Biblia

EMMAUS

EMMAUS

La ubicación de la aldea de Emmaús, a la que — según refiere Lucas — se dirigieron dos discí­pulos de Jesús el dí­a de su resurrección, resulta problemática por el dato de que estaba †œa 60 estadios de Jerusalén† (Luc 24:13). En un cí­rculo de 60 estadios (unos 11 km) alrededor de Jerusalén no existe lugar alguno que se llame o haya llamado Emmaús. La palabra (jammah) indica unas fuentes termales (jamam: ser caliente); así­ pues, en el lugar que se pretenda considerar como la Emmaús bí­blica deberí­an de encontrarse restos o indicios de tales fuentes termales.
El lugar de ese nombre (árabe Amwas) queda, por el contrario, a una distancia de 160 estadios de Jerusalén; o sea, a casi 30 km. A ese lugar, no obstante la diferencia en la distancia, se vinculó, a más tardar en tiempos del escritor eclesiástico Eusebio (265-340), la tradición de que se trataba de la Emmaús del relato lucano. Las excavaciones en el lugar han revelado la presencia de dos fuentes de agua tibia (Dalman 1914); M.J. Schiffers contó en 1890-1894 hasta cinco de tales fuentes: †œTres en el lugar y otras dos en las proximidades, cuya agua se conducí­a a través de canales† (Cl. Kopp, Die heiligen Státten des Evangeliums, 1959, p. 445, nota 116). Esas fuentes o pozos confirman el dato de la tradición.
Cómo sucedió para que esa Emmaús, distante 160 estadios de Jerusalén, apareciese como un lugar a sólo 60 estadios de distancia de la capital, es algo que se presta a hipótesis (por lo demás, algunos manuscritos, aunque no sean los más fiables, hablan efectivamente de 160 estadios). El error pudo estar ya en la indicación del evangelista que desconocí­a el lugar; ese dato lo corrigieren más tarde algunos copistas que conocí­an la tradición, convirtiéndolo en 160 estadios. O bien: que en el texto original figuraba †œ160 estadios† y por error de los copistas se convirtieron en †œ60 estadios,† aunque no deja de ser sorprendente que falten precisamente 100 estadios. Y otra hipótesis: un copista consideró que dos veces 160 estadios (casi 60 km) eran prácticamente imposibles para un dí­a de marcha, y por tal motivo †œcorrigió† los 160 estadios en sólo 60; con ello sin embargo habrí­a excluido la posibilidad de que los discí­pulos tomasen a la vuelta una caballerí­a; de hecho, todaví­a hoy los árabes realizan marchas de casi 60 km al dí­a.
El lugar de Emmaús, del que aquí­ se habla, era la ciudad en la que Judas Macabeo derrotó a los sirios el año 161 a.C. (1Ma 3:40; 1Ma 3:57ss). Pero, después de que Báquides venciese al propio Judas y más tarde a su hermano Yonatán, fortificó una serie de ciudades en el paí­s, entre las que figura también la de Emmaús (cf. 1Ma 9:50).
Cuando Varo era procurador de Siria habí­a en Emmaús una cohorte romana, que fue atacada por bandas de combatientes nacionalistas judí­os. La ciudad, que ocupaba el centro de los enfrentamientos, fue abandonada por sus habitantes. Después de lo cual Varo la redujo a cenizas.
El campo de ruinas de la ciudad anterior seguramente que volvió a ser habitado poco a poco, por lo que con todo derecho habla Lucas de una †œaldea† al tiempo de la muerte de Jesús.
En aquella aldea viví­a Cleofás, que era uno de los peregrinos. En Emmaús se da el extraño caso de que no se afirma con seguridad: †œAquí­ estuvo la casa de Cleofás.† Existe sí­, desde aproximadamente el siglo VI, una iglesia en memoria del suceso referido en el Evangelio.
Desde el año 221 d.C. la Emmaús romana se llamó Nicópolis.
Y desde el 1280 aparece de repente en los escritos de los peregrinos la afirmación de que el lugar árabe el-Kubeibe, a unos 13 km de Jerusalén, era la Emmaús lucana. Ignoramos el nombre antiguo del lugar; la distancia funciona en cierto modo; pero el lugar no se caracteriza ni por las fuentes termales ni por una larga tradición. Los franciscanos, que son los custodios de los santos lugares de Palestina, veneran aquí­ a pesar de todo el suceso evangélico de Emmaús.

Fuente: Diccionario de Geografía de la Biblia