.C., e incluyendo las primeras catorce primeras dinastí­as. Desde muy al principio hallamos los elementos del arte de escribir. Durante el perí­odo de la cuarta dinastí­a se encontró una gran pirámide, la que ha sido llamada †œla más eminente y la más exacta construcción que el mundo jamás ha visto†. Las estatuas de este perí­odo parecen como si tuvieran vida, más que las de cualquier época posterior.

3. El Imperio Medio o Hikso. (dinastí­as 15-17). De 2100 a. de J.C. hasta cerca de 1600 a. de J.C. e incluyendo las dinastí­as 15, 16 y 17. durante la primera parte de esta era Abraham emigró de Ur de los Caldeos y durante la última parte de ella los hebreos entraron en Egipto.

4. El Nuevo Imperio. (dinastí­as 18-24). Del Imperio Medio, 1600 a. de J.C. a a. de J.C., incluyendo las dinastí­as 18 al 24. En este perí­odo se edificaron templos inmensos en Luxor y Karnak, y también se construyeron las más excelentes de las tumbas de los reyes. Esto nos impresiona respecto al esplendor regio de aquella época.

5. El Imperio Posterior. (dinastí­as 25-30) Del Nuevo Imperio hasta el tiempo del imperio grecorromano, 940 a. de J.C. Hasta 350 a. de J.C., e incluyendo las dinastí­as 25 al 30. Este fue un perí­odo de gran cambio e incertidumbre, en que el poder del paí­s nunca fue muy estable.

6. Egipto Moderno. Del imperio grecorromano, 350 a. de J.C., hasta el tiempo presente. Aquí­ hay un perí­odo de 2.317 años. Comenzó con el gobierno delos griegos y romanos y vio el dominio de los coptos, la edad el mundo de los árabes, el poder de Mesopotamia, la supremací­a de los turcos y, todaví­a más tarde, la dirección general de la influencia europea.

Después de la Primera Guerra Mundial, el nacionalismo militante egipcio, incorporado en el Partido Wafd, creció. Diferencias entre los poderosos wafdistas y el trono dominaban el perí­odo. Durante la Segunda Guerra Mundial, Cairo era el cuartel militar del cercano oriente para las fuerzas británicas. Después de la guerra, el 14 de mayo de 1948, Israel fue hecho un estado independiente, a pesar de las fuertes objeciones de parte de Egipto, y en ese mismo dí­a una guerra árabe-israelí­ empezó. Las fuerzas egipcias sufrieron serios reveses y después de nueve meses se firmó un armisticio.

En 1952 mediante una revuelta militar fue derrocado el rey Farouk I, y el coronel Gamal Abdel Nasser al fin de ella tomó cargo del gobierno. Para 1954 ya habí­a una república con el general Mohamed Naquib como presidente y Nasser como vicepresidente. Uno de sus primeros actos en 1956 fue la nacionalización del canal de Suez, acto que precipitó una invasión por Israel. Los ingleses y los franceses tuvieron que intervenir con fuerza militar, pero Inglaterra y Francia tuvieron que ordenar el cese de fuego antes de que terminara el año. Esto se debió a un ultimátum de Rusia y porque los Estados Unidos de América se pusieron renuentes a provocar a Rusia más, apoyando de ese modo sus acciones. Bajo órdenes de las Naciones Unidas, Israel al fin sacó sus tropas de la Faja de Gaza y del Golfo de Akabah, que eran las áreas que habí­a tomado.

En febrero de 1958, Egipto y Siria se unieron para constituirse en un solo paí­s, con el nombre de República Unida árabe, con un presidente, una bandera, un parlamento y un ejército unido. Egipto dominó la unión desde el principio, y Siria, después de que su ejército se rebeló, salió de la República Unida árabe en 1961 y se hizo un estado independiente. En 1967 hubo guerra otra vez contra Israel, por parte de las naciones árabes; Egipto, Siria, Jordania, Lí­bano y Saudi Arabia.

Nuevamente Israel venció a las naciones árabes y Egipto perdió el territorio de Gaza.

Egipto tiene ahora una población de 29.000.000 habitantes. Su capital es Cairo con una población de 3.518.200. Otras ciudades son Alejandrí­a, con 1.587.habitantes, Port Said con 256.000, y Suez, con 219.000. Se habla el árabe y el inglés.

El Gobierno y la Religión.

Como ya ha sido indicado, el paí­s estaba dividido en Bajo Egipto y Alto Egipto.

Estaba también dividido en 44 departamentos; 22 en Alto Egipto y 22 en Bajo Egipto. Cada uno de estos departamentos tení­a un gobierno municipal aparte de un monarca o gobernador-teniente. Además de estos habí­a gobernadores de ciudades y templos, escribas, jueces y otros funcionarios. El número de estas divisiones variaba mucho. En algunos tiempos variaba más y en otros tiempos habí­a menos de 44. pero tales divisiones se extienden al menos hasta la cuarta dinastí­a.

La religión tení­a mucho que ver con toda la vida de los egipcios. Todos sus grandes templos, las pirámides, y la esfinge, así­ como también otras cosas, muestran que la religión era la causa motivadora de todas sus grandes proezas. Su religión era una clase de filosofí­a que dividí­a los varios atributos de la deidad entre los diferentes dioses del Panteón. Cada uno de los departamentos y las ciudades principales tení­a un grupo familiar de dioses, que consistí­a de una deidad-padre, una esposa, una hermana y un hermano. En general habí­a tres grupos de dioses. El primer grupo contení­a siete (o nueve); el segundo doce; el tercero un número no conocido. Todos sus dioses tení­an pasiones y afectos humanos. Algunos existí­an por sí­ mismos; algunos procedí­an de un padre, mientras que otros nací­an solamente de una madre, y aun otros eran los hijos de dioses más grandes. Ellos creí­an en la trasmigración de las almas. Adoraban a algún representante de cada planeta o casa material. La deidad que se adoraba universalmente era Osiris y su esposa Isis. Se dice que Osiris fue el primer rey de Egipto y eso, entonces, podrí­a haber sido una forma de culto a sus antepasados.

Abraham fue a Egipto por causa de un hambre, Gen 12:10-20. Ismael, el primer hijo que le nació a Abraham, era hijo de Agar, una egipcia, Gen 16:1, (Vea muchas otras citas bí­blicas sobre Ismael.) Ismael se casó con una egipcia, Gen 21:21, de modo que su madre, siendo egipcia, los ismaelitas eran tres cuartas partes egipcios.

José fue vendido a los ismaelitas, llevado a Egipto y vendido por esclavo a un oficial egipcio, Gen 37:38; Gen 39:1.

Jacob y su familia sufriendo de una gran hambre en Canaán, se establecieron en Egipto bajo el cuidado de José, Génesis 45-50.

La opresión de Israel en Egipto fue profetizada, Gen 15:13; Hchhos 7:6; la historia de ella se halla en éxodo 1, 2.

La liberación o rescate de Egipto, éxodo 1, 2.

Hadad, siendo niño, huyó de David, de Edom a Egipto; se casó con la hermana de la reina de Egipto y volvió como rey de Edom y enemigo de Salomón, 1Re 11:14-22.

Jeroboam huyó a Egipto y permaneció allí­ hasta la muerte de Salomón, 1Re 11:26-40; después volvió y vino a ser rey sobre las diez tribus en Siquem, 1Re 12:25 sig.

Sirac, rey de Egipto, invadió a Judá y la subyugó, 1Re 14:25-26; 2Cr 12:1-9.

Zera, rey de Egipto, invadió sin buen éxito a Judá, 2Cr 14:9; 2Cr 16:8.

Oseas, rey de Israel, y Ezequí­as, rey de Judá, buscaron la ayuda de los reyes de Egipto en contra de Asiria, 2Re 17:4; 2Re 19:9.

Necao, rey de Egipto, mató a Josí­as, 2Re 23:29-30; 2Cr 35:20-24.

Un remanente de judí­os, huyó a la frontera de Egipto y allí­ se estableció, 2Re 25:25-26; Jeremí­as 42-44.

El infante Jesús fue allí­ para escapar de ser matado por Herodes, Mat 2:13-23.

Gosén (lugar de pasto).

Gosén es de importancia especial para nosotros porque fue el hogar de los israelitas durante su estancia en Egipto. Estaba en el lado oriental del Nilo y se extendí­a del Mediterráneo al mar Rojo; contení­a 2.331 kms.2 de tierras aluviales, llanas y ricas.

Era una sección excelente de Egipto y estaba admirablemente adaptada para hatos y rebaños de Israel y era amplio como para dar lugar al crecimiento maravilloso de los israelitas. El Nilo los separaba del resto de Egipto y lo hizo ser un pueblo separado.

Es todaví­a un distrito hermoso y productivo, separado de Arabia por el canal de Suez. Es, por tanto, la provincia extrema hacia Canaán y parece haber estado cerca del palacio de Faraón de José. La aparente facilidad con que Moisés iba y vení­a de Israel a Faraón, a algunos los ha llevado a pensar que el rey viví­a allí­. Menfis era la capital, pero los primeros faraones podrí­an haber tenido palacios allí­, y Ramsés II, el faraón del tiempo de Moisés, podrí­a haber vivido allí­ parte del tiempo, pues Gosén es llamado †œla tierra de Ramesés† (Gen 47:11). Podrí­a él haber vivido allí­ durante el tiempo de las cosechas.

José prometió Gosén a sus hermanos, Gen 45:10.

Israel entró a Gosén y José los encontró e instituyó allí­, Gen 46:28-34.

A petición suya, Gosén le fue asignado por hogar a Israel, Gen 47:1-12.

Israel prosperó y se multiplicó grandemente allí­. Gen 47:27.

Jacob fue llevado de allí­ a Canaán para ser sepultado, Gen 50:1-14 (vea v. 8).

Dios no permitió las plagas allí­ como las permitió en el resto de Egipto, Exo 8:22; Exo 9:26.

Los hijos de Israel vivieron allí­ por 430 años, Exo 12:40-41; Gal 3:17.

Israel salió de Gosén (Raemsés) a Sucot donde fueron librados de Faraón, Exo 12:37; Num 33:3, Num 33:5.

Cairo (en árabe significa ciudad victoriosa).

Cairo es una de las ciudades más nuevas en Egipto. Fue fundada por los musulmanes en 638 d. de J.C. Originalmente estaba rodeada por un gran muro que encerraba 28.328 hectáreas. Es la capital de Egipto moderno, situada en la ribera oriental del Nilo, a 209 kms. al sudeste de Alejandrí­a. Fue edificada porque Menfis, que era la capital cuando ellos ganaron el poder, tení­a una religión ajena y era reprensible a los musulmanes.

Cairo tiene ahora una población de 3.518.200 habitantes. La ciudad está dividida de tal manera que cada grupo religioso, como los turcos, los judí­os y los cristianos tienen su propia sección separada de la sección contigua por medio de puertas fuertes al final de las calles. Estas puertas se cierran en la noche y son guardadas por un portero quien abre la puerta cuando uno desea entrar.

Desde otro punto de vista, Cairo está compuesta de dos secciones — el antiguo y el nuevo Cairo. El Cairo antiguo es oriental en su plan y construcción. Las calles son angostas y torcidas y los edificios son irregulares y sin atracción. Aquí­ están los bazares, algunos de los cuales tienen abastecimiento de buenas y ricas mercancí­as; la mayorí­a de ellos, sin embargo, son sucios. El Cairo nuevo, que ahora constituye la mitad de la ciudad, ha estado bajo la influencia de Europa en general, y de Inglaterra en particular, y es enteramente moderno. Tiene todas las conveniencias modernas como gas y electricidad.

Como ciudad tiene muchas atracciones. Es notable por sus mezquitas mahometanas de las cuales hay más de 200. Hubiera más, si no fuera por el hecho de que las autoridades civiles le prohí­ben a cualquiera la construcción de una mezquita, si no hay la provisión de una donación para su mantenimiento perpetuo. Creyendo que su mansión en el cielo será igual a su mezquita aquí­ en la tierra, a cada musulmán le gustarí­a edificar una mezquita; y en Cairo algunos han gastado cantidades fabulosas de dinero edificando tales edificios. La más costosa y más hermosa de todas ellas es la gran mezquita de alabastro de Alí­. Es como muchos otros edificios de su belleza, que fueron construidos mediante el robo a los templos y a las pirámides, un sacrificio para Egipto y el mundo.

Otras atracciones son la Ciudadela, desde donde se contempla toda la ciudad, y que, originalmente, estaba circundada por un muro; las tumbas de los califas, un poco afuera de los muros, que son edificios grandes e imponentes, representativos de las formas más hermosas de la arquitectura árabe; hermosos jardines públicos, que consisten en huertos de naranjas, palmeras y viñas; y el museo, donde están alojadas muchas antigüedades de Egipto. Mucho de lo que hay allí­ se remonta al tiempo de los faraones y, probablemente, hasta el tiempo del diluvio. Aquí­ se pueden ver los cuerpos momificados de 35 reyes, reinas, prí­ncipes y sumos sacerdotes como Ramsés II, de quien se supone era el opresor de Israel.

Cairo es también importante para los turistas y los estudiantes, porque de aquí­ como centro uno sale para aprender de las más grandes pirámides, y de la más grande esfinge, y también de las ruinas de ciudades antiguas tales como On en Heliópolis y Menfis. Por razón de las conexiones de ferrocarril es también un centro adecuado desde el cual se puede visitar Luxor y Tebas en el sur o Alejandrí­a en el norte, o los campos verdes de Gosén.

En Cairo tenemos también un gran centro de aprendizaje. Hay educación popular, y hay muchos estudiantes en los colegios del gobierno y en las universidades nacionales. Hay escuelas de comercio, de leyes, de industria, de artes y una escuela militar. También hay una gran universidad mahometana con una facultad de profesores y más de 15.00 estudiantes. Esto hace a Cairo muy importante como una ciudad mahometana. Si Meca es el corazón y Constantinopla el brazo fuerte y derecho, Cairo es, verdaderamente, el cerebro de la religión musulmana. Los presbiterianos tienen allí­ un colegio, una universidad y escuelas para internos, y establecimiento de imprentas, a los cuales asisten especialmente los ricos y los de las clases gobernantes.

La parte moderna o europea de Cairo tiene bulevares bien alumbrados, calles con muchas tiendas y oficinas modernas y muchos hogares hermosos y hoteles. Tanto europeos como prósperos egipcios viven en esta parte de la ciudad. Las oficinas de gobierno también están aquí­. Cairo es un centro industrial, de aviación y ferrocarrilero. Sus manufacturas principales son tejidos, relojes, artí­culos de metal, trabajos de oro y plata, y aceite de flores. Cairo importa pieles y marfil de Sudán; chales o mantones de la India y tabaco de Turquí­a. La ciudad también tiene un comercio grande en mercancí­as de manufactura, que se mandan al áfrica, y que proceden de las fábricas en Europa y América.

En las calles de Cairo se oyen hablar muchas lenguas. La gente de Cairo incluye egipcios, árabes, nubianos, turcos, sudaneses y representantes de cada raza que hay en Europa. Los muchachos venden periódicos impresos en árabe, francés, griego, italiano e inglés.

Heliópolis u On,
un suburbio de Cairo.

Heliópolis significa †œuna ciudad de sol†, mientras que On, el nombre cóptico, significa †œla luz del sol†. Como estos nombres lo significan, Heliópolis era un gran centro de la adoración al sol. Esta ciudad antigua, una vez muy famosa, con sus templos grandes construidos para esta adoración extraña, casi ha desaparecido. Dos obeliscos conocidos como las agujas de Cleopatra, de más de 3.500 años de edad, fueron trasladados primeramente a Alejandrí­a, pero ahora uno está en la ribera del rí­o Támesis cerca de Londres, y el otro está en el Parque Central de la ciudad de Nueva York. Un obelisco llamado la aguja de Faraón, edificado hace 4.000 años y de 20 metros de alto, está todaví­a allí­ como un centinela viejo y fiel, guardando el polvo de esta ciudad que una vez fue una ciudad famosa, como su única marca de grandeza. Estos obeliscos estaban conectados con su adoración al sol y se suponí­a que representaba sus rayos brillantes.

La historia de On es muy oscura, pero no hay duda de su importancia polí­tica y religiosa. Probablemente fuera fundada por la primera dinastí­a como su capital.

Aparece en las historias de algunos de sus dioses y diosas egipcios, estaba fortificada por un gran muro y en la historia de Egipto se la menciona prominentemente en conexión con la rebelión contra Asurbanipal. Ha sido abandonada desde la invasión persa de 525 a. de J.C. El sitio es ahora campos en parte cultivados y †œLa Hilera de Millonarios en Cairo†, donde en una sección de 8 kms.2 hay casas hermosas y costosas que a uno le recuerda de algún suburbio rico en una ciudad americana.

Aquí­ estaba una gran universidad, el cuartel general de sabidurí­a y de entendimiento de los egipcios, especialmente para la preparación del sacerdocio. Hombres como Platón, Pitágoras, Euclides, Solón y Tales fueron allí­ para aprender a los pies del sacerdote de Heliópolis. Esto nos da una idea de la vida intelectual y del conocimiento que habí­a en esos principios de los tiempos históricos. Fue aquí­, con toda probabilidad. Donde José gobernó como ministro principal de Egipto. Sin duda que aquí­ recibió Moisés su educación, siendo instruido en toda la sabidurí­a de los egipcios (Hchhos7:22). Cerca de aquí­, en el extremo del puente a través del rí­o, entre On y Cairo, se cree que los padres de Moisés lo escondieron en el rí­o Nilo, donde fue hallado por la hija del Faraón. En algún lugar de esta región la tradición dice que José y Marí­a vivieron mientras estaban en Egipto, para salvar al Salvador infante de la mano cruel de Herodes.

Los incidentes y las referencias de las Escrituras no son muchos, pero son de considerable importancia cuando se piensa en el alcance que tuvieron las acciones conectadas con este lugar.

El suegro de José, un egipcio, era el sacerdote de On y su esposa le dio a luz dos hijos antes que hubiera el hambre, Gen 41:45, Gen 41:50.

Jeremí­as se refirió a este lugar con el nombre de Bet-semes, la cual debí­a ser destruida, Jer 46:13.

Su conquista fue declarada por Ezequiel bajo el nombre de Avén, Eze 30:17.

Se piensa que era una de las cinco ciudades mencionadas por Isaí­as, Isa 19:18.

Menfis o Nof.

El nombre parece significar †œla estación buena†. Está situada en la ribera oeste del Nilo como a unos 32 kms. rí­o arriba de Cairo. No sabemos su edad, pero sin duda pertenecí­a al tiempo de Tebas y Heliópolis. Habí­a cerca de Menfis un cementerio de mucha grandeza, que tení­a la reputación de haber sido el lugar de la sepultura de Osiris, quien tradicionalmente es conocido como el primer rey de Egipto, y de su esposa Isis.

Estos dos, representando como lo hací­an el semidios y la diosa de la luna, se dice que eran los únicos adorados por los egipcios. Entre los muchos templos y santuarios de Menfis habí­a uno primoroso edificado a ellos. Aquí­ también estaba el enorme y costoso templo de Apis, el toro sagrado, el más alto de todos sus dioses animales. Era atendido por una compañí­a de sacerdotes y le daban de comer avena perfumada, que le llevaban en un platón de oro.

Menfis era la capital de Egipto en el tiempo de Abraham, Jacob, José y Moisés.

Moisés fue criado allí­ en el palacio del Faraón. Aquí­ vino para suplicar la liberación de Israel. Continuó floreciendo hasta la liberación por Cambises, el hijo mayor de Ciro, rey de Persia, 525 a. de J.C., pero cesó de ser la ciudad principal después que Alejandro el Grande edificó Alejandrí­a y clausuró su comercio internacional.

Al presente no hay mucho que ver allí­. Las ruinas están muy hondas. Más de esfinges han sido halladas en y alrededor de la ciudad, y han sido removidas, la mayor parte de ellas a un museo. La mayor parte del territorio, que una vez estaba ocupado por la ciudad, ahora está cubierto por un huerto de palmeras. En medio de este huerto yace todaví­a una estatua inmensa de Ramsés II, tan grande en tamaño y peso que prohí­be su remoción. Su cementerio antiguo es el más importante de Egipto.

Hay pocas referencias en la Escritura concerniente a Menfis, porque comúnmente está incluido en las referencias acerca de Egipto. Los siguientes pasajes se refieren a él, o lo incluyen: Isa 19:13; Jer 2:16; Jer 44:1; Jer 46:14, Jer 46:19; Jer 46:29-30 (especialmente 30:13, 16); Ose 9:6. Se puede referir a él bajo uno u otro de sus nombres, pero las palabras de los profetas predijeron su condición presente.

Alejandrí­a.

La ciudad de Alejandrí­a en Egipto fue fundada por Alejandro el Grande, 332 a. de J.C. Estaba situada en la costa cerca de la desembocadura del tributario oeste del Nilo y está cerca de 209 Kms. al norte de Cairo. Fue planeada en la forma de un paralelogramo y cerca del centro la cruzaban dos calles principales que hací­an una intersección a ángulos derechos. Columnatas grandes y hermosas adornaban a lo largo de estas calles que tení­an una anchura de 61 ms. Más tarde en su historia el nivel de todas sus calles fue levantado, pero todas las calles fueron colocadas arriba de las viejas y todaví­a quedaban a ángulos derechos. La mayor parte del espacio debajo de las casas era ocupado por cisternas subterráneas, que tení­an la capacidad de abastecer con agua a la ciudad por un año. En los dí­as de su prosperidad se dice que habí­a 300.000 ciudadanos libres, lo cual indicarí­a que habí­a mucha más gente.

No es improbable que habí­a un millón de habitantes allí­. Enfrente de la ciudad, en la isla de Faros, habí­a un faro famoso, con el nombre de esta isla, y considerado como una de las siete maravillas del mundo.

Después de la muerte de Alejandro el Grande, los tolomeos residieron allí­ y la hicieron, después de Roma y Antioquí­a, la más magní­fica ciudad de la antigüedad.

No solo llegó a ser el centro principal de erudición y literatura griegas, pero a causa de su ubicación en el punto de unión entre el oriente y el occidente, pronto vino a ser también el centro de todo el comercio del mundo. Esta supremací­a comercial fue posible gracias a sus puertos tan vastos, en los que se podí­an acomodar enormes armadas y flotas de barcos de comercio.

Desde 30 a. de J.C., cuando cayó en las manos de los romanos. Alejandrí­a ha tenido una historia variada. La tradición dice que Marcos estableció una iglesia allí­.

Era el lugar de una escuela catequí­stica o teológica donde Clemente y Orí­genes enseñaron la religión cristiana en contra de la filosofí­a gnóstica, y donde Atanasio, †œel padre de la ortodoxia†, defendió las doctrinas verdaderas de la deidad de Cristo.

Habí­a una lucha casi continua y a veces sangrienta entre el paganismo y el cristianismo hasta 389 d. de J.C., cuando Serapion, o el templo de Serapis, fue capturado por los cristianos y convertido en un templo cristiano. Habiendo quedado destruida esta sede de teologí­a y enseñanza paganas, el poder del paganismo en la ciudad fue deshecho y ella vino a ser el centro de la teologí­a y de una influencia cristianas hasta que fue capturada por los árabes en 638 d de J.C. De este tiempo en adelante empezó a declinar, al principio lentamente y después más rápidamente y, para 1800 d. de J.C., tení­a solamente unos 5 mil o 6 mil habitantes.

También fue célebre por su gran biblioteca y su escuela de medicina. Faros ya no es una isla, sino una pení­nsula unida a la tierra firme. Las arenas traí­das al mar Mediterráneo por el rí­o Nilo han llenado completamente el canal que una vez llenaba la isla de Alejandrí­a.

La pení­nsula de Faros y las partes occidentales de la Alejandrí­a vieja componen la sección musulmana de la ciudad. Esta sección tiene una muchedumbre de habitantes y es sucia. Las secciones orientales donde viven los europeos son más modernas.

Alejandrí­a tiene dos puntos ahora que lo hacen ser un puerto principal del Mediterráneo. Grandes cantidades de algodón, frijol, arroz, y trigo son exportadas a otros paí­ses. Los artí­culos importados son principalmente de manufactura.

Mencionamos que en 1800 Alejandrí­a solamente tení­a 5 ó 6 mil habitantes, pero bajo Mehemt Alí­ la prosperidad fue renovada. La ciudad era una base naval de los ingleses hasta 1947, fecha en que los ingleses desocuparon la Ciudadela Ras el Tin.

Ahora tiene 1.497.062 habitantes.

Apenas se menciona en la Biblia.

Los alejandrinos se opusieron a Esteban, Hchhos 6:9.

Apolos nació aquí­, Hchhos 18:24.

Pablo viajó de Mira en una nave de Alejandrí­a, Hchhos 27:6.

También cuando él salió de Malta, Hchhos 28:11.

Fuente: La Geografía Bíblica