ELAM

Elam (heb. ‘Kl>m, quizá “duración sin fin”). 1. Hijo de Sem, antepasado de los elamitas* (Gen 10:22; 1Ch 1:17). 2. Paí­s en la región de los montes Zagros al este de Babilonia, llamado Susiana o Elimais por los griegos. Los medos fueron sus vecinos del noreste, y los persas los del sudeste. Su capital fue Susa.* De acuerdo con Gen 10:22 y 1Ch 1:17, los elamitas* eran descendientes de Sem, pero su lengua pertenece al grupo asiánico-armenoide de lenguas. Los elamitas son mencionados en inscripciones cuneiformes ya en el 3er, milenio a.C. Su paí­s fue derrotado por Sargón y Naram-Sin de Acad. Sin embargo, en el s XX a.C. pusieron fin a la 3ª dinastí­a de Ur en una invasión a la Mesopotamia. En los siglos siguientes fueron tan poderosos que ocasionalmente controlaron partes de Mesopotamia. Por ese tiempo el bí­blico Quedorlaomer, rey de Elam, y 3 reyes confederados subyugaron a ciertos reyes palestinos durante 12 años y arrasaron 2 veces su paí­s (Gen_14). En tiempos del Imperio Asirio, en el 1er milenio a.C., Elam fue uno de sus enemigos más fuertes. Muchas veces Elam se puso del lado de Babilonia, que con el tiempo fue avasallada por Asiria; otras, los elamitas también fueron sometidos, y sus soldados elamitas tuvieron que servir en el ejército asirio (Isa 22:6). Sargón II, Senaquerib y Asurbanipal lucharon contra su capital, Susa. Finalmente, Asurbanipal tomó la ciudad en el 639 a.C. Muchos de sus ciudadanos fueron deportados a otras partes del Imperio Asirio, incluyendo a Samaria (Ezr 4:9). El lamento de Ezequiel (Eze 32:24) 363 puede aludir a este hecho. Elam más tarde llegó a ser parte del Imperio Babilónico, acontecimiento al que se puede referir la profecí­a de Jer 49:34-39 Luego fue sometida por Persia. Los reyes persas hicieron de Susa una de sus residencias (Dan 8:2; Est 1:2). Los elamitas de Act 2:9 -quienes asistieron a la fiesta de Pentecostés en Jerusalén y en la que sintieron la influencia de la predicación del evangelio por los apóstoles- probablemente eran judí­os que viví­an en Elam. Mapas III, XIII, C-6. Bib.: W. Hinz, CAH 1:2, pp 644-680; II:1, pp 256-288; R. Labat, CAH II:2, pp 379-416. 3. Benjamita que vivió en Jerusalén (1Ch 8:24, 28). 4. Levita de la familia de Coré en tiempos de David (1Ch 26:3). 5. Nombre ancestral de un clan de exiliados de los cuales 1.254 regresaron a Palestina con Zorobabel (Ezr 2:7; Neh 7:12), y otros 71 con Esdras (Ezr 8:7). Algunos de ellos estaban casados con mujeres extranjeras en tiempos de Esdras (10:2, 26). Un representante de la familia firmó el pacto de Nehemí­as (Neh 10:14). 6. Nombre ancestral del clan de exiliados llamado “el otro Elam”, de los cuales regresaron 1.254 a Palestina con Zorobabel (Ezr 2:31; Neh 7:34). 7. Sacerdote en tiempos de Nehemí­as que tomó parte en la dedicación del muro de Jerusalén (Neh 12:42). 182. Soldados elamitas (hileras superior) cincelados sobre la escalinata del palacio en Persépolis.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

nombre de varios personajes y familias en el A. T. y de una región de la antigüedad. 1. Uno de los hijos de Sem, Gn 10, 22; 1 Cro 1, 17. 2. En Gn 14, se habla de los cuatro grandes reyes coligados, entre los que figura Kedorlaomer, rey de E., a quien Abraham venció, cuya existencia histórica no se ha podido comprobar. 3. Descendiente de Benjamí­n, que habitaba en Jerusalén, 1 Cro 8, 22. 4. Quinto hijo de Meselemí­as, descendiente de Coré, portero del Templo, 1 Cro 26, 3. 5. En la lista de los que regresaron del destierro en Babilonia, aparecen 1.254 hijos de E., Esd 2, 7; y 1.254 hijos del otro E., Esd 2, 31; 8, 7; 10, 2 y 26; Ne 7, 12; 10, 15; 12, 42. 6. E., sumerio y hebreo Elam, elamita Haltamtu; persa, Huwaja; griego Susiana o Elymais. Antigua región asiática, al norte del golfo Pérsico y al oriente del rí­o Tigris. Hoy es aproximadamente la provincia iraní­ de Juzistán, en el suroeste del paí­s. La capital de Elam fue Susa. Por la vecindad de E. con Mesopotamia, en muchas ocasiones los elamitas pasaron el rí­o Tigris y llevaron a cabo campañas contra los reinos mesopotámicos. Ca. 2000 a. C., los elamitas arrasaron la ciudad de Ur. De aquí­ en adelante E. tuvo mucha influencia en Mesopotamia, hasta cuando esta región fue dominada por los casitas, y E. entró en decadencia por unos 350 años. E. resurgió en el reinado de Sutruk-Nahhunte I, ca. 1160 a. C., quien entró en Babilonia y derribó a la dinastí­a casita, y fue sucedido por su hijo en el trono. Silhak-In-Susinak, quien gobernó ca. 1140 a. C., fundó el primer Imperio elamita, y se distinguió como gran administrador y promotor de las artes y el conocimiento. Muerto este rey, el territorio de E. fue conquistada Nabucodonosor I , rey babilonio, quien estuvo en el trono del 1125 al 1103 a. C.Hacia el siglo VIII a. C., se fundó un nuevo reino elamita, que estuvo bajo los continuos asedios de Asiria, y ca. 645 a. C., el rey Assurbanipal, rey asirio, saqueó y tomó la ciudad de Susa, capital de E.

Después Media conquistó Elam. A mediados del siglo VI a. C. Ciro II el Grande, rey aqueménida, 550-529 a. C., la incorporó al Imperio persa.

El profeta Isaí­as menciona la región de E. como uno de los sitios a los cuales fueron dispersados muchos judí­os tras el destierro, Is 11, 11; el mismo profeta habla de E., desde donde aparecieron Media y Persia, que arrasaron el Imperio babilónico, en el siglo VI a. C., Is 21, 2. El profeta Jeremí­as, en su oráculo contra E., predice la llegada de los persas a este territorio, Jr 49, 34-39. 25, 26.

En Hch 2 9, se menciona a un grupo de elamitas, dentro de los presentes el dí­a de Pentecostés, posiblemente judí­os de Susa.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

1. Hijo de Sem, lo cual significa que Elam es una nación semita (Gen 10:22; 1Ch 1:17).
2. Hijo de Sasac, descendiente de Benjamí­n (1Ch 8:24).
3. El quinto hijo de Meselemí­as, portero de los coreí­tas (1Ch 26:3).
4. Progenitor de una familia de 1.254 miembros que volvió del exilio bajo Zorobabel (Ezr 2:7; Neh 7:12).
5. Otro antepasado de una familia que volvió con el mismo número de miembros (Ezr 2:31; Neh 7:34).
6. Padre de dos hijos que volvieron del exilio con Esdras (Ezr 8:7).
7. Antepasado de un hombre que confesó haberse casado con una extranjera. Evidentemente este antepasado era el número 4, 5 o 6 ya mencionado (Ezr 10:2, Ezr 10:26).
8. Un jefe que selló el pacto con Nehemí­as (Neh 10:14).
9. Uno de los sacerdotes que participaron en la dedicación del muro (Neh 12:42).

Elam (sitio geográfico
Un paí­s ubicado en el lado oriental del rí­o Tigris, frente a Babilonia. Su población estaba compuesta de una variedad de tribus. Elam fue una de las civilizaciones más tempranas. En la literatura clásica se conocí­a como Susiana, el nombre griego por Susa, la ciudad capital de Elam.

Isaí­as nombra a Elam como una de las naciones que subió con Ciro en contra de Babilonia (Isa 21:2) y que se unió al ejército asirio en contra de Judá (Isa 22:6). Elam era una de las naciones obligadas a beber la copa de la ira de Dios (Jer 25:25) y destinada al juicio (Jer 49:34-39).

Los elamitas estaban entre los pueblos llevados a Samaria por los asirios (Ezr 4:9-10). Elamita era uno de los idiomas hablados por los peregrinos en Jerusalén (Act 2:9).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Durante el tercero y segundo milenios antes de Cristo, un pueblo conocido como los elamitas desarrolló una alta cultura en el territorio al oriente de Babilonia, que comprende una rica llanura y un territorio montañoso adyacente. Los elamitas no eran ni *sumerios ni *semí­ticos, aunque ellos derivaron muchos de sus elementos culturales de los habitantes de Mesopotamia. Los elamitas fueron conocidos como un pueblo guerrero y periódicamente amenazaban a los babilonios y los asirios. La Estela de Naram Sin y el Código de *Hamurabi se encuentran entre los tesoros que los elamitas llevaron a su capital, *Susa, como trofeos o victorias.
A principios del segundo milenio a. de J.C. , los elamitas invadieron la Mesopotamia y establecieron una dinastí­a en Larsa. Poco tiempo después llegaron a ser señores de *Erec, *Babilonia e Isin, aunque Hamurabi de Babilonia fue capaz de detener una expansión mayor. En el siglo XIV a. de J.C. , los elamitas habí­an alcanzado el cenit de su cultura. Con el surgimiento de *Asiria, los elamitas encararon su más serio peligro. Sargón, Senaquerib y Esar-Haddon, todos lanzaron campañas contra los elamitas. Asurbanipal saqueó Susa y casi exterminó a los elamitas. Aunque la historia elamita termina en este tiempo, el territorio de Elam vino a ser una parte favorita del posterior imperio persa y Susa una de sus capitales.
En el tercer milenio a. de J.C. , existió una literatura cuneiforme protoelamita junto con la cuneiforme sumeria. Esta feneció durante el perí­odo *acadio ( ca. 2360–2180 a. de J.C. ) después de lo cual los elamitas usaron los signos acadios (asirio-babilonios) para su silabario. El elamita era uno de los idiomas usados por Darí­o el Grande en la *inscripción behistun.
Entre los textos elamitas encontramos un tratado entre Naram-Sin, el nieto de *Sargón de Acadia y los reyes de la dinastí­a Avan Elamita. Algunos textos bilingües protoelamitas y acadios datan del reinado de Puzur-Shushinak ( ca. 2280 a. de J.C. ), un rey de la dinastí­a Avan.
La tabla bí­blica de las naciones (Gn. 10) asocia a Elam con la lí­nea de Sem, tal vez como reflejo de una fusión cultural entre elamitas y semitas. Un †œrey de Elam† llamado Quedorlaomer se menciona entre los que invadieron las ciudades al sur del mar Muerto, incluyendo a Sodoma (Gn. 14). Un gobernante elamita, Kudur-nabug, tiene un nombre semejante al del texto bí­blico aunque su identificación positiva no puede ser hecha.
La profecí­a de Jeremí­as contra Elam (Jer. 49:34-39) probablemente se refiere a los persas que gobernaban el territorio que antes habí­a sido llamado Elam. Desde este tiempo en adelante Elam sirve como una parte del imperio persa y los elamitas eran súbditos polí­ticos de Persia.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

(Del acádico tierra alta). Nombre de personas y lugares en el AT.

1. Hijo mayor de Sem (Gen 10:22). Los elamitas son sus descendientes.

. Descendiente de Benjamí­n que viví­a en Jerusalén. Su padre era Sasac (1Cr 8:24-25).

. Levita. Coreí­ta. Quinto hijo de Meselemí­as. Era portero (1Cr 26:1-3).

. En la lista de los que †œvolvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad† (Esd 2:1) figuran nombres que unas veces aluden a una localidad y otras a una familia. 1.254 †œhijos de E.† regresaron del exilio (Esd 2:7; Neh 7:12). Uno de ellos, †¢Secaní­as hijo de Jehiel, fue de los que confesaron su pecado al casarse con mujeres extranjeras. Seis de ellos †œdieron su mano en promesa de que despedirí­an a sus mujeres† (Esd 10:2; Esd 10:19, Esd 10:26).

. Padre de una familia que regresó del exilio en tiempos de Esdras. Se le llama †œel otro E.†, para distinguirlo del #4 (Esd 2:31; Neh 7:34).

. Uno de los llamados †œcabezas del pueblo† que aparece firmando el †¢Pacto de Nehemí­as (Neh 10:14).

. Región llana del SO de Irán, llamada hoy en dí­a Khuzistán. †œQuedorlaomer, rey de E.† fue contra quien se rebelaron †¢Sodoma y †¢Gomorra y otras ciudades (Gn. 14). En un sentido amplio las referencias a E. señalan hacia †¢Persia. Se le menciona a menudo conjuntamente con †¢Media. Su capital era †¢Susa (Dan 8:2). El territorio de E. queda entre †¢Mesopotamia y la meseta iraní­. Muchos conflictos reinaron entre los habitantes de ambas regiones, alternándose victoriosos los unos sobre los otros en distintas épocas. Los tiempos de †¢Quedorlaomer fueron de supremací­a para los elamitas. éste se alió con el †œrey de Sinar† (Babilonia) y el †œrey de Goim† (los hititas) para invadir Canaán y someter las ciudades rebeldes. Más tarde, los caldeos y los asirios bajo †¢Hammurabi, †¢Senaquerib y †¢Asurbanipal dominaron a E.

En la dispersión, muchos israelitas fueron llevados a E., y elamitas traí­dos a Israel (Esd 4:9-10). Pero Dios prometió por medio del profeta Isaí­as que llegará un †œtiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en … E.† (Isa 11:11). Esa nación serí­a instrumento de castigo para Babilonia (Isa 21:1-9). Pero también E. serí­a castigada, recibiendo †œla copa de la mano de Jehovᆝ como otras naciones (Jer 25:17, Jer 25:25). Entonces Dios quebrarí­a †œel arco de E., parte principal de su fortaleza†. Dios reitera que †œen los últimos dí­as … haré volver a los cautivos de E.† Además, †œno habrá nación a donde no vayan fugitivos de E.† (Jer 49:34-39). Entre los que escucharon el mensaje de Pedro el dí­a de Pentecostés, habí­a †œpartos, medos, elamitas…† (Hch 2:9).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

[012]
Nombre bí­blico de la región occidental del bajo Tigris, al norte de Babilonia y en torno a la ciudad de Susa, su principal núcleo urbano. En el siglo XII antes de Cristo los elamitas florecieron. Luego se fusionaron con los Acadios como parte del reino de Babilonia.

En el siglo VII fueron conquistados y convertidos en provincia asiria y desaparecieron como reino. Luego en el siglo V fueron dominados por los persas y Darí­o tuvo su palacio esplendoroso en Susa, capital de la satrapí­a.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

1. Uno de los cinco hijos de Sem, de quien descendieron †œfamilias, según sus lenguas, en sus tierras, según sus naciones†. (Gé 10:22, 31; 1Cr 1:17.) No se especifican los nombres de los hijos de Elam; sin embargo, con su nombre se designa tanto a un pueblo como a una región que lindaba con la frontera SE. de Mesopotamia.
Elam abarcaba antiguamente la zona que hoy se conoce como Khuzistánz, situada en la parte SO. de Irán. Esta región comprendí­a la llanura oriental del valle bajo del Tigris, llanura fértil que estaba regada por los rí­os Karun y Karkheh y que quizás se extendí­a hasta las regiones montañosas que rodeaban esta altiplanicie por el N. y el E., aunque estos dos lí­mites son los más inciertos. Se cree que en estas montañas se encontraba una región llamada Anshan, que, según algunas inscripciones, formó parte de Elam desde tiempos primitivos. Como estaba situada en el extremo oriental de la Media Luna Fértil, Elam ocupaba una posición fronteriza y era una de las regiones pobladas en su mayor parte por semitas; limitaba con zonas habitadas por los otros descendientes de Noé, en especial los de la rama jafética.
Los asirios y los babilonios llamaron a este paí­s elamtu, en tanto que los escritores clásicos griegos unas veces lo llamaron Elymais y otras, Susiana. Este último nombre lo tomaron de la ciudad de Susa (o Shushan), que en un tiempo tal vez fue la capital de Elam. Bajo el Imperio persa, Susa fue una ciudad real. (Ne 1:1; Est 1:2.) Estaba situada en las rutas comerciales que conducí­an al SE. y a la meseta iraní­. El deseo de obtener el control de estas rutas hizo que los gobernantes asirios y babilonios invadieran Elam con frecuencia.

Lengua. Por lo general, las obras de consulta afirman que los elamitas no eran descendientes de Sem y que el escritor de Génesis los incluye entre los semitas tan solo desde un punto de vista polí­tico o geográfico. Esta opinión se basa en la idea de que la lengua de los elamitas no era semita. No obstante, la investigación ha revelado que las inscripciones más antiguas halladas en la región geográfica llamada Elam son †œmeras listas de objetos representados pictóricamente en tablillas de arcilla con la cantidad de cada uno al lado indicada por un sistema simple de barras, cí­rculos y semicí­rculos […]. Su contenido para ese tiempo es solo económico o administrativo†. (Semitic Writing, de G. R. Driver, Londres, 1976, págs. 2, 3.) Estas inscripciones podrí­an llamarse †œelamitas† solo y exclusivamente por haberse encontrado en el territorio de Elam.
De modo que el peso del argumento de los que se oponen a que Elam se incluya entre los pueblos semitas descansa en su mayor parte en algunas inscripciones posteriores, que se cree datan del II milenio a. E.C., así­ como en el monumento de Behistún (del siglo VI a. E.C.), que contiene textos paralelos en persa antiguo, acadio y †œelamita†. Se dice que las inscripciones atribuidas a los elamitas están en una lengua aglutinante (aquella en la que las palabras raí­ces se juntan para formar compuestos, a diferencia de las lenguas flexivas). Los filólogos no han sido capaces de relacionar con éxito esa lengua †œelamita† con ninguna otra lengua conocida.
Al evaluar la información supracitada, hay que recordar que la región geográfica en la que con el tiempo se concentraron los descendientes de Elam bien la pudieron haber ocupado otros pueblos antes de la época elamita o incluso durante ese tiempo, tal como los sumerios primitivos no semitas residieron en Babilonia. La Encyclopædia Britannica (1959, vol. 8, pág. 118) dice: †œTodo el paí­s [designado Elam] fue ocupado por varias tribus que en su mayorí­a hablaban dialectos aglutinantes, aunque los que ocuparon los distritos occidentales eran semitas†. (Cursivas nuestras; MAPA y TABLA, vol. 1, pág. 329.)
Sin embargo, estas inscripciones halladas en Elam no prueban que los verdaderos elamitas no fuesen de origen semita, pues hay muchos ejemplos históricos de pueblos que adoptaron un idioma distinto al suyo debido a la dominación o infiltración de elementos extranjeros. Por otro lado, algunos pueblos antiguos, además de hablar su propia lengua, usaban otro idioma en sus relaciones comerciales o internacionales (como en el caso del arameo, que llegó a ser lingua franca de varias naciones). A los †œhititas† de Karatepe se deben unas inscripciones bilingües (probablemente del siglo VIII a. E.C.) en escritura jeroglí­fica †œhitita† y en fenicio antiguo. Otro ejemplo de la práctica común entre pueblos antiguos de registrar hechos y acontecimientos en más de un idioma lo hallamos en Persépolis, donde se encontraron unas 30.000 tablillas de arcilla del tiempo del rey persa Darí­o I. Estaban escritas en su mayor parte en el idioma †œelamita†. Sin embargo, Persépolis no era una ciudad elamita.
Una prueba más de que no es apropiado considerar la mención de Elam en Génesis capí­tulo 10 como una referencia puramente geográfica y no genealógica la suministran las esculturas de los reyes elamitas, esculturas que datan, según los arqueólogos, del tiempo de Sargón I (cuya gobernación sitúan hacia el fin del III milenio). Estas esculturas no solo representan figuras tí­picamente acádicas (asirobabilonias semí­ticas), sino que también llevan inscripciones acádicas. (The Illustrated Bible Dictionary, edición de J. D. Douglas, 1980, vol. 1, pág. 433.)

Historia. La primera mención bí­blica de Elam como nación se remonta al tiempo de Abrahán (2018-1843 a. E.C.), cuando Kedorlaomer, †œrey de Elam†, marchó con una alianza de reyes hacia la región del mar Muerto contra la coalición cananea de reyes. (Gé 14:1-3.) Kedorlaomer aparece como el jefe de la alianza y como rey que habí­a tenido autoridad sobre los reyes cananeos a los que entonces derrotó. (Gé 14:4-17.) Una campaña de tal envergadura, con un viaje de ida y vuelta de unos 3.200 Km., no era infrecuente para los reyes mesopotámicos, ni siquiera en aquel tiempo. La historia confirma que a principios del II milenio a. E.C., hubo un perí­odo de dominación elamita en la región mesopotámica. Un oficial elamita llamado Kudur-Mabuk tomó Larsa, una ciudad importante que se encontraba junto al Eufrates, al norte de Ur, y colocó como rey a su hijo Warad-Sin. Es digno de mención que tanto el nombre de este último como el de su hermano —Rim-Sin, quien le sucedió en el trono— son semí­ticos, lo que confirma la influencia de los semitas en Elam.
Hammurabi puso fin a este perí­odo de poder elamita en Babilonia. Sin embargo, para la última parte del II milenio a. E.C., Elam conquistó de nuevo Babilonia y volvió a ejercer su dominio durante varios siglos. Se cree que fue en ese tiempo cuando se trasladó de Babilonia a Susa la famosa estela que contiene el código de Hammurabi, y fue allí­ donde los arqueólogos la descubrieron.
Nabucodonosor I (no el Nabucodonosor que varios siglos más tarde destruyó Jerusalén) de nuevo rebajó a Elam a una posición subordinada, pero este pueblo continuó participando con frecuencia en la lucha por el poder que mantuvieron Asiria y Babilonia, hasta que por fin los emperadores asirios Senaquerib y Asurbanipal (Asnapar) derrotaron a las fuerzas elamitas y trasladaron a algunos de sus habitantes a las ciudades de Samaria. (Esd 4:8-10.) Por su parte, a los israelitas se les llevó cautivos al exilio a Elam. (Isa 11:11.) Las inscripciones de los emperadores asirios describen ví­vidamente este sometimiento de Elam.
Después de la caí­da del Imperio asirio, parece ser que Elam llegó a estar bajo la dominación jafética (aria). Se cree que varios siglos antes los medos y los persas se habí­an asentado en la meseta iraní­, y, bajo Ciaxares, los medos lucharon junto con los babilonios para derrotar a Ní­nive, la capital de Asiria. En Daniel 8:2 se indica que Elam llegó a ser un distrito jurisdiccional de Babilonia. Prescindiendo de los efectos inmediatos que haya producido sobre Elam el desplome asirio, parece seguro que los persas lograron tomar de Elam la región llamada Anshan, puesto que los gobernantes persas Teispes, Ciro I, Cambises y Ciro II recibieron el tí­tulo †œrey de Anshan†. Aunque algunos creen que la conquista de Anshan cumplió la profecí­a de Jeremí­as concerniente a Elam (Jer 49:34-39), la mayor parte de los eruditos sitúan la toma de esta región por Teispes muchos años antes de esa profecí­a, pronunciada en el año 617 a. E.C.
En la advertencia dada en Isaí­as 22:4-6 se predijo que los arqueros elamitas estarí­an entre aquellos que atacarí­an Judá y Jerusalén. También se profetizó que los elamitas se unirí­an a Media en saquear Babilonia (539 a. E.C.); Media estarí­a entonces bajo la gobernación del rey persa Ciro II, †œrey de Anshan†. (Isa 21:2.) Así­ pues, los elamitas contribuyeron a la liberación de Israel del exilio; sin embargo, puesto que se habí­an alineado en varias ocasiones con los enemigos del pueblo de Dios, tanto Elam como las otras naciones habrí­an de beber la copa de la cólera de Dios y bajar al Seol a su debido tiempo. (Jer 25:17, 25-29; Eze 32:24.)
En el dí­a del Pentecostés del año 33 E.C., hubo elamitas entre los miles de oyentes que escucharon en su propio idioma el mensaje hablado por los discí­pulos. (Hch 2:8, 9.) No obstante, tal como se profetizó en Jeremí­as 49:34-39, han dejado de existir como pueblo.

2. Portero levita durante el reinado de David e hijo de Meselemí­as, de la familia de los coreí­tas. (1Cr 25:1; 26:1-3.)

3. Hijo de Sasaq y cabeza de la tribu de Benjamí­n. (1Cr 8:24, 25, 28.)

4. Progenitor de una familia israelita de la que regresaron de Babilonia con Zorobabel 1.254 de sus descendientes (Esd 2:1, 2, 7; Ne 7:12); más tarde, 71 varones de esa familia acompañaron a Esdras. (Esd 8:7.) Algunos de sus descendientes se contaron entre aquellos que estuvieron de acuerdo en despedir a sus esposas extranjeras (Esd 10:19, 26), y un representante de la familia firmó un pacto en tiempo de Nehemí­as. (Ne 10:1, 14.)

5. Personaje a quien se llama †œel otro Elam†; también era un cabeza de familia que acompañó a Zorobabel a Judá con el mismo número de descendientes: 1.254. (Esd 2:31; Ne 7:34.)

6. Levita que estuvo presente en la inauguración del muro de Jerusalén en tiempo de Nehemí­as. (Ne 12:27, 42.)

Fuente: Diccionario de la Biblia