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ENCICLICAS MISIONERAS

ENCICLICAS MISIONERAS

El despertar misionero del inicio del siglo XX serí­a impensable sin la referencia a las encí­clicas misioneras anteriores al concilio Vaticano II «Maximum illud» (Benedicto XV, 1919), «Rerum Ecclesiae» (Pí­o XI, 1926), «Saeculo exeunte» (Pí­o XII, 1940), «Evangelii praecones» (Pí­o XII, 1951), «Fidei donum» (Pí­o XII, 1957), «Princeps Pastorum» (Juan XXIII, 1959). Existen también otros documentos misioneros de los Papas del siglo XIX «Prae nobis» (Gregorio XVI, 1840), «Quanto conficiamur» (Pí­o IX, 1863), «Sancta Dei civitas» (León XIII, 1880), «Catholicae Ecclesiae» (León XIII, 1890). Después del concilio, se considera encí­clica misionera a la encí­clica «Redemptoris Missio» (Juan Pablo II, 1990).

Estas encí­clicas se llaman «misioneras» por su contenido directamente de misión «ad gentes». Todos los documentos conciliares y postconciliares del Vaticano II tienen un rico contenido evangelizador, pero no explí­citamente de misión «ad gentes». No obstante, se suelen relacionar con las encí­clicas misioneras los contenidos de «Evangelii Nuntiandi» (Pablo, 1975) sobre la evangelización del mundo contemporáneo, y la encí­clica «Slavorum Apostoli» (Juan Pablo II, 1985) sobre San Cirilo y San Metodio como modelos de «inculturación».

Las encí­clicas misioneras centran la atención en la primera evangelización, señalando unos temas sobre los que se puede notar una evolución armónica y homogénea mandato misionero de Cristo, naturaleza misionera de la Iglesia, llamada a la conversión y a la fe, acción misionera, implantación de la Iglesia, responsabilidad entre Iglesias hermanas, vocación misionera, etc. Muchos temas del concilio Vaticano II ya se encuentran esbozados en estos documentos preconciliares.

La carta apostólica «Maximum illud» (Benedicto XV, 1919) ha sido calificada de «carta magna» de las misiones, como primer documento del siglo XX sobre el tema. Lleva como subtí­tulo «La propagación de la fe católica en el mundo entero». Fue de gran ayuda para la ciencia misionológica que estaba en sus comienzos, dando unas pistas sobre historia, teologí­a, pastoral, derecho, cooperación, Obras Misionales, espiritualidad. Subraya principalmente la preparación, atención y formación continuada de los misioneros, así­ como la cooperación entre las diversas instituciones, el clero nativo, la cultura local y la necesidad de personal femenino.

La encí­clica Rerum Ecclesiae (Pí­o XI, 1926) es del «Papa de las misiones». Da mucho relieve a la formación de los apóstoles nativos (sacerdotes, religiosos y laicos). Los Obispos con sus Iglesias particulares son corresponsables de las misiones junto con el Papa. La urgencia de anunciar el evangelio a todos los pueblos deriva de la caridad cristiana y del agradecimiento por haber recibido la fe. Se invita a promover la formación de los catequistas y a introducir las Ordenes contemplativas en los paí­ses de misión. Armoniza, ya antes del concilio Vaticano II, los dos aspectos de la misión «ad gentes» propagar la fe (llamar a la conversión) e implantar la Iglesia.

La encí­clica Saeculo exeunte (Pí­o XII, 1940) está dirigida a la Jerarquí­a de Portugal para agradecer su historia misionera, pero los contenidos son de valor universal necesidad de vocaciones misioneras y la urgencia de una formación adecuada de los misioneros. La encí­clica Evangelii praecones (Pí­o XII, 1951) conmemora el 25º aniversario de la publicación de la encí­clica misionera de Pí­o XI («Rerum Ecclesiae»). Armoniza las dos tendencias de la misionologí­a de la época la llamada a la fe (conversión y salvación en Cristo) y la implantación de la Iglesia por medio de una jerarquí­a autóctona. Urge a la formación del clero nativo y a la adaptación a las culturas y costumbres locales.

La encí­clica «Fidei donum» (Pí­o XII, 1957) se ha considerado como el «testamento misionero» del Papa Pacelli, insistiendo en la organización de la jerarquí­a local y en la inserción en las situaciones sociales. La encí­clica es un llamado hacia el Africa, que a mediados del siglo XX iniciaba un camino de estados independientes. Invita a la corresponsabilidad misionera universal por parte de los Obispos, junto con el Papa. Por el hecho de invitar especialmente a los sacerdotes diocesanos, éstos se han llamado «sacerdotes fidei donum» cuando prestan un servicio misionero. Pero la invitación se refiere también a toda la Iglesia particular, con la participación de religiosos y seglares. El magisterio misionero de Pí­o XII está relacionado con otros documentos suyos «Mystici Corporis Christi» (1943″, «Mediator Dei» (1947); «Haurietis Aquas» (1956), que influirí­an en los documentos del concilio Vaticano II.

La encí­clica «Princeps Pastorum» (Juan XXIII, 1959) quiere conmemorar el 40º aniversario de la encí­clica «Maximum illud». Insiste en la creación y formación del clero nativo, la acción misionera de los laicos (catequistas, jóvenes, Acción Católica) y la formación intelectual, pastoral y espiritual de los evangelizadores. Se puede apreciar el equilibrio al relacionar la evangelización con la promoción y progreso humano, que son objeto de otras encí­clicas del Papa Roncalli «Mater et Magistra» (1961) y «Pacem in terris» (1963).

La encí­clica «Redemptoris Missio» (que resumimos en su lugar respectivo) aprovecha los contenidos de estas encí­clicas anteriores, pero especialmente los del concilio Vaticano II (decreto «Ad Gentes»), para profundizar en la naturaleza de la evangelización (Cristo Salvador, el Reino, la acción del Espí­ritu Santo), presentar las nuevas situaciones misioneras, señalar objetivos, medios y agentes, en vistas a una «nueva evangelización» que lleve a un despertar misionero.

Referencias «Ad Gentes», «Evangelii Nuntiandi», Magisterio, «Redemptoris Missio», Tercer milenio, Vaticano II.

Lectura de documentos Cada una de las encí­clicas y documentos, especialmente AG; EN; RMi.

Bibliografí­a Enchiridion della Chiesa Missionaria (Bologna, EDB, 1997); M. BALZARINI, A. ZANOTTI, Le missioni nel pensiero degli ultimi Pontifici (Milano 1960); J. CAPMANY, J. ESQUERDA BIFET, La Iglesia misionera. Textos del magisterio pontificio ( BAC, Madrid, 1994); J. ESQUERDA BIFET, Evangelización, en El Magisterio pontificio contemporáneo ( BAC, Madrid, 1992) II, 5-226; A. RETIF, Introduction í  la doctrine pontificale des missions (Paris 1963); A. SANTOS HERNANDEZ, Las misiones católicas, en Historia de la Iglesia (Valencia, EDICEP 1978), vol. XXIX, cap. 5, n.5; T. SCALZOTTO, I Papi e l’evangelizzazione missionaria, en Chiesa e missione (Roma, Pont. Univ. Urbaniana, 1990) 547-595.

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización