ESPIGADO

Espigado (heb. lâqat, leqet). Acto de arrancar o recoger la parte de una cosecha que se pasó por alto o se cayó durante la recolección; los dueños de viñedos y los agricultores hebreos tení­an instrucciones de dejarla para los pobres (Lev 19:9, 10; 23:22; Rth_2; cf Jdg 8:2; Isa 24:13; Jer 49:9; Mic 7:1). Espino/a/os/as. Véase Espinos y Cardos. Espinos y Cardos. Muy probablemente muchos términos traducidos por «espinos» y «cardos» sean expresiones genéricas referidas a cualesquiera de las diversas variedades de plantas espinosas que, en un número mayor de 100, crecen en Palestina (sin hablar de las numerosas clases de plantas y árboles pequeños con estas mismas caracterí­sticas: por ejemplo, en Job 31:40 se menciona una especie de neguilla [heb. bo’shah], aparentemente inútil, que despide un olor fétido y es venenoso). 208. Cardo en flor en Palestina. La Biblia usa unas 20 palabras hebreas y 4 griegas para referirse a espinos y cardos (las traducciones son de la RVR). Como se apreciará, no en vano a Palestina se la llama «Paí­s de las espinas». 1. Hebreo: ‘âtâd, «espinos», «cardos», «zarza»; barqônîm, «abrojos»; dardar, «cardo»; jedeq, «espino»; jôaj, «matorral», «cardo», «espino/a», «abrojo»; meí‘ukâth y mesûkâh, «espino/a», «vallado», «zarzal»; naatsûts, «zarza», «zarzal»; tsânîn,»espina»; tsên, «espino»; seneh, «zarza»; sillôn, «espino/a»; jâtsîr, «espino»; tsirpad,»ortiga»; qimmôsh, «espino», «ortiga»;* qôts, «espino/a»; shâyith, «espino», «cardo»; shâmîr, «cardo», «espino». 2. Griego: ákantha, «espino»; akánthinos, hecho «de espina»; bátos, «zarza»; trí­bolos, «abrojo». 209. «Lirio» (anémona blanca) entre espinos. Para mostrar la casi imposibilidad de señalar con exactitud el tipo de arbusto, tomemos como ejemplo el cardo: dardar es una planta que se podrí­a identificar con la Centaurea iberica y la Centaurea hyalolepis, cuyas hojas los beduinos comen en ensaladas (Gen 3:18; Hos 10:8); jôaj se referirí­a al Scolymus maculatus, una hierba o planta nociva para las gramí­neas (Job 31:40; Isa 34:13). El cardo mencionado en 2Ki 14:9 podrí­a ser el Prunus ursina, 404 que crece en el Lí­bano y norte de Palestina. Muchos de los versí­culos bí­blicos que mencionan el cardo en realidad no se refieren a alguna especie en particular, sino al concepto de planta espinosa en general. Hoy también podemos conjeturar que los autores bí­blicos, al referirse a los espinos, aludí­an (en diversos momentos) a: la verdadera espina estrellada, conocida por su nombre cientí­fico de Centaurea calcitrapa, u otra llamada centaurea enana (Centaurea verutum), o a la centaurea ibérica (Centaurea iberica) y al espino de las damas (Silybum marianum). Entre las plantas espinosas oriundas de Palestina está el espino caja (Lycium europaeum), la zarza (Rubus discolor) y los espinos blancos (Crataegus azarolus, Crataegus monogyna, Crataegus orientalis). Una planta especí­fica, el abrojo (Tribulus terrestris), tal vez se mencione donde aparece el heb. dardar y el gr. trí­bolos. La presencia de estas plantas y arbustos se puede considerar como el cumplimiento de la maldición de Dios después de la caí­da del hombre (Gen 3:18), y después de la persistente apostasí­a de Israel (Hos 2:6; 9:6), Constituí­an una continua amenaza de incendio en el campo (Exo 22:6; Psa 118:12) pero eran útiles como combustible (Ecc 7:6). Simbólicamente, estas plantas representaban dificultades o enfermedades (Num 33:55; Jos 23:13; 2Co 12:7) u obstáculos espirituales (Mar 4:7; cf v 18). Al Maestro le pusieron una corona tejida con espinas (Mat 27:29; Mar 15:17; Joh 19:2, 5), tal vez de la planta llamada Zizyphus spina-christi, que tiene ramas suaves y flexibles, cuyas hojas se parecen a las del laurel (con las que se coronaba a los generales victoriosos); o la Paliurus spina-christi, un arbusto que crece hasta cerca de 3 m de alto, y que posee espinas largas y agudas. Bib.: PB 70-72, 134, 135, 203, 206, 207, 248, 249.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico