EMBRIAGUEZ

v. Borrachera
Isa 5:11 los que se levantan .. para seguir la e
Jer 13:13 yo lleno de e a todos los moradores de
Eze 23:33 serás llena de e y de dolor por el cáliz
Luk 21:34 corazones no se carguen de .. e y de
1Pe 4:3 andando en .. e, orgías, disipación y


Embriaguez (heb. sikkârôn, gr. méth’). La Biblia registra muchos casos de embriaguez individual, el 1o de los cuales es el de Noé (Gen 9:20, 21). También se registra las borracheras de Lot (19:30-35), Nabal (1Sa 25:36), Urí­as (2Sa 11:12, 13) , Amnón (13:28), del rey Ela de Israel (1Ki 16:8-10) y de Ben-adad de Siria (20:16). Aparentemente, la ebriedad era común en el tiempo de los jueces, porque Elí­ sospechó de inmediato que Ana podrí­a estar ebria (1Sa 1:13, 14). El reino del norte (Israel) fue reprendido por su ebriedad (ls. 28:1-3; Amo 4:1, 2); igualmente Judá (ls. 5:7, 11, 22; Amo 6:1, 6). En Pro 23: 29-35 se describe gráficamente el lamentable estado fí­sico, mental y moral del ebrio (persona que consume en exceso bebidas alcohólicas; un borracho), y aconseja que no se mantengan relaciones con los bebedores (23:20), “porque el bebedor y el comilón empobrecerán” (vs. 21). Porque Jesús comí­a y bebí­a con los pecadores fue acusado de borracho (Mat 11:19; Luk 7:34); también sus seguidores cuando estuvieron bajo la unción del Espí­ritu Santo el dí­a de Pentecostés (Act 2:13). Jesús advirtió a sus seguidores contra la embriaguez, porque eso los dejarí­a sin la preparación necesaria para encontrarse con él en su 2a venida (Luk 21:34). Pablo reprendió a los corintios, recién convertidos del paganismo, por embriagarse en la Cena del Señor (1Co 11:20, 21); amonestó a los romanos con respecto a la embriaguez (Re. 13:13); y advirtió a los gálatas de caer en este vicio porque impide a la persona entrar en el reino de Dios (Gá. 5:21). Se usa frecuentemente la embriaguez con un sentido figurado. La tierra se describe proféticamente como un ebrio que vacila cuando 376 los juicios finales de Dios caen sobre la humanidad (ls. 24:20). Israel estaba tan aturdido por la indiferencia espiritual y los intereses materiales, que las advertencias de Dios sobre el desastre inminente le afectaron tanto como si estuvieran dirigidas a un borracho (29:9, 10). En Rev 17:2 los habitantes de la tierra están embriagados con las doctrinas engañosas de la Babilonia polí­tico-religiosa (cf vs 4, 5). En el v 6 se describe a la mujer, que representa ese gran sistema, como ebria con la sangre de santos y de mártires. Véase Bebida fuerte.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(gr., kraipale, un ataque de borrachera). Exceso en la comida o bebida, intoxicación, dolor de cabeza por embriaguez (Luk 21:34).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

El uso del vino era parte de la vida normal entre los israelitas. La Biblia nunca lo prohí­be. Antes, por el contrario, se hacen a veces referencias a él en términos encomiables (†œEl vino que alegra el corazón del hombre† [Sal 104:15]; †œLa sabidurí­a…. mezcló su vino† [Pro 9:1-2]; †œ… el vino alegra a los vivos† [Ecl 10:19]). Pero no se permití­a a los sacerdotes beber vino en los momentos inmediatamente anteriores a su oficio (Lev 10:8-11). Las Escrituras condenan la e., o sea, el uso excesivo de vino, o sidra, o cualquier bebida alcohólica, porque ocasiona escarnecimiento y alboroto (Pro 20:1), pobreza (Pro 21:17; Pro 23:20-21), dolor (Pro 23:29-30, Pro 23:35), pérdida del juicio y perversión del derecho (Pro 31:4-7) y muchos otros males.

Se narra la e. de †¢Noé en Gen 9:20-27 indicando el triste suceso a que dio lugar, que termina con que el hombre de Dios lanza una maldición sobre parte de su descendencia. En la misma forma negativa se describe la e. de †¢Lot (Gen 19:30-38), la de †¢Nabal (1Sa 25:1-38), la de †¢Amnón (2Sa 13:28-29), etcétera. Los profetas condenaron enérgicamente a aquellos que llegaban a la condición de estar †œaturdidos del vino† (Isa 28:1). De manera particular a los que participan en orgí­as, a †œesos perros comilones† que dicen: †œVenid … tomemos vino, embriaguémonos de sidra† (Isa 56:11-12).
apóstol Pablo recomendaba a Timoteo que no bebiera agua, †œsino … un poco de vino por causa† de sus †œfrecuentes enfermedades† (1Ti 5:23). Pero le advertí­a también que un candidato al oficio de obispo no debí­a ser †œdado al vino† (1Ti 3:3). Igualmente los diáconos (1Ti 3:8). Tampoco las ancianas (Tit 2:3). Los creyentes, en general, no deben embriagarse †œcon vino, en lo cual hay disolución†, sino ser †œllenos del Espí­ritu† (Efe 5:18). †¢Vino.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

ver, VINO

vet, Uno de los pecados más extendidos de la humanidad. La primera mención es la de Noé. Su grave carácter queda patente en el NT, donde el que se da a la bebida queda clasificado con los fornicarios, ladrones, idólatras, etc., y la declaración de que los borrachos no heredarán el reino de Dios. Esto, naturalmente, no cierra el camino a su entrada en el reino de Dios por el arrepentimiento y la fe en Cristo. (Véase VINO).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Véase BORRACHERA.

Fuente: Diccionario de la Biblia

Los peligros de la embriaguez aparecen en muchos relatos: entrega al hombre a sus pasiones o a sus enemigos. Frecuentemente la asocian los profetas con los cultos ilí­citos (Am 2,8; Os 4,11; cf. Ap 17,2) o con estado de degradación de la sociedad. A “partir de ciertos rasgos vi vidos, la embriaguez puede adquirir valor simbólico.

1. Embriaguez y desgracia. La embriaguez expone a la irrisión; ahora bien, la Biblia vio siempre en la desgracia su aspecto de *vergüenza. El hombre ebrio y el hombre aquejado por la desgracia pierden la cara (*rostro), el continente y todo lo que preserva de las miradas. Uno y otro se convierten en objeto, en espectáculo. Se podí­a “hacer beber” a alguien para llevarlo a ese extremo. Hab 2, 15s parte de esta situación para describir la desgracia que prepara Yahveh. Entonces se bebe de la *copa de la *ira (Jer 25,27s; 51,7). Jeremí­as está como ebrio “por causa de Yahveh y por causa de sus santas palabras” (Jer 23,9) porque anuncian la desgracia en esta forma extrema. Parece que la tierra se tambalea (Is 24,19s), que toda resistencia es vana, que desaparecen todos los puntos de referencia: es ya el anuncio .del último dí­a.

2. Embriaguez y vigilancia. Una notación moral, la embriaguez que lleva a olvidar, puede seguirse hasta sus realidades más profundas. La madre de un rey árabe, Lemuel, ve en las bebidas fuertes el medio de olvidar: pueden darse a los afligidos, pero los reyes y prí­ncipes deben evitarlas por el peligro de olvidar sus propios decretos y de alterar el derecho (Prov 31,4-7). Isaí­as va más lejos: lo que olvida el hombre ebrio es el *designio de Yahveh (Is 5,12). La embriaguez es sí­ntoma e imagen de un espí­ritu de torpor y de incoherencia (Is 19,14; 29,10; Jer 13,13; Jl 1,5). El NT, en la misma lí­nea, ve en la embriaguez el abandono de la vigilancia, por la que el cristiano está atento a la salvación que se verifica y se verificará en la tierra. Se embriaga el que está harto de aguardar la venida de Cristo (Mt 24,45-51 p). Para no ser insensible a la venida de Cristo hay que estar sobrio y *velar, siguiendo el consejo de san Pedro (IPe 5,8), repetido en el oficio de completas, y conservar los ojos abiertos: “los que duermen, duermen de noche; los que se embriagan, se embriagan de noche)) (lTes 5,6ss; Rom 13,13).

3. Embriaguez y Espí­ritu. La embriaguez cierra el acceso al reino (ICor 5,11; 6,10; Rom 13,13; Gál 5,21; 1Pe 4,3). Sin embargo, trata de penetrar en la esfera de lo sagrado: los corintios la mezclan con los ágapes (1Cor 11,21). Entre las multitudes de Jerusalén, el dí­a de *pentecostés habí­a quienes atribuí­an en son de burla a la embriaguez los efectos del *Espí­ritu (Act 2,13-15). Lo que aquí­ suscita las burlas no es la desgracia, sino la visita liberadora del Espí­ritu. San Pablo insinúa la misma relación cuando ordena que se evite la embriaguez para buscar la plenitud del Espí­ritu (Ef 5,18). En la embriaguez trata el hombre de re-velarse tal como es y de liberarse de todo lo que pone trabas a sus pa-labras y a todo su ser. Halla en ello una satisfacción (*gozo) que el Cantar de los Cantares asocia a la del amor (Cant 5,1). Pero en verdad sólo el Espí­ritu puede procurarle esta plenitud.

–> Copa – Vergüenza – Gozo – Velar – Vino.

LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teologí­a Bí­blica, Herder, Barcelona, 2001

Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas

La ingestión excesiva de sustancias tóxicas era un vicio común entre los antiguos judíos y en otros pueblos de la época. Pero ya que las sustancias tóxicas eran demasiado caras, particularmente era una práctica de los ricos (Am. 6:6; 4:1; 2:8). Jesús condenó esto una vez (Lc. 21:34); probablemente puesto que él había sido enviado a los pobres, y los licores eran todavía muy caros. Pablo frecuentemente exhorta a la temperancia (Gá. 5:21; Ef. 5:18).

Aunque la intemperancia es consecuentemente condenada tanto en el AT como en el NT, una abstinencia total no se requiere explícitamente ni en uno ni en otro. Los nazareos hacían voto de abstinencia (Nm. 6:3s.); Daniel y sus amigos eligieron hacerlo así (Dn. 1:8–16); y a los sacerdotes se les requería que se abstuvieran en tanto estaban de servicio en el santuario (Lv. 10:9). Pero aunque la abstinencia no es un requisito universal, los ejemplos de una abstinencia total implican una ética superior que una mera temperancia. También existen implicaciones de abstinencia en pasajes tales como Mt. 16:24s., Ro. 14:13–21, y 1 Co. 8:8–13.

  1. Kenneth Grider

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (203). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología