ESTOICO

Estoico (gr. stoïkós). Seguidor del estoicismo, una destacada filosofí­a greco-romana del mundo mediterráneo en tiempos del NT. Pablo se encontró con filósofos estoicos en el mercado de Atenas, y sus disputas con ellos y los filósofos epicúreos condujeron al famoso discurso en el Areópago (Hch.0 17:16-21). La filosofí­a estoica recibió su nombre de la Stoá Poikí­los, el atrio decorado del ágora (mercado) de Atenas, donde Zenón, su fundador, enseñó por medio siglo a partir de c 300 a.C. Era una filosofí­a helení­stica más bien que helénica. Zenón habí­a nacido en Citium, Chipre, una ciudad griega con elementos fenicios, y probablemente era de origen semí­tico. Sus sucesores inmediatos al frente de la escuela, Cleantes y Crisipo, también habí­an venido del Oriente. De los primeros jefes de la escuela ninguno era ateniense, y 5 de ellos provinieron de la frontera semí­tica del mundo griego. El estoicismo debe mucho al Oriente. Su fervor moral alienta la atmósfera religiosa oriental. Era, en realidad, hijo de la unión entre la conciencia religiosa de Oriente con la cultura clásica de Occidente. Tres de los estoicos más destacados fueron el esclavo Epicteto, el filósofo romano Séneca, y el emperador Marco Aurelio. Se puede decir que el estoicismo es panteí­smo materialista. De acuerdo con ello, todo es material: Dios, el alma humana y todas las cualidades de las cosas. El universo está saturado y controlado por un alma del mundo, o fuerza racional, que es Dios. El hombre no sólo está hecho a la imagen racional de Dios, también tiene dentro de sí­ una chispa de la Deidad. Por virtud de esa chispa es un hijo de Dios. Los intereses primarios del estoicismo eran prácticos y éticos más bien que especulativos: el principal fin de la existencia es vivir en forma virtuosa, en armoní­a con la naturaleza. Decí­a Séneca: “Tenemos el hábito de decir que el mayor bien es vivir de acuerdo con la naturaleza”. Para el estoico, esto significaba encontrar una manera racional de vida en conformidad con la voluntad divina. Enseñaban que todo lo que ocurre fuera del poder del hombre se debe a ella. Por esa razón se lo debe aceptar con ecuanimidad. No importa qué 412 le pasara, el estoico no permití­a que nada perturbara su tranquilidad. Buscaba ser indiferente tanto al placer como al dolor. Para alcanzar una vida virtuosa practicaba una rí­gida autodisciplina y se sujetaba a un autoexamen diario. Las 4 virtudes cardinales del estoicismo eran la sabidurí­a, la justicia, el valor y la temperancia; consideraba el suicidio como algo honorable. El estoicismo enseñaba un concepto de la unidad y fraternidad mundial. Como todos los seres racionales están bajo la misma ley universal, todos los hombres son hermanos. La distinción de clases, si existe, es una barrera artificial que se debe eliminar por medio de la religión antes que por una revolución social. Filón, para interpretar el AT, usó el método alegórico de interpretación usado por los estoicos y otros filósofos para explicar los mitos griegos, y tuvo mucha influencia sobre los intérpretes cristianos de las Escrituras.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico