EPIFANIO DE SALAMIS

El único teólogo importante originario de la isla de Chipre.

Vida: Nació en Eleuterópolis, en Palestina, hacia el 315. Tras conocer el monacato egipcio, fundó hacia el 335 un monasterio cerca de su ciudad, gobernándolos durante unos treinta años. En el 367 fue elegido metropolitano de Constancia, la antigua Salamis, por los obispos de Chipre. Defensor del método que se ha denominado realista-tradicionalista, se oponí­a a cualquier tipo de especulación metafí­sica. Esto explica que aborreciera la interpretación alegórica de Orí­genes a la que consideraba, no sin razón, un semillero de conflictos y un arma ideal para los herejes. El ataque de Epifanio resultó tan convincente que Jerónimo dejarí­a de ser origenista para solicitar de Juan de Jerusalén la condena de Orí­genes. Epifanio mantuvo una polí­tica represiva contra los origenistas, y aliado con Teófilo de Alejandrí­a colaboró en la expulsión de los adeptos egipcios de Orí­genes. Al ser éstos acogidos en el 400 por Juan Crisóstomo, Epifanio, a instancias de Teófilo, viajó a Constantinopla con la intención de enfrentarse con los origenistas de la ciudad. Es posible que se percatara entonces de que estaba siendo manipulado por Teófilo de Alejandrí­a ya que no esperó a la destitución de Crisóstomo en el †œsí­nodo de la Encina,† sino que regresó a Chipre, muriendo en alta mar en el 403.

Obras: Enemigo del helenismo, quizá porque era consciente del daño que su infiltración estaba causando a la teologí­a cristiana, fue muy leí­do en su época ya que el lenguaje utilizado por él era fundamentalmente el del pueblo (K. Holl). Entre sus obras destacan el Anclado (una exposición de la fe de la Iglesia), El Panárion o Botiquí­n (una enciclopedia de herejí­as y sus refutaciones), un obra Acerca de los pesos y las medidas (en realidad, un diccionario aclarativo de términos bí­blicos), un opúsculo Acerca de las doce gemas (relativo al pectoral del Sumo sacerdote judí­o), algunas cartas y tres tratados Contra las imágenes (donde se manifiesta totalmente opuesto a la fabricación y el culto a las imágenes de Cristo, Marí­a, los mártires, los ángeles y los profetas, puesto que, en su opinión, es una manifestación idolátrica). Se le han atribuido asimismo algunas obras espurias.

Teologí­a: Como ya hemos indicado, Epifanio fue un defensor clarí­simo de la fe contra el origenismo en particular y el helenismo en general, pero quizá su aportación más interesante — y de mayor influencia posterior — haya sido la oposición radical a la fabricación y culto a las imágenes. El mismo relata en su carta 57 cómo rasgó en Anablata una cortina que habí­a en la iglesia con la imagen de Cristo puesto que era †œcontraria a la doctrina de las Escrituras.† Asimismo en su carta al emperador Teodosio I — de importancia fundamental en el estudio del arte cristiano — señala en torno al 394 que las imágenes no son sino un intento de Satanás por volver a los cristianos a la idolatrí­a ya que, aparte de estar prohibidas en la Escritura, ninguno de los Padres o de los obispos deshonró jamás a Cristo teniendo una imagen suya. Epifanio sugiere que deberí­an ser retiradas de las iglesias, que deberí­an cubrirse de blanco las pinturas de las paredes y que si los mosaicos no podí­an ser destruidos, como mí­nimo habrí­a que prohibir hacer otros.

VIDAL MANZANARES, César, Diccionario de Patrí­stica, Verbo Divino, Madrid, 1992

Fuente: Diccionario de Patrística